“La belleza no descansa”, afirma Anne Carson (Toronto, 1950) en un verso de su poemario más conocido, La belleza del marido, que mereció en el 2001 el premio T.S. Elliot de Poesía, por primera vez otorgado a una mujer. Ese mismo año Hombres en sus horas libres recibió el premio Griffin, en la primera edición del galardón. Carson lo ganó nuevamente en el 2013, por Red Doc > . Siete años más tarde, obtuvo el Princesa de Asturias de las Letras. Su nuevo libro de poemas, Norma enrevesada, acaba de recibir el National Book Critics Circle Award. Ha sido becada por las fundaciones Rockefeller, Guggenheim y MacArthur. Sólo le falta el premio Nobel de Literatura: somos miles en todo el mundo quienes pensamos que debería ganarlo.
En las solapas de sus libros, no obstante, insiste en que “se gana la vida enseñando griego antiguo”. Ha evocado varias veces, como clave de su vida, el encuentro con una profesora de latín que, en la escuela secundaria, le enseñó a leer y traducir a Catulo. Además de docente, es traductora de Eurípides, Sófocles, Esquilo y Safo. Pero una biografía no está hecha sólo de libros, clases, lecturas, traducciones o premios. La vivencia personal también nutre la obra de Anne Carson: la demencia del padre y el alzhéimer de la madre aparecen en la prosa y en el verso (sobre todo en Decreación ) y plantean el dolor derivado del cuidado y de la pérdida de memoria. ¿Cómo comunicarnos cuando las palabras se desvanecen? “Navegamos, madre, en un océano sin barcos”, escribe. La separación de su primer marido, que además le robó y posteriormente le devolvió cuadernos de notas, se narra, manipulada a través de la ficción, en forma de tango y verso (su segundo y actual esposo es el artista Robert Currie con quien colabora en el diseño y la puesta en escena de sus lecturas performáticas). En 1978 su hermano Michael huyó y apenas habló con él una docena de veces hasta que murió súbitamente en Copenhague, durante el año 2000. Para transitar este duelo escribió uno de sus libros más radicales y hermosos: un poemario y collage en forma de acordeón, titulado Nox, Noche.

Una página del libro 'Norma enrevesada'
Incluso de las heridas más profundas ha sabido destilar belleza: para ella, nunca descansa. No se trata de una belleza evidente, sino sofisticada, una variación contemporánea de lo sublime. Son hermosas sus ideas, sus juegos, los modos en que tensa el sonido y el sentido, los silencios y los ritmos. La obra de Anne Carson es una invitación a cuestionar el presente y la propia literatura, en el triple movimiento de deseo, diálogo y encuentro.
El erotismo une creación y traducción desde el principio. A partir del análisis de los fragmentos poéticos de Safo, en Eros dulce amargo (el primer ensayo que publicó, resultado de su tesis doctoral) firmó una indagación acerca de la gramática del discurso erótico (la tensión entre proximidad y ausencia, la prolongación del tiempo por la espera): “La imaginación es el núcleo del deseo. Actúa en el núcleo de la metáfora”, por eso el deseo se experimenta también en la lectura, que activa el placer de imaginar. Carson, que es célebre por haber convertido las notas a pie de página y los apéndices en formas poéticas, también convierte las notas que preceden sus traducciones en poemas, como estos versos que introducen la versión de Las bacantes de Eurípides: “el deseo / antes del deseo, / el lamido del comienzo para saber que no sabes”.
Toda su obra, en verso y en prosa, ensayística y poética, propia y traducida, se puede leer como una doble conversación ininterrumpida. Por un lado, teje el diálogo con la mitología clásica y su reescritura. Gerión, el monstruo rojo y alado que Heracles asesinó para cumplir con su décimo trabajo y que Dante coloca en el Canto XVII del Infierno, protagoniza Autobiografía de rojo, una novela en verso que es sobre todo una declinación de la belleza. A partir de la Gerioneida, obra del poeta del siglo VI a.C. Estesícoro, Anne Carson compone 47 poemas que reimaginan la vida del ser mitológico. Su Gerión es un adolescente con alas que vive la experiencia del amor dulce amargo cuando se enamora de otro joven, Heracles. La otredad, la mirada y la construcción del relato personal perfilan las coordenadas del poemario y multiplican los senderos para contemplar el laberinto de las relaciones. Su Gerión es también un apasionado de la fotografía. Porque, por el otro lado, Anne Carson conversa con el mundo contemporáneo. Así la voz de Helena de Troya y la de Marilyn Monroe conviven en Norma Jean Baker de Troya; la de Casandra palpita libre en Flota; la de Antígona resuena en Antigonick.

