María José Cifuentes tiene mucha experiencia en la gestión de obras estructurales. El Mercat de les Flors, cuyas riendas coge desde ahora, no es el primer centro cultural que ha gestionado. Levantó ella misma el centro NAVE que financiaba un millonario en su país, Chile, y luego llevó adelante la reconceptualización de la principal sala del gran centro cultural Gabriela Mistral, en Santiago, un gran centro con cinco espacios que ella misma gestionó. “Llevo años con el casco puesto pensando en espacios para la danza”, dice la flamante directora del Mercat, otro edificio que hereda en plenas obras de reforma.
Esta temporada seguirá la actividad en la sala MAC, pero el cierre de las salas durará no un año sino dos: del 2027 al 2029
El calendario de afectación se va alargando como un chicle: aquellos doce meses que se preveía que el Mercat debería permanecer cerrado, sin actividad artística, se han convertido ya en dos años, desde enero de 2027 y hasta 2029. Es decir, que se reabriría a punto para la celebración del centenario del equipamiento que vio la luz en ocasión de la Exposición Universal de 1929.
Durante la actual temporada que acaba de comenzar, los espectáculos se seguirán celebrando en la sala Maria Aurèlia Capmany (MAC), a la que se accede por un lateral, mientas que el ala norte del edificio, esto es, oficinas, hall, bar y sala Pina Bausch quedarán inutilizados. Entre aproximadamente septiembre y diciembre de 2026 sí se abrirá el equipamiento en su totalidad, antes de bloquear el ala sur de las salas.
Así lo ha explicado Cifuentes este miércoles, durante la presentación de sus líneas de actuación para este periodo de 2025 a 2028 en que permanecerá al frente de la nave. Una presentación a la que no ha acudido, por cierto, ningún representante del Ayuntamiento, la institución pública con mayor presencia en el consorcio del Mercat. Y eso que la nueva directora se encuentra en plenas negociaciones con otros equipamientos de la ciudad y del resto de Catalunya para acoger la programación de estos dos años nómadas.
“No se cierra un teatro más, sino el equipamiento de danza más importante”, advierte la nueva directora. “Tenemos un gran desafío a nivel de país”
Hay cuestiones que Cifuentes no puede adelantar, como la del presupuesto, aunque este jueves, sin ir más lejos, se reúne con la consellera de Cultura, Sònia Hernández. En cualquier caso, considera que “hay que hacer mucho ruido para no desaparecer” y que “tenemos un gran desafío a nivel de país. No tener la MAC estos años nos invita a llevar la danza a otros espacios y territorios, a poderla exponer en toda Catalunya. Es una oportunidad no solo para desarrollar nuevos proyectos de danza que pueden potenciar más una escena local, ya reconocida a nivel internacional, sino que nos permita expandir y que el Mercat no sea solo un teatro que hace danza sino un lugar que invita a la experiencia del cuerpo y el movimiento”.
Cifuentes este martes frente a un Mercat de les Flors recubierto de andamios
“No se cierra un teatro más, sino el equipamiento de danza más importante -advierte Cifuentes-. Y confío en la solidaridad y la confianza tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat para hacer de esto un espacio que importe a nivel de Catalunya”. La gestora, que no es una recién llegada en el Mercat, pues trabajó en el pasado en acompañamiento de nuevos creadores a través del Graner y también en el Mov, ese espacio de intercambio internacional de la danza y las artes del movimiento, mantiene una línea continuista con la anterior gestión de Àngels Margarit y Cesc Casadesús.
Lo cual no quita que vea una oportunidad ante el cierre del edificio para profundizar en su internacionalización, esforzándose, por ejemplo, en llevar a cabo coproducciones internacionales. Eso no le parece un triple salto mortal, dadas las circunstancias y las dificultades presupuestarias, sino todo lo contrario: “Puede ser interesante porque también muchas cosas que se hagan fuera luego pueden llegar a la casa, artistas internacionales que estrenan y giran fuera y luego llegan aquí ya con un prestigio. Lo veo como una estrategia que puede servir a largo plazo”.
Hay que sostener la coproducción para abrirnos a escala internacional en un momento en que buscamos socios estratégicos para fortalecer la creación catalana”
Sus líneas de actuación, asegura, comienzan por consolidar los procesos de creación a escala de Catalunya. “El Mercat se fortaleció mucho a nivel de estructura y equipo con el proyecto Cèl·lula de producción. No podemos abandonar eso. No sé si seguirá siendo esa la naturaleza del proyecto pero, como equipo, creemos fielmente que debemos seguir con la producción a esa escala. Y sostener la coproducción para ver cómo se puede abrir a nivel internacional en un momento en que buscamos socios estratégicos internacionales que puedan fortalecer la creación catalana”.
En este sentido, asegura que seguirá habiendo residencias técnicas en el Mercat, y acompañamiento en los procesos de producción, pero “el enfoque será aportar la producción y coproducción”. Además, indica, “también es importante salir de la lógica de la exhibición. De ahí que me interese abrirnos a espacios de pensamiento y reflexión sobre el por qué de la danza, sus formas de hacer, su dramaturgia”.
Me interesa el giro educativo que han dado las artes escénicas, que el creador sienta que tiene un papel importante en términos de educación y mediación”
Cifuentes ve clave, por otra parte, el tema de la educación y mediación. “Me interesa el giro educativo que han dado las artes escénicas: desde lo performativo a lo educativo. Y que el creador sienta que tiene un papel importante en términos de educación y mediación. Eso hay que potenciarlo. Y justamente el Mercat ha desarrollado uno de los proyectos mas importantes que hay hoy en día en la danza”. Y recuerda también que la casa es parte de un proyecto europeo que potencia la relación con los artistas con discapacidades o neurodiversidades.
Por último, incide en la expansión a que abocan ahora las obras de reforma. “El desafío de no tener un espacio nos empuja a la circulación. Hemos estado analizando modelos como el Théâtre de la Ville de París, o el Centro Pompidou para ver cómo se hace una programación sin espacio. Y en base a eso hemos podido relacionarlo a nivel de metrópolis y de Catalunya, y me parece que la cuestión de la comunidad de los públicos va a ser central: hay que lograr que se sientan del Mercat sin estar en el Mercat”.
No tener espacio les invita a pensar en la gobernanza y la gestión interna, en cómo desarrollan lógicas de cuidado, de sostenibilidad, al no tener incluso oficinas… “Es momento para pensar la próxima personalidad que tendrá el Mercat con un proyecto que tiene ya 40 años, pero que plantea la sala de los próximos 60”.



