La Fundació Montserrat Caballé nació una vez fallecida la artista y por iniciativa de su hermano, Carlos Caballé, quien junto con su hija, Montserrat Caballé, apeló a la ilusión y el cariño que las instituciones de la lírica y no pocas personalidades que la conocieron sienten por la diva y su legado. Corría diciembre de 2019 cuando se constituía la Fundación que Montserrat Caballé (Barcelona, 1933-2018) siempre habría querido.
En febrero de 2020 se ponía en marcha fijándose como objetivos la voluntad de ayudar a jóvenes talentos mediante becas y estudios impartidos por personas vinculadas a la trayectoria artística de la soprano, así como ayudar mantener vivo su Concurso Internacional de Canto que había sido trampolín para nuevas generaciones de jóvenes talentos, como Pretty Yende o la actual novia del Liceu, Nadine Sierra. En realidad se trataba de cumplir el sueño de la diva de dar continuidad a su legado... pero sólo se celebraron dos ediciones, en 2021 y 2022, con la rutilante Serena Sáenz como ganadora de la primera.
En octubre se hará efectivo el desahucio, lo cual supone un desprestigio sin precedentes para el ente que ha de velar por la memoria y el legado de la Superba
Apenas un lustro después, salta a los titulares la noticia del desahucio que pesa sobre la sede de la Fundación en la barcelonesa calle Muntaner, que es a su vez la vivienda de Carlos Caballé. Se acumulan impagos de alquileres por valor de 41.000 euros a lo largo de un año. En octubre se hará efectivo el desahucio. Lo cual, a pesar del comunicado que emitió este lunes la entidad, alegando que “se trata de un proceso administrativo que no afecta a la actividad ni a los objetivos fundacionales”, supone un desprestigio sin precedentes para el ente que ha de velar por la memoria y el legado de la Superba, como se la conocía en el mundo operístico por su majestuosidad escénica y vocal.

El director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch; la sobrina de la artista, Montse Caballé; el presidente del Liceu, Salvador Alemany, y el director artístico del Liceu, Víctor Garcia de Gomar, durante la presentación del Concurso de Canto
Un desprestigio que reverbera en el patronato de honor de esta Fundación, en el que están presentes, obviamente, los principales estamentos de la ópera del estado español, esto es, el Gran Teatre del Liceu y el Teatro Real. Un desprestigio, incluso, para la ciudad de Barcelona frente al mundo, pues no parece estar a la altura de la dimensión de Caballé como soprano en la historia del siglo XX, comparable únicamente a la de Maria Callas.
La Fundación Montserrat Caballé reivindica en su comunicado que sigue “comprometida con la divulgación del legado artístico y humano de Montserrat Caballé, con responsabilidad y respeto”. Y alega que sigue en contacto con los propietarios del edificio donde se encuentra la vivienda, PUNTI S.L. “para resolver la situación lo antes posible”. La cuestión es si la memoria de la última gran diva del canto puede o debe resistir un segundo round sostenida sobre unos mimbres tan débiles.
Otras fundaciones privadas están llevando a cabo en Barcelona una labor encomiable y engrandeciendo la memoria de artistas, como la de Victoria de los Ángeles, por ejemplo. La cuestión no sería tanto sobre la figura jurídica que sustenta esta labor sino sobre la capacidad de gestión de un legado tan sensible como el de la gran Dama de Barcelona.
A la cultura se le pide mucho, ha de ser un elemento recosedor de nuestras sociedades, pero tenemos que ser cuidadosos en las condiciones que todo eso se lleva a cabo”
”La cultura siempre ha estado en el filo de la seguridad relativa. Son iniciativas que se hacen con amor y con todo el corazón, pero necesitamos repensarlas y conocer el apoyo que deben tener”, afirma Valentí Oviedo, director general del Gran Teatre del Liceu. “A la cultura se le pide mucho, ha de ser un elemento recosedor de nuestras sociedades, pero tenemos que ser cuidadosos en las condiciones que todo eso se lleva a cabo -reflexiona-. Ha de haber estructura y capacidad de gestión. Todos tenemos que ser responsables de estas iniciativas culturales que procuran cosas tan extraordinarias como que una Pretty Yende o una Nadine Sierra salgan al mundo”.