El cómic con tinta feminista

El reportaje

La generación de autoras del siglo XXI ha creado un estilo, tan disruptivo como diverso, que cuestiona las narrativas clásicas de la historieta

Horizontal

Una ilustración de Jazmín Varela del libro “Tengo unas flores con tu nombre” publicada en el diario 'femiñetas' 

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Entre los libros que conservaba su madre, una niña de doce años descubrió el afilado trazo de la dibujante barcelonesa Núria Pompeia (Barcelona, 1931). Sus viñetas pioneras del humor gráfico español cuestionaban sin anestesia las estructuras sociales, los roles de género y la feminidad en plena década de los 60. Aquellas páginas despertaron en la adolescente una admiración que –en su adultez– la guiaría por una senda similar, pero con nuevos tintes. Carlota Juncosa (Barcelona, 1984) es diseñadora gráfica y forma parte de una generación de historietistas que ha quebrado la narrativa tradicional del cómic, explorando diversas estéticas y temáticas que reflejan la pluralidad de una nueva ola.

Ese mismo espíritu de “viñetear” desde la reflexión, la provocación y la voluntad de cuestionar el mundo, ha dado lugar a proyectos femiñetas . Su fundadora, la periodista argentina Flor Coll, habla de él con convicción, mientras coge uno de los varios ejemplares de la última edición del periódico gráfico feminista. Basta una simple hojeada, para que la diversidad de trazos, colores y formas salten a la vista de cualquier espectador. “Quisimos visibilizar un feminismo en horizontalidad y transparencia. El cómic es otra tecnología, que no necesita de mucho lenguaje, pero es un lenguaje en sí mismo”, explica a La Vanguardia . Si bien la propuesta nació en 2018 como proyecto final de su máster en Género y Comunicación, pronto se transformó en algo más.

Vertical

Cómic de Emma Roulette, publicado en 'femiñetas' 

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Luego de catorce ediciones, y la colaboración de 150 autoras en España y América Latina, el colectivo celebrará en septiembre su séptimo aniversario con su primer festival femiñetas . El espacio industrial del Fabra i Coats contrasta con los coloridos diarios impresos repartidos en las mesas de una de sus salas. Ese mismo espacio – que además es su residencia desde hace dos años– acogerá a las más de 70 creadoras del fanzine, la ilustración y la edición independiente que participarán de la cita.

Cada autora aporta su propio prisma. Juncosa, por ejemplo, crea desde las situaciones que generan vergüenza en la sociedad, pero también desde el mismo proceso creativo de dibujar. “Hay que permitirse el enfado, mis primeros fanzines nacieron de ahí. Sirve para que no te aniquilen, para marcar un territorio. Para las mujeres está especialmente penalizado enfadarse”, reflexiona sobre un sentimiento que –dice– puede ser necesario para encontrar la inspiración. Más tarde, su interés por abordar temas que exploran la identidad y cuestionan el status quo la llevaron a realizar la biografía gráfica de la cupletista trans Carmen de Mairena, un íntimo trabajo reconocido con el premio Junceda 2018 a la mejor historieta del año.

Más de 70 autoras se reunirán para la primera edición del festival femiñetas en el Fabra i Coats

Flavia Álvarez-Pedrosa (Oviedo, 1987), conocida como Flavita Banana, también ha colaborado en femiñetas . Su trazo “tosco y bruto” –como ella misma lo define– en tinta negra china combina sarcasmo, humor y opinión para crear satíricos personajes que le han valido varios reconocimientos. Uno de ellos, ser la primera mujer en ganar el Premio Mingote en 2023. “Hace unos años empezó a circular el concepto de ‘trazo femenino’, que es terrible porque estigmatiza. Dos veces intenté adaptarme a lo que creían que querían y lo pasé tan mal”, explica.

Ese mismo trazo es hoy su sello distintivo, con el que quiebra estilos que tradicionalmente se han considerado como “femeninos”. La dibujante apunta incluso más allá: “A veces ocurre que por cuidarnos, tratamos temas que nos pertenecen exclusivamente a nosotras. Hablamos del cuerpo, de la menopausia, de ser madre, etcétera. A mí me gustaría animar un poco más a las mujeres a hablar de cualquier cosa”.

El cómic, los videojuegos, el manga y el animé son motores de inspiración para las creadoras actuales

Viñetas polifacéticas que historietistas como Marta Cartú (Barcelona, 1989) han trabajado desde un escenario más alternativo y a través de la autoedición de sus creaciones. “Mis discursos reflexionan sobre los malestares contemporáneos, ya sea desde temas de feminismo hasta la tecnología o ecologismo. Para mí lo interesante es que no lo hago para crear verdades universales”, explica.

Si hay algo que caracteriza a esta generación de autoras es su diversidad creativa, apunta la investigadora especializada en cómic y cofundadora del Colectivo de Autoras de Cómic, Elisa McCausland. Nacidas –en su mayoría– durante la última revolución feminista, estas dibujantes se nutren no sólo del cómic tradicional, también del mundo audiovisual, los videojuegos, el manga y el anime. “Han tenido acceso a un rango cultural mucho más amplio que sus antecesoras, sobre todo en la formación. El internet y las redes sociales han permitido el ánimo reivindicativo internacionalista y la dinámica del colectivo de autoras”.

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La historietista de humor Raquel Gu (Barcelona, 1972) forma parte de ese grupo. En su extensa trayectoria editorial y mediática, ha creado un estilo propio que –dice– le permite explorar “la mala leche con gracia”. Y aunque reconoce que se han ganado batallas, también advierte que permanece la marca de un mundo tradicionalmente masculinizado, como lo es el del cómic. “El horizonte perfecto sería no tener que diferenciar entre autores masculinos y autoras femeninas. Que al ser autor de cómic se te valore solo por tu creatividad, por tu trazo, por tu ingenio, por las historias que cuentas”, añora.

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