Núria, Lila y Andrea bordean la cincuentena. Han llegado a esa edad en la que el mejor refugio es una charla con las amigas acompañada de una buena copa de vino. Laura Mañá lleva al cine la obra teatral de Javier Daulte Les irresponsables , una comedia que han guionizado Mañá y Marta Buchaca y que no deja de tener su vertiente trágica.
Núria es logopeda y se pasa la vida lidiando con niños mimados y antipáticos que se resisten a aprender a hablar con claridad. Pero de repente, a Nuria, interpretada por Betsy Túrnez, la vida le sonríe. Ha conocido a un hombre y las cosas marchan sobre ruedas. Su enamorado es italiano, guapo y muy rico. Además, es generoso y le ha prestado su súper casa totalmente domotizada en la costa para que ella pase un fin de semana con sus amigas mientras él viaja a Italia a ver a su hija.
La llegada de las tres mujeres a la casa domotizada es el arranque para una serie de enredos cómicos
Lila y Andrea, a las que dan vida Laia Marull y Àgata Roca, respectivamente, son hermanas y se han apuntado al plan. Lila no es la alegría de la huerta. Se dedica a esterilizar animales, un oficio que le aburre, y además, ha entrado en una fase de depresión profunda porque su novio la ha dejado. Lila no puede parar de llorar, no se cuida, no se arregla y no se quita el pijama ni para ir a trabajar.
Andrea es la más fuerte de las tres. La que siempre ha tirado del carro. La que tiene una vida estable: un marido, un hijo y un buen empleo que le encanta como entrenadora de un equipo de fútbol femenino. Pero también pasa por horas bajas. Tras lograr que su equipo ganase el campeonato y subiese de división, el presidente del club ha decidido contratar a un nuevo entrenador, un hombre, por supuesto.
El film reflexiona sobre las situaciones machistas que se siguen sufriendo
La llegada de las tres mujeres a la casa domotizada es el punto de arranque para una serie de enredos de tintes cómicos. Les irresponsables quiere seguir la estela de otras cintas como Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar, 1988) aunque la cinta de Mañá se resiente del abuso de los chistes escatológicos y de situaciones un tanto vacuas. No obstante, la película abre también la puerta a la reflexión sobre la situación de las mujeres de mediana edad que, pese a haber luchado por la igualdad, se ven todavía sometidas a situaciones machistas que las desdibujan en sus profesiones y sus relaciones.