Agustín Díaz Yanes llevaba ocho años sin dirigir, desde aquella aventurera Oro (2017) ambientada en la conquista de América en el siglo XVI. Ahora, el cineasta y guionista madrileño, que marcó un hito en 1995 con su ópera prima Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, ha regresado a lo grande con un ambicioso thriller inspirado en la mayor operación encubierta contra ETA.
Si en la reciente La infiltrada, Carolina Yuste encarnaba a Aranzazu Berradre, pseudónimo con el que se infiltró una agente de la Policía nacional en la banda terrorista durante 8 años, en Un fantasma en la batalla es Susana Abaitua la que se mete en la piel de Amaia, un personaje de ficción basado en muchos agentes que se jugaron la vida para conseguir información de primera mano dentro de ETA entre la década de los noventa y los 2000. “Siempre me pareció que el tema de ETA era muy cinematográfico. El tiempo que estuve sin dirigir estuve viendo Patria y otras cosas y yo tenía una idea que Belén Atienza me dijo que tirara para adelante. El follón empieza cuando te metes a escribir, pero creía que la lucha contra ETA tenía un buen relato cinematográfico y tratamos de hacerla desde el punto de vista de una chica joven que se infiltra y está doce años en la banda”, explica el director a La Vanguardia sobre este filme que participa en la sección oficial fuera de concurso del festival de San Sebastián y que aterriza en cines el 3 de octubre y el 17 del mismo mes se podrá ver en Netflix.
El director Agustín Díaz Yanes y los actores, Susana Abaiuta, Andrés Gertrúdix, Iraia Elias, Raúl Arévalo y Ariadna Gil, durante la presentación de 'Un fantasma en la batalla' en el Festival de Cine de San Sebastián,
La película recorre la historia de esta joven solitaria y metódica en paralelo al reguero de sangre que dejó ETA como el asesinato de Gregorio Ordóñez, el de Miguel Ángel Blanco o el secuestro de Ortega Lara “con el mayor respeto posible” y con el uso de material de archivo.
Díaz Yanes asegura que “la documentación de los infiltrados es complicadísima porque la Guardia Civil es una organización muy seria y te cuentan muy pocas cosas. Yo he hecho un compendio de lo que he leído, de lo que pensaba y del personaje que quería crear. No quería ajustarme demasiado a la realidad porque me limitaba mucho a nivel cinematográfico”. El hecho de decantarse por una mujer joven como protagonista se debía a que necesitaba una actriz “que tuviera ángel” y que cuando llegara a un sitio “la gente quisiera conocerla y ser su amiga”.
Amaia es alguien que deja su vida por la causa... y es una profesión muy injusta porque no está reconocida
Cuando vio a Susana supo enseguida que era ella. Y Abaitua se entregó de lleno porque “era el mejor guion que me había llegado”. Entender su complejidad y su viaje silencioso fue lo más difícil. “Es alguien que deja su vida por la causa... y es una profesión muy injusta porque no está reconocida”, subraya. “Eso es lo que llamaba Javier Marías las vidas no vividas. Ella lleva una vida como infiltrada y la otra vida la ha dejado atrás por la causa. Y no tiene futuro. Cuando sale de ahí no tiene pasado ni futuro”, recalca el director.
La película refleja cómo Amaia siempre ha de estar alerta, ganarse la confianza de una gente que sospecha de todo el mundo y no cometer el mínimo fallo. “Creo que esa tensión es parte de lo que le hace volver cuando se va de ahí. Cuando está, le cansa, pero cuando se va, hay algo un poco adictivo que la empuja a volver”, dice la intérprete, quien se fue sola de viaje a la India hace un tiempo y “lo pasé muy mal, sufrí mucho. Pero cuando regresé necesitaba volver a irme, conectar con ese chute de miedo”.
La misión de Amaia es la de investigar la red de zulos de ETA en el sur de Francia, labor que agentes de la Guardia Civil desarrollaron clandestinamente en las filas de la organización y que desembocó en la operación Santuario, uno de los mayores hitos de la lucha contra la banda terrorista. Entre el reparto figuran Raúl Arévalo y Ariadna Gil como integrantes de ETA. El de la actriz catalana sorprende por su rostro de facciones duras y un acento vasco.
Sobre el hecho de que La infiltrada se estrenara hace un año y que ahora sea el turno de un filme que cuenta también sobre un topo en la organización terrorista, Díaz Yanes opina que se trata de “una gran película porque así lo ha pensado el público y ahí están todos los premios”. Sin embargo , “ahora nos toca a nosotros y va a haber muchas más películas sobre terrorismo” destaca el realizador de Alatriste, al que le gustan los filmes irlandeses sobre el IRA y de espías. Un fantasma en la batalla cuenta con la producción de La sociedad de la nieve, con J.A Bayona al frente, con el que ha coescrito el guion de su nuevo filme, A sangre y fuego.
