“Uno de los miedos más habituales de los deportistas es lesionarse. Y una lesión invisible, mental, es aún mucho más complicada de gestionar”. Laura García Alonso presenta Corredora, su ópera prima, que indaga en la salud mental de una deportista de élite. En una casa de Santa Coloma de Gramenet, Alba Sáez interpreta a Cris, una atleta que sufre un brote psicótico. Su cuerpo musculado hace creer que, efectivamente, la actriz es una deportista de alto rendimiento: “Estuve más de un año entrenando con Andreu Novakosky”, confiesa la protagonista del filme a La Vanguardia: “La preparación al lado de atletas profesionales junto al trabajo de Clara Manyós, para la estructura emocional y la complejidad del personaje, ha sido muy intensa”.
Desde que debutó, en el 2022, con Tormenta de Verano, un cortometraje sobre la salud mental en el entorno familiar, que le valió este año la nominación a mejor cortometraje de ficción, Laura García Alonso ha seguido explorando la cuestión en Corredora. Sin embargo, y a diferencia de su primera producción, la historia no se narra desde el punto de vista del cuidador y sí lo hace desde quien padece el trastorno. En el piso donde tuvo lugar la última semana de rodaje, Cris discute con su hermana, interpretada por Marina Salas, con quien pelea por un top negro. “Los vínculos sanan. A veces no sabemos cómo apoyar e intentamos hacer lo que se puede, pero tener cerca una red de soporte te puede salvar la vida”, explica Salas. Eso es lo que le sucede a la protagonista en la película, que aunque en la escena que están rodando se pelean porque la hermana le ha robado la prenda de competición, ella representa el pilar fundamental de Cris.
Alba Sáez en la pista de atletismo en uno de los días de rodaje
Debido a la estrechez del piso los movimientos de la escena suceden al milímetro. Saéz clava el ensayo a la primera. Se trata de una prueba mecánica para fijar los movimientos. Al dúo de hermanas les acompaña Àlex Brendemühl que interpreta al padre de familia, que después de la muerte de la madre se responsabiliza de las niñas: “la película plantea las dificultades familiares de querer a alguien que tiene una enfermedad mental, revela el artista. El actor está citado media hora más tarde al rodaje en el que es su último día de grabación: “las enfermedades mentales continúan siendo un tabú y la sociedad aún no está preparada para hablar abiertamente, decir lo que hay, y afrontar la situación”.
La experiencia del actor en Creatura (2024), en la que fue nominado a mejor interpretación masculino de reparto, o Les dues vides d’Andrés Rabadán (2009), que le propició el premio Gaudí a mejor actor protagonista, se ha fusionado con la ilusión de Laura García Alonso y su ópera prima. Entre el trasfondo del set de rodaje, Brendemühl no duda en describir la unión como “un proyecto de crecimiento y aprendizaje mutuo”. La dirección de fotografía continua con esta misma estela de profesionales con una trayectoria consolidada. Gina Ferrer, conocida por 20.000 especies de abejas y Sorda, ha sido la encargada de ello.
Alba Sáez, interpretando a Cris, en una de las escenas de las película
La película, producida para Distinto Films, Elastica y Dos Soles Media, se ha rodado en catalán y entre Zaragoza y varias zonas de Catalunya.
“Me gustaría que hubiera una identificación con la protagonista porque no es solo una deportista de élite, también es una mujer compleja con los mismos deseos y frustraciones que tenemos los que no nos dedicamos al atletismo de competición”, explica la directora de la película en la azotea del apartamento. La grabación se ha prolongado un total de seis semanas y su estreno en salas se prevé para el 2026.
