Javier Ruiz Caldera, director de comedias como 3 bodas de más, Spanish movie o Anacleto: Agente secreto , se pasa ahora al drama, sin perder las dosis correspondientes de humor, con Wolfgang (Extraordinari) , adaptación de la novela homónima de Laia Aguilar en la que el realizador abraza su película más emotiva sin complejos. La historia, rodada en catalán, aborda la relación entre Wolfgang, un niño de 10 años con altas capacidades y trastorno del espectro autista, que se ve obligado a vivir con su padre (Miki Esparbé), a quien no ha visto nunca, tras la repentina muerte de la madre.
La película es un drama con pinceladas cómicas que aborda temas como el duelo, la angustia o la tristeza
El pequeño, interpretado por el joven debutante Jordi Catalán, hace listas negativas de todo y está obsesionado en convertirse en el mejor pianista del mundo y estudiar en la academia de música Grimald de París donde aprendió su madre. El personaje de Esparbé se esfuerza en crear un ambiente cómodo para ese niño tan especial y desconocido que necesita sus rutinas y que se pone a contar números en voz alta si se angustia. La abuela materna de Wolfgang (Àngels Gonyalons) ha intentado que el menor pase página con las clases de piano y lo sobreprotege, pero Wolfgang está traumatizado por la muerte de su querida madre y necesita saber una verdad que acabará descubriendo a través de una relación de aprendizaje con su progenitor, un actor que estuvo nominado a un Gaudí, hace de camarero en una serie diaria dirigida por Dafnis Balduz y espera que su representante (Berto Romero) le consiga un papel para trabajar con J.A. Bayona al que se presenta su rival Carlos Cuevas.
El filme es una feel good movie que combina escenas donde brilla la ternura con otras realmente duras –la que tiene lugar en París–, que invita abiertamente a hablar de las emociones entre padres e hijos. “Poco a poco, padre e hijo se van conociendo y aprenderán a quererse con sus virtudes, que son algunas, y sus defectos, que son muchos en ambos casos”, contaba Ruiz Caldera a La Vanguardia durante una visita al rodaje.
Para Esparbé, que vuelve a colaborar con Ruiz Caldera tras Malnazidos y Un hombre de acción, encarnar a Carles “ha sido muy agradable de hacer y con un arco muy chulo porque hace un curso exprés en gestión emocional paternofilial”.