Temporada Alta, el festival gerundense que acaba de cerrar su 34.ª edición, ha conseguido reunir a 52.993 espectadores y ha llegado al 90,79% de la ocupación de media en sus 144 funciones, programadas durante este otoño. Son 18 funciones adicionales a las previstas en principio. En 65 ocasiones se ha colgado de “entradas agotadas”.
Con un proyecto de continuidad, cabe destacar que es el primer año en que Narcís Puig ha asumido la dirección del festival, relevando a Salvador Suñer, factótum de Temporada Alta desde su fundación, con una pequeña programación, hasta la actual, con 91 espectáculos.
Puig refiere: “En este año de cambio en la dirección era importante consolidar lo que es el Temporada Alta, fortaleciendo los tres ejes que lo estructuran: las coproducciones y el apoyo a los creadores; la programación internacional y los proyectos de internacionalización; y el festival como muestra de las artes escénicas del país en todas sus vertientes”. Y concluye: “Me parece que hemos salido adelante lo bastante bien”.
Temporada Alta ha vuelto a posicionarse como un espacio de exhibición de interesantes propuestas de la escena internacional, con 16 espectáculos llegados de 13 países, y ha participado en la internacionalización de algunos proyectos.
Además, un total de 16 de las 22 producciones propias o coproducciones que se han presentado en esta 34.ª edición tienen garantizada gira o temporada en teatros catalanes, españoles o de el extranjero, después de pasar por Girona.
Es el caso de Ai! La misèria ens farà feliços, de Gabriel Calderón, estrenada con éxito en Temporada Alta y actualmente haciendo temporada en el Teatre Lliure, con casi todo el papel vendido.
Asimismo, la nueva creación de Angélica Liddell, estreno absoluto del festival con Seppuku. El funeral de Mishima o el placer de morir, batió el récord de rapidez en el momento de vender las entradas: se agotaron en 4 minutos.
Entre las propuestas jóvenes, Puig ha destacado la grata sorpresa que ha supuesto Abecedari, de La Moukhles & Sentís, que hará temporada en la sala Beckett, y Honestedat, de Francesc Cuéllar, actualmente en el teatro Akadèmia de Barcelona.
Uno de los propósitos que se ha fijado Temporada Alta, y que sigue su camino, es el de romper la frontera mental entre el sur y el norte de los Pirineos, con propuestas de ambos estados.
Y en el ámbito socioeducativo, 7.459 personas se han beneficiado de los programas sociales y educativos del festival y 4.154 estudiantes de 52 centros de Girona y Salt han participado en las 85 actividades organizadas en el marco de A Tempo, Arts i Formació.
En cuanto al presupuesto, 3.512.798,57 euros, la mitad corresponde a la aportación de las instituciones, un cuarto supone las entradas y el otro cuarto los 98 patrocinadores.



