“Pasas demasiado tiempo releyendo el pasado, eres joven, debes divertirte”. La memoria nos une con el pasado, sin el cual no podemos ser presente. Especialmente cuando hemos estado a punto de no ser presente, de no existir. Mira, la protagonista de Escucha el silencio, la última novela de Esther Bendahan, comparte con su abuela Sophia el deseo de saber, pero también el de dar las gracias, el de hacer justicia.
Sophia y su hermano escaparon al Holocausto gracias a la intervención de muchas personas, o de unas pocas, eso no lo saben, la abuela no lo recuerda. Fue en Galicia, o mejor, a través de Galicia, los entonces niños pudieron cruzar la frontera de Portugal, antes habían cruzado otras, la de Francia también, llegaron a Uruguay, empezaron una nueva vida, vivieron para pasársela a otros, sus descendientes. Pero todo seguía estando allí, en ellos.
Esther Bendahan, nacida en Tetuán en el seno de una familia sefardí, es autora de una buena producción literaria – Deshojando alcanchofas, Déjalo, ya volveremos, La cara de Marte – y ensayística en la que la memoria resulta un elemento central. La memoria y también lo que hacemos con ella, obviarla, perseguirla, contarla. Narrar para fijar, sólo las palabras nos perpetúan.
Mira, una joven con problemas de audición, aprendió a recordar a través de su abuela Sophia, su madre ha preferido no hacerlo y eso a veces la ha alejado de ella. Aprendió a recordar y a investigar el pueblo gallego donde los niños judíos pasaron un par de noches antes de que alguien los trasladara al otro lado.
Pero el pueblo había cambiado de nombre, no había constancia de aquel lugar, como si nunca hubiera existido, o como si alguien lo hubiera obligado a dejar de existir. Abuela y nieta se habían propuesto dar un paso más, querían localizar a quienes les salvaron y reclamar para ellos el título de Justos entre las Naciones, concedido a aquellas personas que sin ser judías arriesgaron su vida para salvarlos. No por el título en sí, sino para que se conociera lo que habían hecho.
La novela adopta la forma de un thriller para indagar en las razones de las personas que participaron en estos rescates, y va más allá. Mira encuentra el pueblo, pero cuando está a punto de emprender viaje con su abuela, esta cae enferma. Ella se desplaza sola a Castro Terra, ha concertado una cita con un viejo sacerdote, la única persona dispuesta a hablar sobre unos hechos que todos pretenden ignorar. Pero cuando llega, el sacerdote es asesinado. ¿Tiene algo que ver con su aparición?
Desde el primero momento percibe algo turbio: el pueblo es próspero, excesivamente próspero, comparado con sus vecinos. Demasiadas cosas no cuadran, quizás no todo fue lo que parecía, ni tan limpio.. Con la ayuda de un joven seminarista, Tommaso, enviado por el Vaticano para investigar ciertos documentos, acabará en el centro de algo tal vez demasiado grande para ellos.
Esther Bendahan maneja con soltura las diferentes líneas narrativas, entre el policiaco, la intriga, y la reflexión, porque hay gente que hereda tierras o casas, otros, como su protagonista, historias a las que entregarse o de las que huir. Mira elige lo primero.
Esther Bendahan Escucha el silencio Nagrela 168 páginas 19 euros