Natalia Lafourcade (★★★✩✩): retales y afectos

Crítica de canción

La afamada cantautora mexicana congregó a algo más de 2.000 espectadores a su paso por el Festival de Cap Roig

Natalia Lafourcade en Cap Roig

Natalia Lafourcade durante su actuación en Cap Roig

José Irún/Festival Cap Roig

Última parada europea del Cancionera Tour de Natalia Lafourcade. La afamada cantautora mexicana congregó a algo más de 2.000 espectadores, según los datos facilitados por la organización del evento, a su paso por el Festival de Cap Roig. Compareció la artista, además de felizmente embarazada, a solas con su guitarra acústica. Una silla, una mesita y una lámpara eran su único atrezzo. Opción que quizá podía entrañar algún riesgo en un espacio al aire libre como el que nos acogía este lunes por la noche, aunque a fin de cuentas todo fue como una seda. Sobrecogía, en el primer número de la noche, Cancionera, el silencio reverencial del público, magnetizado a partes iguales por las virtudes interpretativas y el carisma de la veracruzana, quien en cierto momento del bolo mentó a su amiga Silvia Pérez Cruz, ilustre hija del municipio donde tenía lugar el concierto.

Compareció la artista, además de felizmente embarazada, a solas con su guitarra acústica

El recital pivotó entorno a temas propios de diversos álbumes, singularmente Cancionera y De todas las flores, con espacio también para temas populares de su país. Retales de afectos y vivencias, de amores y desamores, y también algún posicionamiento ético-político. Este último sería el caso de Derecho de nacimiento, una pieza que, pese a su noble leitmotiv, quizás no sea la mejor de cuantas ha escrito. En hora y media de recorrido, la propuesta dejó momentos de calado. Fue bello el conjuro de María la curandera, y muy sabrosona amén de contagiosa Cocos en la playa. Tampoco pasaron desapercibidas relecturas de clásicos como una La llorona especialmente inspirada o Cucurrucucú paloma. Tuvimos marcha jarocha en Mi tierra veracruzana –con un guiño a La bamba en la coda del tema–, y apreciamos con gusto el perfil abolerado –con algo de picante bossanovista– de El lugar correcto. Con gran dominio del guion por parte de la cantautora, la temperatura fue subiendo, y aunque la cosa nunca pasó de castaño oscuro, se desató la participación y canto colectivo del público en números como Tú sí sabes quererme, Nunca es suficiente o Hasta la raíz, la canción con la que puso fin a su primera visita a tierras ampurdanesas.

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