Una página del libro 'Norma enrevesada'
Se trata de un ejercicio de metamorfosis formal y textual que caligrafía la relación entre antigüedad clásica y experimentación creativa, a través de una constelación de referentes modernos. Desde los silencios de John Cage hasta el bisturí de Samuel Beckett y Bertolt Brecht, pasando por las dudas de Paul Celan, la visión natural de Emily Dickinson o los planos cinematográficos de Antonioni. Tucídides y Virginia Woolf conversan en un plató de televisión sobre la guerra del Peloponeso (en Hombres en sus horas libres). Afrodita, Ares, Hefesto y su coro de ayudantes robots protagonizan una ópera en tres actos (en Decreación). Ese tipo de alquimias vibran, como ecos, en las páginas de Carson.
El deseo y el diálogo conducen, finalmente, al encuentro. No sólo entre el sujeto y el objeto eróticos; o entre referentes antiguos y modernos; también entre lenguajes creativos. En Nox interactúan fotografías, dibujos, collages, entradas de diccionario, conformando un diario de duelo cuyo hilo conductor es Catulo: “Nunca logré la traducción del poema 101 como me habría gustado. Pero a lo largo de los años en que trabajé en ella, empecé a considerar la traducción como una habitación, no precisamente desconocida, donde se busca a tientas el interruptor de luz”. Su vela ilumina espacios en los que nadie se había adentrado antes. Como en Flota, otro libro inclasificable, otra demostración de incansable belleza. En una caja transparente, veintidós cuadernillos pintan el archipiélago metafórico por el que su autora nos invita a navegar. Híbridos de ensayo, poemas y textos escritos para espacios performativos, en colaboración con artistas y músicos, propician la curiosidad como impulso para la lectura, el juego como descubrimiento. Juego es también Albertine. Rutina de ejercicios, una interpretación libre y gozosa de la gran novela proustiana, que Carson adereza con su ironía tan característica.
¿Qué aspecto tiene la distancia?” es una pregunta sencilla y directa. Se extiende desde un adentro ilimitado hasta el borde de lo que puede amarse. Depende de la luz.
En el Camino de Santiago, que recorrió en 1983 a pie durante un mes (850 kilómetros de St. Jean Pied de Port, del lado francés de los Pirineos, a Santiago y Finisterre), encontró el concepto para uno de sus primeros libros, igualmente único: Tipos de agua. Entre el diario de viaje y la ficción, la descripción de fotografías ausentes y la confesión autobiográfica, nació de una visita a su padre cuando él ya padecía demencia y le preguntó: “¿Cómo vas a ser capaz de ver tu vida si no te alejas de ella?”.
El erotismo, la conversación y el encuentro sólo tienen sentido si la literatura genera su alquimia a través de la distancia. Así nacen la belleza del verso y de la idea, del artefacto y de la ironía. Su carga, su peso. Como Anne Carson escribe en estos versos de La belleza del marido: “Aquí tenéis mi consejo, / aguantad. / Aguantad la belleza”.

Anne Carson
Cinco preguntas a Anne Carson
“Hay que descender del plano de la teoría si queremos entendernos”
M. De Chiara
En agosto del año pasado, en un ensayo publicado en The London Review of Books, la poeta reveló que padecía Parkinson: “Mi caligrafía se desintegró”, afirmaba, al tiempo que decía: “Voy a una clase de boxeo tres veces por semana. Todos los alumnos de la clase tienen Parkinson”. Tanto por ser una firme candidata al premio Nobel de Literatura como por sus circunstancias personales, el inminente viaje a Barcelona es histórico. Por eso son tan valiosas estas cinco respuestas que accedió a enviar por correo electrónico, de las cuales una tiene forma de advertencia: “Hay que descender del plano de la teoría si queremos entendernos. No soy una persona teórica”.
Las dimensiones visuales y materiales son esenciales en su poesía. ‘Norma enrevesada’ (como ‘H of H Playbook’ y ‘Nox’) incluye ilustraciones, bocetos, intervenciones en la página. ¿Hay algún artista con quien esté dialogando actualmente o con quien le gustaría dialogar?
No estoy segura de lo que quiere decir con dialogando. Soy amiga de algunos artistas y en la mayoría de los casos he escrito ensayos para sus catálogos, recibiendo a cambio obras de arte: por ejemplo, Tacita Dean, Roni Horn, Rosie Bruno, Elliot Hundley, Ragnar Kjartansson. Para la performance y la invención, John Cage ha sido el más inspirador.
La fragmentación recorre su obra como una vibración. ¿Cómo plasma los fragmentos para sugerir un hilo oculto y, al mismo tiempo, dejar espacio para que quien lee habite los vacíos y participe del mapa inacabado?
Siempre es mejor no aburrir a la gente con demasiada información.
