Y a mí quién me devuelve esos cuatro años?”. La pregunta retórica la lanza Rafael Amargo al presentar el show con el que está decidido a reemprender en Barcelona su carrera, después de un año de haber sido absuelto de los cargos de tráfico de drogas. “Ya veis, si yo no sabría ni cómo se hace eso, pero es que además no me hace falta”, sostiene. Ha sido un proceso largo que lo retuvo tres meses en prisión y tres más en el Proyecto Hombre de ayuda a drogodependientes. Más aún, se lanzó a sacarse estudios en la materia en la Universidad de Barcelona. “No tuve más que explicar cómo he sacado de la adicción a gente de mi alrededor, cómo les he encontrado el sustituto y he sabido ver el momento de shock para ellos”. Ahora deja “el pasado pisado” y se calza las botas después de todo ese tiempo.
“El primer día que me las volví a poner erré el pie. Estoy como un niño chico, el reset es muy fuerte”, dice al presentar ese tablao titulado Luz y fuego que “tiene la furia del querer despertar”. Un espectáculo “prudente” pero con sorpresas con el que se va a instalar a partir del 5 de junio –y hasta nueva orden– en el Byron Teatro, el espacio cultural de la librería de la calle Casanova que se ha consolidado como espacio referencial de la música en Barcelona y que ahora se abre también al baile.
“Quiero esas cosas que pasaban en los colmados y los cafés cantantes, el flamenco de salón, que si baja el duende, se ve”
“Es un espectáculo muy cuidado en el que Rafael irá acompañado de grandes nombres que le aprecian y quieren arroparle en este regreso a la ciudad en la que empezó su carrera”, apunta la propietaria del establecimiento, Mariana Sarrias. Ahí actuará media docena de artistas, como la cantaora Montse Cortés, la pianista y compositora Mélodie Gimard, o esa “señora grande que es Vicky Duende, heredera del flamenco fiestero y que además recita”, añade él.
Amargo sueña además con mezclar a Diego Carrasco, a los gitanos de Jerez... “O con que de repente esté Duquende..., que la gente se pregunte a ver quién viene hoy, o que te propongan cosas como ‘tráete a Ara Malikian, que viene al Liceu’ y que es una maravilla tenerlo tan cerca en un espacio íntimo”. Su idea es que los invitados estén una semana (de jueves a domingo, y ensayos de lunes a miércoles). Y en septiembre, hacer matiné, “flamenco a la luz del día”.

Rafael Amargo ofrecerá de jueves a domingo 'Luz y fuego' en el teatro-librería Byron
“Me gusta el flamenco de salón, que, si baja el duende, es donde se ve. Quiero que pasen esas cosas que pasaban en los colmados y los cafés cantantes”, dice, no sin advertir que está encontrando su sitio en la quietud, “lo que es un trabajo grande”.
¿Por qué Barcelona? “Como decía Chavela Vargas, uno vuelve a los sitios donde amó la vida. A mí el destino me trajo hace décadas al Capitol. Barcelona da respeto, si te aplauden es porque lo has hecho bien. Si no, dicen ‘molt bé’ y bajan la cabecita”.
La suya está bien alta, preparada para hablar de lo que se le pregunte. “Si antes tenía una vida, ahora ya tengo el documental del siglo”. De ahí que llegue con libro bajo el brazo. Lo ofrece en 2x1 junto al póstumo de su abuelo, Querida Angustias . “Soy un tío ecléctico. En el primer tiempo del partido de mi vida he ganado y he perdido, ahora quiero meter goles”.