El barco Hjortspring es una de las joyas de la corona del Museo Nacional de Dinamarca. Esta antigua embarcación de tablones de madera, construida alrededor del año 400 antes de Cristo, fue descubierta en la isla de Als, en la costa de Jutlandia, y excavada por primera vez a principios del siglo XX.
Los arqueólogos creen que perteneció a un grupo de guerreros que atacaron la isla por una zona cercana al pantano de Hjortspring Mose y que fueron derrotados por la población local. Lo que no se había podido determinar con precisión es su procedencia ni su fecha de origen.
Materiales de calafateo y cuerda
Ahora, un nuevo análisis ha aportado pistas sobre sus misteriosas raíces. Según explican los expertos de la Universidad de Lund en un artículo publicado en la revista PLOS ONE, dataron por carbono y analizaron materiales de calafateo y cuerda no estudiados previamente, hallados junto al barco.
Mediante cromatografía de gases y espectrometría de masas, determinaron que el calafateo (el producto usado para cerrar las juntas de las maderas para que no entre el agua a la embarcación) probablemente estaba compuesto de grasa animal y resina de pino.
Comparación del barco de Hjortspring (ARRIBA) con arte de la Edad de Bronce y de la Edad de Hierro de Brastad. Obsérvese la continuidad en la forma y el diseño evidente entre las representaciones
En ese momento, Dinamarca contaba con pocos bosques de esta especie. Los especialistas señalan que es posible que la resina de pino llegara a Dinamarca a través del comercio. Sin embargo, otras zonas costeras a lo largo del mar Báltico, al este, sí contaban con pinares, lo que hace pensar que la nave pudo haber sido construida en estas regiones, y que tanto él como sus guerreros podrían haber venido desde esta dirección.
De ser así, el barco probablemente habría recorrido una gran distancia en mar abierto para llegar a Als, lo que podría indicar un ataque notablemente organizado y premeditado. La datación por carbono de las cuerdas y el sellador reveló que el barco se construyó en algún momento entre los siglos IV y III a.C., lo que concuerda con dataciones previas de madera del yacimiento de Hjortspring.
Pero lo que más llamó la atención a los arqueólogos fue una huella dactilar humana parcial descubierta en el alquitrán usado para impermeabilizar la embarcación. Si bien no pudieron determinar con exactitud su procedencia, los investigadores sugieren que la pudo dejar uno de los miembros de la tripulación durante una reparación del barco, lo que proporciona un vínculo directo con los navegantes de la antigua expedición.
“El nuevo análisis al barco de tablones más antiguo de Escandinavia nos acerca un paso más a la resolución del misterio de hace 100 años sobre su origen. Hemos identificado la región del mar Báltico como la fuente más probable de la nave de unos 2.400 años de antigüedad”, señalan los expertos.
Un fragmento de masilla que muestra una huella dactilar a la izquierda y una tomografía de rayos X de alta resolución de la región dactilar a la derecha
“Encontrar una huella dactilar en los fragmentos de alquitrán del barco fue una gran sorpresa. Marcas como esta son extremadamente inusuales para este período. Es un gran logro haber encontrado una conexión directa con una de las personas que utilizaron este antiguo barco”, añaden.
Cuando los habitantes de la isla de Als derrotaron al pequeño ejército de invasores hundieron el barco en una ciénaga, con todas las armas de los soldados en su interior, como ofrenda de agradecimiento por su victoria. Se descubrieron 131 escudos celtas, 138 puntas de lanza de hierro, 31 puntas de hueso o asta, 11 espadas de hierro de un solo filo y los restos de varias cotas de malla.
Un auténtico arsenal
Estas armas, bastante comunes en la época, se utilizaban en todo el norte de Europa, lo que proporciona pocas pistas sobre su origen. “El barco fue impermeabilizado con brea de pino, que era escasa tanto en Dinamarca como en el norte de Alemania durante el primer milenio antes de Cristo”, concluyen los investigadores.
“Argumentamos que esto significa que el barco y su tripulación probablemente provenía de más al este, a lo largo de las costas del mar Báltico, donde los bosques de pinos eran más abundantes”, señalan los autores del estudio.


