“Trabajo desde la intuición, desde el error, desde los márgenes, desde el umbral y la visceralidad”, cuenta José Luis Barquero (Barcelona, 1997) —conocido como Barquero, a secas, en el mundo del arte—, en una breve pausa mientras ultima los detalles de la muestra que inaugura hoy en la Galería Mayoral, que lleva por título El Müladar y que podrá verse hasta el próximo domingo. Es su primera incursión en un espacio de estas características, aunque ya ha celebrado un puñado de exposiciones y su obra forma parte de colecciones como la de Philippe Contini, Pablo Sáez, Carmen Thyssen y Palomo Spain. “Es un artista joven que está arrancando con fuerza y está haciendo una pintura radical por la que merece la pena apostar”, subraya Jordi Mayoral.
“El muladar es la ladera donde se dejan los restos de los animales para entregar a los buitres, incluso en la tradición tibetana existe el rito de entregar el cuerpo a estos animales”, explica el artista sobre el título de la muestra. “Me pareció una imagen poética muy poderosa, de entrega, de vuelta a la naturaleza, de devolver el cuerpo a donde pertenece”, continúa. Precisamente con esa idea, Barquero concibe la exposición bajo la premisa de entregar y devolver la mirada al espectador. “A intentar que tome consciencia, que tenga un instante de intimidad, de parar y ser consciente del momento presente”.
Siempre he investigado la escena y forma parte de mí, pero mi lenguaje más innato es la pintura”
Barquero entrega al público en la Mayoral ocho piezas en las que destaca esa visceralidad que tanto caracteriza su obra. “Los buitres somos nosotros: el público. Aves rapaces que vuelan en círculos sobre las obras que el artista arroja al muladar, aún tibios de sentido”, escribe el poeta Gabriel Ventura, a cargo del texto de sala. Piezas como la íntima Far West, Espiga Herida o Dog in the Hill. Con una fuerza visual conmovedora, sus figuras hablan de pérdida, compasión y esperanza. Una pintura que, además de visceral, es profundamente humana y donde cada obra es una ofrenda.
Desde pequeño supo que la creación era su lugar en el mundo, y aunque ha tocado distintas ramas y disciplinas artísticas, la pintura es en la que centra la mayor parte de su atención. “Siempre he investigado la escena y forma parte de mí, pero mi lenguaje más innato y el que siempre me ha acompañado es la pintura. Acabo derivando en la escena o el cuerpo por una tendencia y un interés también innatos, pero hace varios años que siento que mi pintura se va consolidando más, y pasos como el de exponer en la Mayoral creo que también le otorgan legitimidad”.

'Dog in the Hill', 2025
“Cuando fuimos a su estudio, tuvimos la impresión de que estábamos ante un artista con un mundo y una voluntad de generar algo que nos empujó a querer descubrir más sobre él y sentimos la obligación de compartirlo con el público”, señala Jordi Mayoral sobre Barquero, de quién dice que hay que tener en cuenta que se trata de un artista joven, de 28 años, y que “está arrancando con una fuerza y está haciendo una pintura radical y con voluntad de ruptura, de provocar una sacudida y dar paso a algo importante”. “Es un artista de aquí, de Barcelona, enraizado en la tradición pictórica y visual del país, que a la vez está haciendo una contribución y una búsqueda de nuevas formas de expresar la realidad de sus dudas”, termina el galerista.
“Es cierto que me han dicho: 'Barquero, cuidado que eres el pintor más joven en exponer en este espacio. Cabeza'”, sonríe. Pero la suya es una propuesta sólida y coherente, que ahora se hace lugar también en una de las galerías de referencia de la capital catalana. “Hasta ahora había ido siempre por libre; cogía un espacio y me lo montaba yo, desde un lugar más punk”, indica, ante el reto y la satisfacción de desembarcar en esta galería barcelonesa. “Es una barbaridad enfrentarse a este espacio; aquí han colgado las obras de grandes maestros de la cultura española, de Chillida a Albert Serra”.
La exposición se inaugurará hoy con la presencia del artista (Consell de Cent 286, a las 19 h) y permanecerá abierta hasta el próximo 7 de septiembre.