Aunque el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) empieza hoy martes, ayer fue un día intenso en Arequipa, la ciudad peruana que acoge el décimo encuentro. Todas las miradas estaban puestas en los directores del Instituto Cervantes y de la RAE por la polémica que protagonizaron la pasada semana. De entrada, la presentación del CILE se desarrolló ayer según lo previsto, marcando los tres ejes que señala el programa: mestizaje, lenguaje claro e inteligencia artificial.
Sin embargo, en el turno de preguntas, aunque los periodistas habían sido advertidos de ceñirse al programa del CILE, no una, sino tres preguntas intentaron recabar información al respecto. A la primera, pelotas fuera, subrayando Luis García Montero (Cervantes) y Santiago Muñoz Machado (RAE) la importancia y la necesidad de que el congreso se desarrolle según lo previsto, gracias al esfuerzo de las autoridades peruanas.
Los dos directores mantuvieron sus espadas en alto, asegurando que el CILE no era el lugar de dirimir sus diferencias
Pero en las dos siguientes, los dos directores mantuvieron sus espadas en alto, asegurando que el CILE no era el lugar de dirimir sus diferencias. Mientras el director de la RAE aseguró que no hablaría de ello en ningún momento de esta semana, el del Cervantes aseguró que, en España, se tendrá que abordar lo que sucede. “Ya habrá tiempo de hablar no solo sobre el director de la Real Academia, sino sobre el sucesor que se está preparando para sucederle y que tiene mucho que ver con el comunicado que la RAE hizo el otro día”, lanzó García Montero. A lo que Santiago Muñoz respondió: “Ni idea”. Los desacuerdos entre las dos instituciones vienen de lejos, con papeles distintos en la organización en cuanto a diplomacia, recursos económicos y programa académico.
En la parte final, cuando se trataron otros temas como el de la inteligencia artificial, sobre el que aparecieron algunos apuntes, el director de la RAE emplazó a los presentes a asistir a la sesión Lengua española, culturas digitales e inteligencia artificial, que se celebra hoy martes, “pues nosotros no somos expertos en la materia”. A lo que el director del Cervantes replicó: “Yo sí puedo hablar como experto porque soy filólogo”.
El día había empezado con una gran noticia académica, pues se presentó el avance del Diccionario histórico de la lengua española (DHLE), un hito lexicográfico sin precedentes. La culminación de esta obra fue calificada por el director de la RAE como “quizá el acto más importante de este CILE”.
Para ello se han necesitado más de 100 años, que se resumen en los diez volúmenes, que suman más de 20.000 páginas. El DHLE es digital nativo, por ello todo ese papel contiene una pequeña muestra de todo el trabajo realizado. Pero para Muñoz Machado es necesario que quede esta constancia física.
“En los estatutos de mediados del siglo XIX se dio impulso a la etimología, y ya entonces, en 1861, se bautizó como Diccionario histórico de la lengua española’, refirió el director académico. “En 1914 se publicó un plan general para su elaboración, y esa se considera la fecha de arranque. En las actas de la Academia, hay constantes referencias de Antonio Maura rogando a los académicos para que se implicaran en su elaboración”.
Para su elaboración digital, “llegamos a la conclusión de que había que prescindir del orden alfabético, pero lo hemos tenido que recuperar para publicarlo en papel”. “Consideramos este trabajo una obra de Estado y en la que han trabajado 40 instituciones de todo el mundo. 112 años nos contemplan. Y también creo que nunca más habrá una edición en papel de esta obra”, concluyó.


