Die Meistersinger von Nünberg de Richard Wagner ★★★★✩
Intérpretes: Orquesta del Festival de Bayreuth. Dir. Coro: Thomas Eitler de Lint. Dirección musical: Daniele Gatti. Dirección de escena: Matthias Davids. Lugar y fecha: Bayreuther Festspiele (25/VII/2025)
Triunfo de los protagonistas masculinos, el bajo Georg Zeppenfeld y el tenor Michael Spyres, en el estreno de la nueva y entretenida producción de Die Meistersinger von Nürnberg , que ha abierto la 113ª edición del Festival de Bayreuth. La vuelta al foso del afamado director italiano Daniele Gatti se saldó con un sonido rico, sinfónico y lleno de colores desde una voluptuosa obertura que fue toda una declaración de intenciones, en boca del propio Gatti: “Un homenaje a la música”.
Gatti construyó la arquitectura musical de la ópera con un uso de los tempi vivo y generoso, con un fraseo orgánico y comunicativo
La orquesta del Festival, una de las mejores del mundo, volvió a demostrar una calidad superior, tomando el protagonismo de una ópera que en su larga extensión de más de cuatro horas necesita una fluidez que es clave para el éxito de la función. Así fue en el apartado musical, donde Gatti construyó la arquitectura musical de la ópera con un uso de los tempi vivo y generoso, con un fraseo orgánico y comunicativo, al que solo se le embrolló algo el alocado final del segundo acto, al que le faltó el famoso Wahn !, esa locura, delirio y fantasía propia de la noche de verano de San Juan que Wagner bordó en su partitura como Shakespeare lo hizo en su obra.
La nueva producción firmada por Mattias Davids, un director de escena procedente de los musicales, supo encontrar el tono jocoso de la partitura con un resultado irregular. Acertó en una escenografía, firmada por Andrew D. Edwards, con estética de cómic al inicio, aires Disney en el segundo acto y con un triunfo final de lo folklórico y kistch en el último, en una realidad contemporánea abstracta. El vestuario de Susanne Hubrich, funcional y basado en la tradición bávara, y una iluminación correcta de Fabrice Kebour, compactaron un trabajo festivo a lo Music Hall, más las coreografías fallidas de Simon Eichenberger.

La impresión festiva con la que acaba la nueva producción de los 'Maestros cantores de Núremberg' de Bayreuth
En resumen, una lectura más superficial que profunda que no consigue el nivel de excelencia de sus dos producciones precedentes firmadas por Barry Kosky (2017-21) y por Katharina Wagner (2007-11).
El dominio vocal del protagonista por el bajo Georg Zeppenfeld fue inapelable. El rol más largo y extenuante de Wagner en una sola ópera no admite medias tintas. El admirado cantante, un veterano wagneriano de la Colina Verde, firmó belleza tímbrica, expresión y matices además de un control de la tesitura admirables. No tiene el carisma de otros colegas en un rol crucial donde interpretación y canto han de ser uno, pero su dignidad y calidad vocal son incuestionables.
Michael Spyres firmó un Walther luminoso, de timbre generoso, fraseo fácil y agudos radiantes. Además fue quién mejor entendió el tono musical que Davids demanda teatralmente. Un triunfo personal que le augura un futuro prometedor en el Festival.

Cnn todo, la producción no llega al nivel de las dos últimas en la Colina Verde
Hermoso e idóneo color el de un refrescante David, por el debutante tenor suizo Matthias Stier quien pagó los nervios con unos agudos mermados de proyección.
De desbordante languidez el melancólico Beckmeser de Michael Nagy, quien se alejó de la caricatura con un timbre sedoso de atractivo acting. Christina Nilsson supo brillar como Eva, junto a la correcta Magdalene de Christa Mayer. Entre los Meister, sobresalió el rocoso instrumento del bajo coreano Jongmin Park como Pogner, reivindicándose para papeles de mayor envergadura.
La inauguración de Bayreuth sigue siendo nuclear en una Alemania sumida en la sombra del recorte económico cultural
El coro, diezmado por recortes presupuestarios, tuvo momentos de sonido camerístico por falta de miembros, pero se resarció en una escena final digna con las indicaciones del nuevo director Thomas Eitler de Lint.
La presencia del Canciller Friedrich Merz, de la ya jubilada Angela Merkel y los principales políticos de Baviera confirma que la inauguración del Festival de Bayreuth sigue teniendo una relevancia nuclear en una Alemania sumida en la sombra del recorte económico cultural.