No ha pasa un mes en Perú sin que la instalación de un nuevo gasoducto revele una nueva tumba prehispánica. A mediados de junio, unos operarios de la empresa Cálidda que trabajaban en el distrito de Puente Piedra, en Lima, se toparon con el esqueleto de una mujer de la cultura Chancay que falleció hace más de 1.000 años.
Este jueves, otro grupo de obreros de la misma compañía, que distribuye el gas natural en la capital peruana, que excavaban zanjas para ampliar las redes subterráneas en la misma zona de la capital peruana desenterraron otras dos tumbas preincaicas. Una estaba vacía, pero la otra albergaba los restos de un individuo que vivió hace un milenio, junto con cuatro vasijas de barro y tres objetos hechos con calabaza (conocidos como mates).
Lima, una capital latinoamericana única
La iconografía de los recipientes y sus colores negro, blanco y rojo “permiten establecer una conexión con la cultura preincaica Chancay”, que tiene aproximadamente entre 1.000 y 1.470 años de antigüedad, ha explicado el arqueólogo José Aliaga en rueda de prensa.
“Lima es única entre las capitales latinoamericanas, ya que se desentierran diversos hallazgos arqueológicos durante casi cada proyecto civil”, ha apuntado el investigador. Durante dos décadas de excavaciones para ampliar la instalación de gas, Cálidda afirma haber realizado más de 2.200 descubrimientos antiguos.

Imagen aérea de las tumbas recién descubiertas en Lima, una de las cuales estaba vacía
La persona enterrada en esta tumba del norte de Lima fue encontrada envuelto en un bulto funerario roto, sentado con las piernas flexionadas contra el pecho. Las dos tumbas descubiertas estaban protegidas por troncos y vegetación a unos dos metros de profundidad, lo que ha evitado que fueran halladas en anteriores excavaciones
Una de las vasijas que acompañaban el entierro es una gran tinaja o cántaro de estilo tricolor geométrico que tiene la representación de un personaje con los brazos extendidos. Otra es una botella con la representación de un personaje con pintura facial y decoraciones geométricas en el cuerpo.
Las sepulturas se encontraron en una calle residencial, a solo dos metros de la puerta principal de una casa y en una zona relativamente cercana al entierro hallado hace un mes. Este detalle ha llevado a los arqueólogos a sopesar la posibilidad que estén excavando un antiguo cementerio de la cultura Chancay, una antigua civilización pesquera que floreció en la costa central de Perú y que es conocida por su cerámica “negro sobre blanco” y sus textiles.
“Probablemente estemos sobre un cementerio prehispánico, ya que encontramos otro entierro a la vuelta de la esquina”, destacó José Aliaga. La capital peruana, una ciudad de 10 millones de habitantes, alberga más de 400 sitios arqueológicos de la época inca o incluso antes, del período preincaico, según el Ministerio de Cultura.

El arqueólogo José Aliaga trabaja en los restos humanos de la cultura Chancay descubiertos en Puente Piedra
El equipo de investigadores de la empresa Cálidda acostumbra a revisar la bibliografía sobre la zona antes de entrar en el sitio para hacer la instalación del gas, además de analizar fotografías aéreas tomadas en la década de 1940. “Ya habíamos identificado en esta zona un cementerio prehispánico que poco a poco ha ido desapareciendo al ser urbanizada”, apunta José Aliaga.
Tal es el nivel de descubrimientos que la Municipalidad de Puente Piedra decidió hace un tiempo crear un museo que alberga una colección de piezas arqueológicas que han sido encontradas en este distrito de la capital peruana y que cuentan su historia prehispánica.