Fue un descubrimiento inesperado, en un yacimiento de Moravia del Sur (República Checa) cuya ubicación exacta se mantiene en el más estricto secreto. En 2023, durante una investigación del Museo de la Ciudad de Brno en el sitio se descubrieron una punta de lanza, una hoz, una aguja y varios fragmentos de cobre.
Todos los objetos habían sido dañados deliberadamente y enterrados juntos, posiblemente como parte de un ritual de sacrificio. Entre los artefactos se encontraba también una discreta lámina metálica doblada.
Parte del torso de una coraza
Solo los minuciosos análisis realizados en los últimos meses han podido revelar su verdadero significado: era parte de una antigua armadura de pecho de la época de la legendaria Batalla de Troya.
El fragmento era parte del torso de la coraza y permaneció más de 3.000 años enterrado. “Con escaneo 3D logramos desenrollar digitalmente la lámina e identificar su forma y decoración. Un adorno visto con el microscopio confirmó que se trataba de una parte de la armadura que protegía el cuerpo”, señala el arqueólogo Aleš Navrátil.
Uno de los arqueólogos, trabajando sobre el terreno en Moravia del Sur
Los especialistas del Museo de la Ciudad de Brno identificaron el tesoro gracias a la colaboración que mantienen con asociaciones de aficionados a la detección de metales. “Este hallazgo confirma la importancia de la cooperación a largo plazo entre expertos y público”, declaró el director del centro, Zbyněk Šolc.
Este es tan solo el segundo ejemplar de coraza de la Edad del Bronce Temprano hallado en la República Checa. Data de hace unos 3200 años, el mismo momento en el que los historiadores sitúan la famosa Guerra de Troya. Según narró Homero en la Ilíada y la Odisea, el conflicto duró 10 años y fue clave en la épica grecolatina
Las piezas de bronce de las armaduras, según señalan los arqueólogos en un comunicado, eran privilegio de la élite guerrera de la época. Su fabricación requería una artesanía extraordinaria y su precio era astronómico. En la Ilíada, por ejemplo, Diomedes afirma que una coraza así costaba nueve toros.
El equipo de protección corporal más común se fabricaba con materiales orgánicos que no se han conservado a lo largo de los siglos. “Una armadura de bronce es extremadamente rara y su descubrimiento amplía considerablemente nuestro conocimiento de la cultura militar de la Edad de Bronce de Europa Central”, señalan.
En el sitio también se descubrieron una punta de lanza, una hoz, una aguja y varios fragmentos de cobre
En aquella época, el territorio moravo estaba habitado por una cultura conocida como la Cultura de los Campos de Urnas (1250-750 a.C.). Sin embargo, no se trataba de un conjunto homogéneo, sino de grupos de personas sin parentesco que compartían costumbres, estilos funerarios, cerámica, asentamientos o incluso armas.
Se extendieron por buena parte de Europa, llegando a abarcar desde el Danubio y el Báltico hasta el Mar del Norte y el nordeste de la península Ibérica. Su principal característica fue un nuevo rito funerario. Se incineraba el cadáver y las cenizas se guardaban en una urna de cerámica que se enterraba en un hoyo, formando extensas necrópolis.
Las piezas se descubrieron en un sitio cuya ubicación exacta se mantiene en secreto como protección
Estas culturas probablemente no tenían nada en común con los pueblos eslavos, pero cuando estos llegaron al territorio checo cientos de años después, a menudo se asentaron en los mismos lugares e incluso se podría decir que heredaron el paisaje de esos antiguos pobladores de los Campos de Urnas.
“El Museo de la Ciudad de Brno está preparando una presentación pública de este hallazgo excepcional que acercará el mundo a los guerreros antiguos al público y conectará la historia de Moravia con las legendarias epopeyas del mundo antiguo”, concluyen los expertos.


