Huellas prehistóricas descubiertas en Portugal indican que incluso los bebés neandertales participaban en las emboscadas de las cacerías

Arqueología

Las irregulares dunas eran lugares ideales para acechar a presas como el ciervo rojo

Reproducción que muestra a una familia neandertal regresando a su poblado después de una cacería

Reproducción que muestra a una familia neandertal regresando a su poblado después de una cacería 

J.M. Galán / Scientific Reports

Praia do Telheiro, cerca de Sagres, es una de las más bonitas y salvajes de toda la región de Algarve (Portugal). Actualmente, ese tranquilo entorno con curiosas formaciones rocosas de color naranja es un destino de moda para los amantes del surf.

El sitio en el extremo suroeste de Europa continental probablemente no ha cambiado mucho en los últimos milenios. Y en ese escenario es donde, hace unos 80.000 años, familias enteras de neandertales colaboraban activamente en las cacerías para realizar emboscadas a sus presas en la misma playa.

Un puñado de huellas prehistóricas

Según revelan un puñado de huellas prehistóricas recién descubiertas en areniscas fosilizadas de dos yacimientos costeros del Algarve portugués, en las batidas participaban tanto adultos como niños, e incluso bebés y datan de una época en la que “no había ningún otro homínido presente en la zona más suroccidental de Europa”

El hallazgo más antiguo es una única huella dejada por un adolescente o una mujer joven en una duna de Praia do Telheiro hace unos 82.000 años. Cerca de allí, en Monte Clérigo, se encontraron ejemplos más extensos e interesantes, con hasta 10 marcas neandertales en la arena pertenecientes a tres individuos de hace unos 78.000 años.

Las inconfundibles rocas rojas de la Playa de Telheiro

Las inconfundibles rocas naranjas de la Playa de Telheiro 

Wikipedia

Segú explican los investigadores de la Universidad de Lisboa en un artículo publicado en la revista Science Reports, el tamaño y la forma de estas huellas indican que el trío incluía un hombre adulto de entre 1,69 y 1,73 metros de altura, un niño de entre 7 y 9 años y un bebé menor de 2 años.

“Estas huellas demuestran cómo los neandertales navegaban por paisajes de dunas, sugiriendo una planificación de rutas y el uso de estos entornos para la caza”, explican los arqueólogos. Una de las más llamativas muestra un pie aún sin desarrollar, sin el arco característico de los humanos modernos.

Lee también

La presencia de lo que parece ser un grupo familiar en esta duna portuguesa ha llevado a los autores del estudio a especular que la zona debió estar muy cerca de un campamento neandertal. Al mismo tiempo, sugieren que las marcas reflejarían una actividad de caza en grupo, posiblemente dirigida al acecho del ciervo rojo (Cervus elaphus).

Los análisis realizados en la zona permitieron observar huellas de este animal que, según los expertos, tiene tendencia a saltar al mar y ahogarse al ser acechado. El terreno arenoso también podría haber ralentizado a las presas que intentaban escapar de las lanzas neandertales.

Huellas halladas en Portugal entre las que destacan la del acantilado norte de la playa de Monte Clérigo (A), la de bebé (E) y la huella en el arroyo de Praia do Telheiro

Huellas halladas en Portugal entre las que destacan la del acantilado norte de la playa de Monte Clérigo (A), la de bebé (E) y la huella en el arroyo de Praia do Telheiro 

Este entorno costero se habría prestado, señalan, a estrategias de caza por emboscada, algo en lo que los neandertales se especializaban. “Las dunas, con su terreno irregular y su vegetación dispersa, eran lugares ideales para acechar a las presas”, apuntan.

Cacerías que podrían haber involucrado a grupos familiares enteros, incluyendo a aquellos que apenas habían aprendido a caminar. “El hecho de que en el contexto del Monte Clérigo se encontraran huellas de bebés junto con las de individuos adultos sugiere que los niños estaban presentes cuando los mayores realizaban actividades cotidianas… lo que podría indicar que los pequeños pudieron comenzar a aprender estas habilidades a una edad muy temprana”, señalan.

Huellas de homínidos en depósitos costeros del Pleistoceno en Sudáfrica (A, B), Argentina (C) Matalascañas (D), Cabo Trafalgar (E y F)

Huellas de homínidos en depósitos costeros del Pleistoceno en Sudáfrica (A, B), Argentina (C) Matalascañas (D), Cabo Trafalgar (E y F) 

Scientific Reports

Descubrimientos anteriores de restos de fauna en otros yacimientos de la Península Ibérica como el de Matalascañas (Huelva) ya había revelado que la dieta de los neandertales se centraba principalmente en grandes herbívoros como ciervos, caballos y uros (un tipo de bóvido ya extinguido), además de liebres.

Los equinos eran un recurso clave, ya que se han descubiertos restos de este animal en casi todos los asentamientos estudiados. Hipopótamos o puercoespines eran mucho menos comunes, probablemente porque eran más difíciles de cazar o menos abundantes. Además, también consumían marisco y peces, lo que indica una estrategia de alimentación flexible y adaptada a cada lugar.

“El aumento del nivel del mar después de la última glaciación ha complicado la preservación y detección de evidencias neandertales en la costa atlántica”, concluyen los expertos. De ahí que huellas de este tipo sean un valioso testimonio directo de cuando el que el nivel del mar era más bajo y las costas estaban más expuestas.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...