‘Akhnaten’, Philip Glass llevado a la ensoñación

Estreno español

La ópera ‘egipcia’ del compositor minimalista llega al Liceu convertida en un sueño de malabares

09 - 10 - 2025 / Barcelona / Liceu acull l'estrena nacional d''Akhnaten' de Philip Glass amb producció de Phelim McDermott i la veu d'Anthony Roth Costanzo. Hi haurà també Karen Kamensek (directora musical), Rihab Chaieb (Nefertiti) i Víctor Garcia de Gomar (director artístic del Liceu). / Foto: Llibert Teixidó

Zachary James, Phelim McDermott, Rihab Cahieb, Anthony Roth Costanzo, Karen Kamensek y García de Gomar entre malabaristas 

Llibert Teixidó

Todo aquello sin pies ni cabeza que sucede en los sueños es susceptible de aparecer salpicado de malabaristas en el escenario del Liceu del 19 de octubre al 3 de noviembre, cuando tenga lugar el estreno español de Akhnaten . Esta ópera egipcia que Philip Glass compuso en 1983 aborda la figura del faraón que hace 3.500 anys impuso una reforma religiosa: lo del politeísmo se había acabado, había que adorar a un solo dios, Aten, la esfera solar, practicar el Atenismo. Así Amenhotep IV se convirtió en Akhenaton, “el que gusta a Aten”.

Philip Glass, que ya había compuesto Einstein on the Beach (sobre Albert Einstein) y Satyagraha (sobre Mahatma Gandhi), completaba con esta ópera en tres actos una trilogía sobre la religión, la ciencia y la política. Luego llegarían The Voyage (sobre Colón), Galileo Galilei o The Perfect American , dedicada a Walt Disney.

Una de las arias del faraón se escuchará en catalán: “Ya estoy trabajando las vocales”, dice el contratenor

El Liceu se ha pertrechado para la ocasión de especialistas en Glass: la maestra estadounidense Karen Kamensek, que conoce al genio del minimalismo desde los 19 años y ya ha dirigido ya medio centenar de funciones de Akhnaten, y el director de escena británico Phelim McDermott, que reconoce que hubo un momento en que temió quedar encasillado en montajes glassianos, pues ya es el tercer retrato que hace, tras Gandhi y Disney. Esta producción de la English National Opera y la de Los Angeles viaja por primera vez al continente europeo.

“No queríamos caer en una mala producción de Aida con kilos a arena esparcidos, de manera que lo convertimos en un sueño, en esa visión que del antiguo Egipto se tiene desde el prisma del colonialismo británico, porque eso era algo que no podíamos ignorar. Lo tratamos como una experiencia ritual, no pretende ser un retrato fiel de aquel tiempo sino algo atmosférico”, explica McDermott, que advierte que en una ópera hay momentos clave de meditación que te proporciona la música, “pero en esta pasa en toda la ópera”.

Lee también

La orquesta –unos 45 músicos– prescinde de violines, para centrarse en violas, cellos y contrabajos, más la percusión y los vientos metal, si bien la repetición lleva a tener que relevar a los músicos antes de quedar sin resuello o con el brazo agarrotado. Y vocalmente es muy exigente, apunta la mezzo Rihab Chaieb (Nefertiti) que debuta en el Liceu al igual que Anthony Roth Costanzo (Akhnaten) y que el bajo-barítono Zachary James (Escriba), un animal escénico de Broadway y el West End.

Roth Costanzo, alma del montaje y director de la Ópera de Filadelfia, cantará en catalán un aria que hacen en la lengua del lugar: “Ya estoy trabajando con las vocales”, dice. Y resalta la personalidad “trans” de Akhnaten, quien marcaba caderas, pechos y morritos. “Era un visionario que al convertirse en faraón a los 17 tuvo la idea de cambiar el orden del mundo, el modo en que se respetaba a las mujeres o se hacía arte. Pero la cuestión es si era un visionario progresista o un líder frío que destruía la sociedad. La gente se pregunta si es que era intersex o quiso hacerse así. Desde mi perspectiva actual, diría que fue importante en la trayectoria de la experiencia trans. Hizo del sol el único dios, que no era ni hombre ni mujer, sino que se situaba entre ambos”.

El contratenor entra desnudo en escena y a modo de promoción ha posteado un video depilándose –“el vello era el demonio en el Antiguo Egipto”– y mostrando la cera con el vello asido... ¿Le pareció de buen gusto? “Los teatros de ópera siguen mostrando lo que creen que la gente quiere ver: terciopelos y dorados, pero el público va disminuyendo y hay que conectar de manera más cercana”.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...