Catalunya ya puede presumir de quinteto de viento: los jóvenes SenArts se lucen en Torroella

Música de cámara

Surgieron sólo por presentarse al concurso Nielsen de cámara y quedaron segundos. Ahora giran gracias a haber ganado el Montserrat Alavedra. Este viernes descubrieron ese curioso repertorio al público del festival 

Los miembros del Send Arts Wind Quintet, en el Festival de Torroella de Montgrí

Los miembros del Send Arts Wind Quintet, en el Festival de Torroella de Montgrí

Mar Duran / Nord Media

El efecto Quartet Casals, un conjunto de primera línea internacional pero establecido en Barcelona y con un pie siempre en la enseñanza y el acompañamiento de jóvenes que querían formar un grupo de cámara, ha servido para mucho más que para que Catalunya pudiera volver a llamarse tierra de cuartetos. Otras formaciones han surgido de la Esmuc gracias a estas bases fundacionales. Y de qué manera. El SenArts Wind Quintet, sin ir más lejos, se creó por un impulso aguerrido del clarinetista Lluís Casanova, que pensó que podían presentarse al concurso Carl Nielsen de música de cámara. 

Lee también

Christopher Monks: “El éxito de la música antigua está en dejar de tocar con cuidado”

Maricel Chavarría
Christopher Monks y el Armonico Consort

”Nos llamó y nos dijo que teníamos que crear un quinteto”, recuerda la fagot Clara Caminas en los camerinos del Espai Ter, después de su exitoso concierto en el Festival de Torroella de Montgrí, este viernes. “Sí, nos dijo que teníamos que presentarnos en el Nielsen, en la categoría de quinteto de viento, y nos convocó a todos”, corroboran Pau Roca, el oboe, y la flautista Nieves Aliaño, todavía enfundados en su elegante indumentaria de escenario. 

El clarinetista Lluís Casanova, rodeado de Nieves Aliaño a la flauta travesera y Clara Caminas al fagot, durante el concierto en el Espai Ter

El clarinetista Lluís Casanova, rodeado de Nieves Aliaño a la flauta travesera y Clara Caminas al fagot, durante el concierto en el Espai Ter

Mar Duran / Nord Media

Así fue, partieron a Dinamarca, concursaron y se llevaron el segundo premio en su categoría. La idea no había sido nada descabellada. Al año siguiente, en 2024, ganaban el Montserrat Alavedra en su tierra, lo que les ha abierto las puertas a muchos festivales, como el de Torroella, y salas. El Palau de la Música les llamó inmediatamente. Van a hacer allí su debut en febrero. 

En solo tres años, estos jóvenes en la treintena que coincidieron en la Esmuc y la  JONC, han logrado avanzar con fuerza como quinteto de viento

En solo tres años, estos jóvenes instrumentistas que tienen entre 30 y 33 años y que coincidieron todos ellos en la Jove Orquestra Nacional de Catalunya (JONC), han logrado avanzar con fuerza como quinteto de viento, una de las formaciones más singulares y que combina una diversidad de timbres, colores y texturas muy rica y heterogénea, creando un equilibrio armónico entre las cinco voces que son solistas y acompañantes a la vez. Y todo ello sin dejar de lado sus otros menesteres. 

Dos de ellos tocan con la Orquestra del Liceu -el trompa, Carles Chordà, estaba hace unos días a las órdenes de Gustavo Dudamel en West Side Story- y otros dos con la Franz Schubert Filharmonia, la orquesta de Tomàs Grau. Mientras que Caminas ya vuela como freelance.

Su concierto en Torroella descubrió un fabuloso repertorio de quinteto de viento del siglo XX, con obras de Nielsen, Hindemith y Zemlinsky

Su participación en Torroella fue una ocasión de oro no sólo para congratularse por el nivel que lucen esos jóvenes formados en tierras catalanas y que ya han regresado de sus respectivos periplos de perfeccionamiento en el extranjero, sino para descubrir el fabuloso repertorio de quinteto de viento del siglo XX -a excepción del  Andante para corno inglés núm. 2 de Anton Reicha, del XIX, con el que comenzó la velada- que raramente se escucha en las salas de conciertos.

Lee también

El espíritu 'funky' de Joan I de Aragón se aparece en Torroella con Tasto Solo

Maricel Chavarría
Concierto de Tasto Solo en la iglesia de Sant Gens en el marco del Festival de Torroella de Montgrí. Mar Duran/Nord Media

Con el sonido luminoso y etéreo de la flauta travesera, un oboe melódico, un clarinete cálido, un fagot grave y sólido y una vibrante trompa -el único integrante de  metal-, los SenArts desgranaron obras del propio Nielsen en una primera parte algo más irregular, pero bordaron el Hindemith de la segunda, con una rompedora Pequeña música de cámara, núm. 2, en la que el compositor hace gala de su don para el contrapunto y el juego rítmico, tan enérgico y lírico como humorístico. Pues si algo tienen los vientos es que invitan mucho a la ironía. La velada la cerraron con un bis muy celebrado de Zemlinsky y con el público dando muestras de franco agradecimiento.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...