‘Ayoub’ o por qué Marina Otero se casó por interés con un marroquí

Llega el Big Bang a Girona

La artista argentina, uno de los platos fuertes de este fin de semana en Temporada Alta

Marina Otero, creadora e intérprete de 'Ayoub', en Temporada Alta 2025

Marina Otero, creadora e intérprete de 'Ayoub', en Temporada Alta 2025 

Andrés Manrique

“Por mi permanente soledad, hace un año fui a Tánger con una carta para casarme con un hombre y ofrecerle mi ciudadanía sudaca europeizada”, declara Marina Otero en la presentación de su último espectáculo, Ayoub, el nombre del marroquí con el que se casó. 

Este hecho real es el que germina en una pseudoconferencia El oficio de morir, que la artista argentina dicta en su último espectáculo, estrenado en Madrid la pasada semana y que este fin de semana llega a Temporada Alta, dentro de los cuatro días para los programadores internacionales. 

La obra me destapó la conciencia de una mirada colonial que tengo que desarmar

Marina Otero

“La conferencia trata sobre procesos creativos, pero hablar de creación significa desarmarse, y es lo que he venido haciendo”, explica Otero. “Para mí la creación es la vida. En relación con la urgencia, necesitaba estrenarlo ya, por un proceso biológico que me afecta a mí como mujer”.

“La obra ofrece una mirada colonial, con una atención especial a Palestina y con todo el genocidio que empezó a raíz del 7 de octubre”, continúa. “Presento mi relación con este hombre, en la que aparece una historia de amor. El formato empieza con una conferencia y se va rompiendo cuando aparece Ibrahim, que es quien interpreta al verdadero Ayoub”.

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“Hace tiempo que quería salir de mi mundo occidental y de mi posición más narcisista, pero era para mí problemático hablar de los demás. Me era imposible hablar de migración desde mi privilegio, porque vine a Madrid con trabajo. Pero sí quería hablar de problemas que no fueran los de mi mundo. Y también quería salir de ser la víctima y pasar al victimario”. 

Otero reconoce que su espectáculo tiene que ver con el proyecto de la catalana Núria Güell, que se casó con un cubano a cambio de quien le escribiera la mejor carta de amor. Por ello, Otero quiso dar sus papeles a Ayoub “para que su sueño se concretara”. “Es una obra inspirada en todos esas personas que buscan en la migración la salvación, y también por el amor romántico”. “La obra me destapó la conciencia de una mirada colonial que tengo que desarmar, que estoy desarmando”, añade.

La artista se posiciona claramente por la causa palestina: “Hablo de Palestina y hablo de migración, porque todo se entrecruza en el relato con la historia de Ayoub y la causa palestina”. Y precisamente este posicionamento le comportó problemas de censura en Alemania por otro espectáculo, Kill me, donde fue conminada a eliminar la palabra genocidio

Big Bang

Angélica Liddell protagoniza uno de los grandes espectáculos de este Big Bang de Temporada Alta. Son los cuatro días en los que el festival gerundense presenta algunos de sus mejores espectáculos, para los 106 profesionales acreditados provenientes de doce países. 

Con una alta vinculación con el festival, Liddell ofrece el estreno mundial de Seppuku, el funeral de Mishima, en el que rinde homenaje al escritor japonés, con una propuesta sobre la belleza, el erotismo y la muerte como forma de libertad y deseo. 

El Big Bang se completa con la creadora belga Miet Warlop, que presenta Inhale Delirium Exhale; la danza de Lorena Nogal en PICASSa; los mecanismos de palabras de Magda Puig y Andreu Martínez  en Manual para seres vivos; Oriol Pla y Pau Matas y la gula de Gola; Agrupación Señor Serrano con su Historia del amor; Roser López Espinosa, que presenta Cèl·lula #6: Faula; más los filmes Imprenteros, de Lorena Vega y Gonzalo Javier Zapico, y Dans la solitude des champs de coton, de Patrice Chéreau.

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