En ‘Tipos de agua’, escribió: “Después de todo, la única regla del viaje es que la ruta de vuelta no sea la misma que la de ida. Regresa por una nueva”, reflexionando sobre su experiencia en el Camino de Santiago. En su discurso de aceptación del premio Princesa de Asturias de las Letras en Oviedo, invitó al público a participar en una breve performance. ¿Qué nuevos caminos poéticos y performativos se plantea explorar en Barcelona?
En Barcelona presentaremos dos colaboraciones de palabras, música, danza y bordado. Una pieza es un ciclo de sonetos (sobre el tema de los pronombres) que originalmente fue una conferencia impartida en el Departamento de Inglés de Harvard en el 2007. La otra es una breve historia del pueblo cicládico en frases aleatorias.
[Ambos textos están incluidos en Flota].
En ‘Norma enrevesada’ escribió: “Una vez me pregunté si el blanco es un color”. ¿De qué color son el anhelo y el silencio?
Lo siento, no suelo ver colores en las palabras.

Portada de 'Norma enrevesada'
El libro
Cielo, cultura y pobreza
Marilena De Chiara
“Para sobrevivir necesitas un límite”, situarte en su borde, reescribirlo y cruzarlo. Es la acrobacia que Anne Carson cumple en su último libro, compuesto por un conjunto de textos en verso y en prosa, dibujos y collages. En apariencia, los textos no tienen relación alguna –de hecho, fueron compuestos en fechas distintas y algunos para ser representados en un escenario– y justamente por eso cuestionan la regla no escrita de que la coherencia tiene que ser visible. De ahí el título, Norma enrevesada, en castellano, y Norma equivocada, en catalán. ¿Qué es poesía? ¿Qué es ensayo? ¿Qué es autobiografía y qué es ficción? ¿Dónde y cómo se encuentran? Finalmente, el arte provoca muchas más preguntas que respuestas. Y sin normas fijas.
Conferencia sobre la historia de la escritura aérea es una autobiografía del cielo, que explora a lo largo de una semana sus múltiples estados (como nubes, troposfera, lluvia, sombra). “He aquí una breve historia de mi vida como escritor”, anuncia el cielo guiñando el ojo a la Virginia Woolf de Orlando. El miércoles decide llamar por teléfono a “ese caballero que todo el mundo esperaba a finales del siglo XX”: una conversación deliciosa con Godot. La autora nos instala en el espacio donde las normas, precisamente, se disuelven y se recrean. En Oh qué noche, Carson interviene la traducción del discurso de Alcibíades en El banquete platónico; en Flaubert de nuevo, nos entrega una clase magistral de escritura, en la mente de una autora que sueña con escribir una novela sin trama ni expectativa; y en Nieve, pinta de blanco las ideas y la relación con la madre, atravesadas por el alzheimer.
Norma enrevesada es, sobre todo, una estupenda fusión literaria. Un ejercicio de expansión del centro hacia la periferia (y viceversa). Un ejemplo evidente es Pobreza remix (Sextina), una poderosa reflexión sobre la pobreza del siglo XXI en la que dos páginas de poemas se enriquecen con cinco de apéndices. A las referencias habituales, como Homero, se añaden en esta ocasión figuras de la tradición psicoanalítica (Lacan, Freud) y creadoras contemporáneas (Yoko Ono, Lydia Davis). La resonancia de los ecos se concreta en la extraordinaria intervención espacial que es Todtnauberg –dibujo, collage, verso– sobre el encuentro de Heidegger y Paul Celan en la montaña del mismo nombre. “Cuál es tu filosofía del tiempo, cómo mantienes la moral durante un proyecto prolongado”, preguntan los recortes de collage que puntúan el libro. Y Anne Carson, funambulista de la palabra y de la forma, nos invita a caminar con ella por la cuerda de sus normas propias: las fisuras de nuestro tiempo.
Anne Carson
Norma enrevesada / Norma equivocada
Trad. de Jeanette L. Clariond / Núria Busquet
Vaso Roto
Bibliografía esencial
Albertine. Rutina de ejercicios
Trad. de Jorge Esquinca
Vaso Roto, 2016
Autobiografía de rojo
Trad. de Jordi Doce
Pre-Textos, 2016
Decreación / Decreació
Trad. de Jeannette L. Clariond / Núria Busquets
Vaso Roto, 2014 / 2023
Eros dulce amargo
Trad. de Inmaculada C. Pérez
Lumen, 2020
Flota
Trad. de Andrés Catalán y Jordi Doce
Cielo Eléctrico, 2019
Hombres en sus horas libres
Trad. de Jordi Doce
Pre-Textos, 2007
La belleza del marido. Un ensayo narrativo en 29 tangos / La bellesa del marit
Trad. de Andreu Jaume / Núria Busquets
Lumen, 2019 / Vaso Roto, 2023
Nox
Trad. de Jeannette L. Clariond
Vaso Roto, 2018