Intérpretes: Marina Satti / La Maria
Lugar y fecha: Paral·lel 62, 20/VII/2025
★★★✩✩
Programa doble en el Grec para explorar la nueva música de orillas del Mediterráneo. Abrió la valenciana La Maria pero como hace poco hablamos de su disco Robina en Tradicionàrius, solo diremos que su folklore conceptual y contemporáneo realmente impacta, por su gran voz y unos arreglos que ofrecen lo ancestral con juiciosa modernidad.
Por su parte, la griega Marina Satti venía a presentar Pop too, que la ha encumbrado en su país, tras la euforia del debut Yenna y su paso por Eurovisión. En su propuesta caben ritmos griegos y balcánicos y sonidos urbanos. Lo demostró acompañada por batería, guitarra, dos coristas, dos bailarines y música pregrabada.

La presentación de Marina Satti en el Festival Grec el pasado 20 de julio
Lo que sobre el papel se presentaba como muy interesante, en directo dejó un regusto agridulce por su exagerada fagocitación de estilos y un desarrollo como mínimo inconexo. El inicio fue explosivo con el aterrizaje de los músicos en el escenario sobre una enlatada Pop (All the voices in my head). Un título significativo porque la Satti hace gala de un cúmulo de referencias que van del hip hop y lo electrónico a las armonías vocales, como se hizo evidente en la repetitiva Lola, con coreografías y una voluntad de conectar con las nuevas tendencias de la música urbana. Luego, un R&B más pop asomó en Blouzaki, hasta ralentizar la cosa con el rescate de Spirto ke venzini, que parece influenciado por los melismas de Rosalía.
Las caricias sintéticas de los rescates Adii dromi y Pali demostraron que sabe combinar baladas con decorado techno. Volviendo a la actualidad de Ela Ela se hizo evidente que las formas de producción de los afrobeats también han llegado a Grecia. Y de nuevo la alargada sombra de Rosalía aparece en Autokinhto, aupada por un falsete sobrecogedor. Hubo tiempo para un largo mash-up, en que aprovechó para intercalar la eurovisiva Zari, en un segmento que derivó hacia lo folklórico, con el rescate de Kopes, canción polifónica a capela, que tuvo continuidad en la nana Nani y otros temas con reminiscencias búlgaras.
La vuelta a los beats fue con la lograda Epano sto trapezi, oscura y llena de breakbeats, la repetición de POP, con enorme peluche incluido, un Tucutum folk y tribal, seguido de Kavoukaria, o de cómo la taberna griega entronca con lo caribeño, un Lalalala tirando a hortera y el remate con el ampuloso Anatoli de matiz AOR impuesto por el guitarrista.