Santiago Vilanova fue el director de Diario de Barcelona en su etapa autogestionaria (1983-1984), inspirada por el modelo del diario francés Libération . Fueron fechas de gran tensión, momentos convulsos. Era tanta la presión que tenía que superar, que dos tardes a la semana, con el editorial encarrilado, desaparecía una hora de la redacción para asistir a clases de canto lírico. Era la manera de desfogarse. La anécdota sirve para sintetizar la figura de este hombre capaz de aunar pasiones distintas y distantes, todo un estratega de la resiliencia. ¿Se puede amalgamar algo tan lejano como pintura o canto con el activismo ecologista? Sí. A esa pasión para aunar mundos lejanos solo le falta el libreto de una ópera inspirada en Wagner centrada en la crisis climática…
Periodista, escritor, pintor, político ecologista, activista antinuclear, Vilanova (Olot, 1947) ha fusionado en su trayectoria disciplinas aparentemente alejadas pero con un núcleo central situado en la perspectiva ecológica, que ha conducido su actividad personal y profesional.
Él se siente incómodo con la etiqueta única de 'activista ecologista' y cree que en su trayectoria son más relevantes los esfuerzos por divulgar los valores de la ecología como ciencia que ha condicionado un nuevo paradigma cultural con postulados que ha irradiado muchos ámbitos de la actividad social y cultural.
Impulsor de investigaciones periodísticas, organizador de exposiciones y conferencias, autor de más de 20 libros, ha ido acumulando un reguero de documentos que desvela muchas veces un progreso mal entendido.
Para muchos ha sido hombre incómodo, que ha ido contracorriente; pero ha sido uno de los pioneros, al haber introducido en Catalunya las diversas ramas del movimiento ecologista que moldeó el pensamiento y las prácticas políticas en Europa.
Ahora todo su centro documental, un fondo de gran valor histórico, integrado por más de 500 cajas, va a ser cedido al Arxiu Nacional de Catalunya según el acuerdo refrendado por la consellera de Cultura, Sònia Hernández, y el decano del Col·legi de Periodistes de Catalunya, Joan Maria Morros.
Se trata “de un conjunto documental de enorme interés para la historia del periodismo, tanto en plano de la reflexión teórica como en el del activismo social y político”, destacó la consellera.
Su centro documental permite rastrear una amplia tarea periodística y divulgativa
“La cultura ecológica ha sido mi impulso vital y es el eje del fondo documental que entrego a la Generalitat”, nos resume.
Entre los materiales que traspasan la prueba del tiempo destacan los relativos a los simposios Una Sola Terra (entre 1989 y 2012), ciclos de conferencias sobre energías renovables, ecología o vulcanología que le permitió divulgar el pensamiento de destacados científicos, pensadores y activistas.
Ahí están los testimonios de René Dumont (ingeniero agrónomo y sociólogo), Zhores Medvedev (autor de El desastre nuclear en los Urales ), Alexander King (cofundador del Club de Roma), Edward Goldsmith (editor de The Ecologist ), Vandana Shiva (filósofa y activista ecofeminista), Wangari Maathai (Premio Nobel de la Paz), Haroun Tazieff (pionero vulcanólogo) o Anne Erlich (coautora de La Bomba Demográfica ).
Toda esta documentación audiovisual, intervenciones y grabaciones, que se cede reúne formatos muy diversos: entrevistas a Jacques Cousteau o a Thor Heyerdahl (célebre explorador que capitaneó la expedición de la Kon-Tiki en 1947 navegando en una balsa de troncos desde el puerto peruano de El Callao hasta el atolón de Raroia en la Polinesia), decenas de álbumes de fotos sobre el movimiento ecologista catalán; sobre viajes a la Amazonia, la conferencia de Rio de Río de Janeiro 1992, el lago Baikal o la isla de Pasqua, y todo ello complementado con dibujos, acuarelas o pinturas.
Y sin que falte la colección completa de la pionera revista Userda o su dedicación a todas estas causas desde el Ateneu barcelonés.
También es posible rastrear su papel de hombre-puente con Europa, como demuestra su participación en la red Ecoropa, fundada en 1976 por Denis de Rougemont y Armand de Petitjean, una asociación aún viva, nacida en Ginebra con la voluntad de apoyar el modelo de crecimiento más racional y contra la nuclearización civil y militar (y entre cuyos miembros estaban Petra Kelly, Brice Lalonde, Edward Goldsmith, Wolfgang Sachs, Christian y Diana Schumacher, Mark Dubrulle, Christine y Ernst Weizsäcker...). Y no menos relevante es su implicación en la asociación de los Journalistes-écrivains pour la Nature et l'Écologie (JNE), fundada en 1969.

En el despacho donde tiene su archivo
Fundador de Alternativa Verda, aúna disciplinas solo aparentemente alejadas
Su tarea de investigación periodística se remonta a las explosiones de gas en Barcelona en 1972 y 1973.
“Antes, el periodista ambiental era un personaje incómodo al que se le intenta desacreditar; pero nuestro trabajo en los años 70 y 80 no ha sido inútil. Hay más conciencia ecológica, pero también más ecowashing . Bueno, es un avance pero relativo”, dice este hombre, volcado ahora en el estudio de la gobernanza ambiental mundial.
Fue uno de los promotores de Alternativa Verda-Moviment Ecologista de Catalunya (1981), el primer partido ecologista de España, una fundación sobre la que habría que recapacitar dada la frustrada experiencia del ecologismo político en Catalunya.
Su archivo ilustra también una visión crítica sobre la energía nuclear y alberga la documentación que le sirvió para escribir sus libros sobre los accidentes atómicos de Three Mile Island (1979), Chernobil (1986) y Fukushima (2011).
Y no faltan los papeles sobre el accidente del centro de producción de plutonio de Kyshtym (Cheliábinsk, en los Urales), las tareas para desvelar cómo Franco intentó fabricar la bomba atómica o los carteles del movimiento antinuclear de Catalunya en los años 70 contra los reactores en Ascó (una filmografía ya cedida a la Filmoteca de Catalunya).

En Sant Feliu de Guíxols
Su legado deja también la memoria de los debate sobre el decrecimiento (es amigo de Serge Latouche), teorías sobre el econacionalismo o el ecofeminismo, la vertiente que ha cultivado su compañera Pilar Sentis.
La Filmoteca reúne la filmografia del movimiento catalán antinuclear de hace 40 años
Sin embargo, “ver en la ecología sólo su vertiente política, científica o empresarial es minusvalorar el potencial de esta fuente inspiradora en la creación de la literatura, la poesía, la música, la pintura o la arquitectura”.
En su caso, esa vinculación se plasma en su pictórica, objeto de exposiciones, así como en la antológica organizada por el Museo de la Garrotxa en su Olot natal bajo el título Arte y ecología en 2016.
En el largo viaje le han acompañado muchos, como Xavier Garcia, su amigo del alma. Vilanova ha levantado un edificio con mil puertas y ventanas. Tal vez, por eso estudió cursos de arquitectura y en estos años ha ido construyendo una casa-museo en la que quiere que entren todos.