Michela Murgia fue una de las escritoras más prestigiosas de Italia. Falleció en 2023 a los 51 años víctima de un cáncer. Antes de su muerte y durante la pandemia de la covid, escribió una serie de relatos que ahora han llegado al cine de la mano de Isabel Coixet.
Autobiografía
Murgia murió de un cáncer de riñón una semana antes de que se publicara el libro
Alba Rohrwacher interpreta a Marta en Tres adioses , una cinta que ha pasado por el festival de Toronto y que hoy inaugura la 70 edición de la Seminci en Valladolid. Marta es profesora en un instituto de Roma y vive con su novio, Antonio, un prestigioso cocinero de la capital italiana.
Muerte
A todos nos preocupa la muerte aunque no lo digamos, aunque no lo pensemos
La vida de la protagonista de Tres adioses está encarrilada. Pero de repente todo se derrumba. Una noche discute con Antonio, quien le confiesa que no está convencido de seguir adelante con la relación y, finalmente, la deja. Tras la ruptura, Marta pierde el apetito y achaca la situación al dolor de la separación. Pero cuando va al médico descubre que tiene cáncer y que le queda muy poco tiempo de vida.
Coixet cuenta en esta entrevista con La Vanguardia los entresijos de Tres adioses , que llegará a las pantallas españolas el próximo mes de febrero, pero que ya se ha estrenado en Italia donde se ha convertido en un de las películas más taquilleras de la temporada.
¿Conocía la obra de Michela Murgia antes de rodar la película?
Había leído La acabadora . Luego me adentré en esta colección de 14 cuentos que Michela escribió durante la pandemia. Dos de los relatos no tenían que ver con la covid, que son los que el coguionista, Enrico Udeínos, y yo escogimos para la película.
Son precisamente dos relatos autobiográficos...
Sí. Murgia murió una semana antes de que se publicara el libro. Es un obra póstuma. Falleció de un cárcel de riñón. Yo sabía que esta autobiografía tenía que ver con la enfermedad, pero después de rodar la película me enteré de que también la historia de la ruptura era real y que solo dos semanas después de que lo dejara con su pareja, Michela descubrió que estaba enferma e iba a morir.
Usted ya había tratado el tema de tener conciencia de la cercanía de la muerte en Mi vida sin mí (2003). ¿Por qué le atrae este cuestión?
A todos nos preocupa la muerte aunque no lo digamos, aunque no lo pensemos. Me interesa el ocultamiento, cómo hacemos exorcismos todo el rato para no pensar que nos tenemos que ir. Por eso hago estas películas.
Las protagonistas de Mi vida sin mí y Tres adioses actúan de forma diferente ante la misma realidad: conocer la fecha de su muerte...
Cuando me hicieron la propuesta, la analicé bien porque no quería repetirme. Si no era para hacer algo diferente me parecía que no merecía la pena. Pero vi que Marta, aunque tiene una peripecia parecida a la de Ann, la protagonista de Mi vida sin mí, es una persona diferente. Es una mujer de más edad, sin hijos y eso le daba otro punto de vista a una historia como esa.
Ann y Marta enfrentan la muerte de maneras diferentes. ¿Qué haría usted si supiera que solo le quedan unas semanas de vida?
Yo me tomaría todas las drogas del mundo y todo el champán. Lo tengo todo clarísimo. Lo que no haría es tomar macedonias como Marta, pero es que ella es muy particular. No es una persona social, no le gusta salir ni ir a las inauguraciones. Pero una vez que recibe la noticia, sí hay un cambio en ella. A Alba Rohrwacher siempre le decía que tenía que interpretar a su personaje antes del helado y después del helado.
¿Cómo decidió entrar en el proyecto y rodar una película en Italia y en italiano?
Conocí al productor Riccardo Tozzi hace diez años. A él le encantaban mis películas y siempre me decía que tenía que rodar en Italia. Me enviaba libros de los había comprado los derechos, pero eran textos que no me decían nada. Cuando me mandó este me encantó, aunque tuve dudas antes de aceptar por el temor a repetirme.
¿Cómo ha sido la experiencia italiana?
Ha sido estupenda. Dicen que los españoles hablamos una mezcla de italiano y español y es bastante cierto, porque a mitad del rodaje ya hablaba bastante buen italiano, pero luego se me olvidó. Siempre es interesante trabajar en otros lugares y aquí he tenido la oportunidad de fotografiar una Roma muy especial. No hay ningún gran monumento, ni grandes ruinas. He mostrado la ciudad que me gusta a mí, que es la Roma del Trastevere. Es de hecho, la Roma en la que vivía Murgia, porque ella vivía en el Trastevere y murió allí. El restaurante de la película es el lugar donde escribió el primer cuento del libro.
'Tres adioses'
Tres adioses está funcionando muy bien en Italia, ha pasado por Toronto y ahora inaugura la Seminci. ¿Qué siente ante la buena recepción de sus películas?
La verdad es que no estoy nada acostumbrada a que mi cine triunfe. La película ha funcionado porque conecta con el público, no porque haya ido a Toronto. Hay películas que de repente conectan de una manera muy directa, como si hubiera unas ganas y una necesidad de ver ese tipo de cine.
¿Qué es lo que va a atraer a los espectadores que vayan a ver Tres adioses ?
Lo que quiero pedirles es que por favor se queden hasta después de los créditos. Sé que la gente cuando acaba una película enseguida van al baño o miran el teléfono y se meten en su vida de nuevo. En este caso, me gustaría que esperen hasta el final porque hay una sorpresa que tiene que ver con la película. Y también les pido que le hagan caso a Marta y se den cuenta de que el tiempo que tenemos debemos aprovecharlo.



