“No digas que fue un sueño”. El mito de Cleopatra se hace realidad en la exposición inmersiva que a partir de este viernes, 12 de septiembre, albergará la Nave 16 de Matadero, el Centro de Creación Contemporánea de Madrid. Con tecnología de última generación, que incluye hologramas, realidad virtual y metaverso, la muestra acerca a todos los públicos un personaje histórico cuyo poder de seducción ha trascendido el tiempo.

Un holograma de la reina Cleopatra da la bienvenida a los visitantes a la exposición (Jesús Hellín / STUDIOMEDIA19)
La última reina de Egipto es la gran protagonista de la cuarta producción de Madrid Artes Digitales, cuyos responsables definen este nuevo proyecto, el “más ambicioso” después de los dedicados a Tutankamon, Pompeya y Titanic, también en Madrid, como un “viaje multisensorial” por el Egipto ptolemaico que invita al visitante a “descubrir Cleopatra como estratega política, figura divina y clave en la historia del poder”.
La muestra comienza con un sol que el espectador debe atravesar y que se encuentra en el ocaso, lo que simboliza el momento en el que Cleopatra asumió el poder en Egipto, sumido en la decadencia después del lejano esplendor de los faraones, de la posterior fundación de la fabulosa Alejandría, con su fascinante Biblioteca y su Faro, por Alejandro Magno, y en una época en la que Roma era dueña del Mediterráneo.

Un visitante con gafas de realidad virtual
En lugar de enfrentarse a la poderosa emergencia del imperio romano, la inteligente Cleopatra hace gala de sus dotes de seducción primero con Julio César, con quien tuvo a su hijo Ptolemeo Cesarión, y luego con Marco Antonio, padre de los otros tres -los mellizos Alejandro Helios y Cleopatra Selene II y Ptolomeo Filadelfo-, para devolver a su reino el poder perdido.
Eso explica Nacho Ares, el comisario de la exposición, en la presentación de la muestra, cuando subraya que no ha querido redundar en los temas conocidos de una Cleopatra convertida en icono pop por Hollywood, con la imagen de Elizabeth Taylor en la mente de todos, sino presentarla como una mujer de su época que compitió al mismo nivel que los hombres, a los que no venció por su belleza, ya que su rostro era “normal”, según muestran las monedas y efigies conservadas, sino porque era muy inteligente y había tenido una excelente formación.

Un mapa interactivo de Alejandría da pie al recorrido
En una sala que se presenta como la alcoba de Cleopatra, con vistas al Faro, en cuyo centro hay un mapa interactivo de Alejandría en el que aparecen representadas las joyas arquitectónicas de esta ciudad considerada entre las siete maravillas del mundo, hay también tres espejos inmersivos en los que la reina explica la importancia del maquillaje, el trenzado del cabello y las alhajas en su cultura, que se remonta tres milenios atrás: “Ella vivió 2.500 años después de las pirámides y solo 2.000 antes que nosotros”, enfatiza Ares.
A partir de ahí, y después del recibimiento de un holograma de Cleopatra que sitúa al espectador en el siglo I a.C., con Julio César y Marco Antonio como protagonistas, se inicia el recorrido por la sala inmersiva, con una espectacular recreación de la vida de la reina egipicia y la batalla de Accio, que puso fin a su sueño de erigir un imperio en el Mediterráneo oriental regido por su dinastía y precipitó su suicidio, todavía envuelto en un gran misterio. “Se sabe que se envenenó, pero no está claro el papel que tuvo la famosa picadura de áspid”, indica Ares.

Una de las escenas de la instalación inmersiva
Su fastuosa coronación y entronización como diosa, asimilada a Isis, “señora de las dos tierras”; sus estudios de medicina, filosofía y gramática en la famosa Biblioteca, así como el fatal desenlace de su vida y, simbólicamente, de Alejandría, arrasada por un terremoto y sepultada bajo las aguas por un tsunami, se suceden en un espectáculo audiovisual didáctico mediante proyecciones en pantallas envolventes de ocho metros de altura.
Para finalizar, el recorrido ofrece dos espectáculos en los que el visitante, a través de unas gafas de realidad virtual, va explorando las ruinas submarinas de Alejandría hasta llegar al sarcófago de Cleopatra, en el templo de Isis, y, para acabar, se adentra en escenarios significativos de la historia de Egipto.

Dos visitantes, en plena batalla naval
No digas que fue un sueño. Este fue el título que Terenci Moix, inspirado en “El dios abandona a Antonio”, el célebre poema con el que el griego Konstantinos Kavafis rindió homenaje a su Alejandría natal, puso a su novela sobre la vida de Cleopatra, la reina de Egipto que esta exposición, gracias a la tecnología, trata de devolver, de alguna manera, a la vida.