Un éxito, al parecer de Abel Folk (Montesquiu, Osona, 1959), en algo tan efímero como es un espectáculo teatral, se logra cuando este consigue “un espacio en la memoria de quien lo ha realizado, es decir, de quien lo ha hecho real, y de quien ha asistido a la representación”.
La palabra memoria en su polisemia aparece estrechamente vinculada a su profesión cuando este actor, doblador, director y productor repasa sus experiencias vitales. La apuesta por el espectáculo Clavells, que podrá verse en el Teatro Goya de Barcelona entre el 25 de junio y el 6 de julio y del que es productor, director y actor protagonista, es, entre otras cosas, una inmersión en esa multiplicidad de significados de la memoria. La celebración del cincuenta aniversario de la Revolución de los Claveles en Portugal en el 2024, así como los cincuenta años de democracia en España, le pareció, según él mismo comenta, “un buen momento para darle una vuelta a lo que pasa, qué hemos hecho bien y qué hemos hecho mal, cómo estamos y cómo nos proyectamos hacia el futuro”. Así, a partir de varias conversaciones con la escritora y dramaturga Emma Riverola, surgió la idea de poner sobre las tablas –en una casa en mitad de una montaña lejana evocada acogedoramente por la escenografía de Paco Azorín– la discusión que sirve de reencuentro a Violeta –interpretada por Silvia Marsó–, curtida y decepcionada filósofa de izquierdas, y Xavier –al que da vida el propio Folk–, un pragmático expresidente del gobierno que hace lo que puede por mantener viva alguna brizna de utopía, idealismo y esperanza a pesar de ser considerado el peor mandatario de las últimas décadas.

Una escena de 'Clavells'
⁄ Ha trabajado con John Malkovich, Woody Allen, Berlanga, Bigas Luna o Ventura Pons, y ha sido la voz de James Bond
En la conversación de los dos personajes, que llevan sin hablarse cuarenta años, se atraviesa la vida de cada uno de ellos, pero también la historia de un país, con la mítica revolución portuguesa de fondo. De hecho, la obra se estrenó el 25 de abril del 2024, en Toledo, coincidiendo con el cincuenta aniversario. Folk se siente entusiasmado porque “creo que apela a la memoria colectiva, muchos espectadores reconocerán lo que han vivido y reflexionarán. Se habla de política, evidentemente, pero también de seres humanos implicados en una actividad política de lucha en un momento en que era muy difícil establecer las cosas; con el debate entre ideología o utopía y aplicación práctica, que era muy complejo. Hay quien no perdona cómo se ha hecho la aplicación práctica y la pérdida de las utopías”. Al actor le encajan bien los argumentos del personaje: “Creo que podría entenderme con este tipo, con su pragmatismo. Soy de los que hacen a pesar de las dificultades, no de los que sólo critican”. A la generación que hizo la Transición le toca hacer balance: “Vengo de una familia humilde, y he visto cómo estaba este país hace sesenta años, y estamos muy lejos de aquello; por tanto, algunas cosas se han hecho muy bien”.
La memoria histórica se mezcla con la personal, que Folk distingue entre “la emocional y la intelectual”. Imagina el cerebro dividido en una serie de pequeños cajones donde vamos archivando lo aprendido, como los textos de las obras y guiones que ha tenido que memorizar. “Debo reconocer que tengo una gran capacidad de trabajo y que no he dejado de hacerlo nunca, siempre que el oficio me lo ha permitido”. Ha estado cerca de momentos y acontecimientos clave para el teatro catalán, como cuando en 1978, todavía alumno en el Institut del Teatre, Lluís Pasqual le pidió que substituyera a Gabriel Renom en Una altra Fedra, si us plau, de Salvador Espriu y protagonizada por Núria Espert. Renom era uno de los amenazados con ser detenidos y finalmente lo fue por su participación en La Torna de Els Joglars. Folk le sustituyó y se encargó de leer los manifiestos contra las detenciones de los miembros de la compañía de Albert Boadella.
⁄ ‘Clavells’, con Silvia Marsó y texto de Emma Riverola, repasa una época muy próxima
Con Núria Espert hizo giras por Europa y México, que le permitieron comprobar la admiración apasionada que desataba: “La repercusión de lo que hacía Núria era espectacular”, recuerda, y lo considera un punto de inflexión en su carrera, de la misma manera que los proyectos con Josep Maria Flotats. Formó parte del mítico Cyrano de Bergerac, de 1985: “Fue un éxito que no sé si ha habido otro igual. Representó mucho para mí. Yo venía del teatro amateur y muy precario, y de pronto me encontré con alguien que trabajaba con medios, con conocimiento, con talento, con grandes profesionales, con un nivel de exigencia descomunal… Para mí, el teatro es eso. Y luego hemos mantenido la relación”, comenta.
Otro paso importante: sentir la necesidad de producir las ideas que le interesaban, algo que hace con Gloria Casanova, con quien también ha construido su familia –tienen tres hijos– y su vida. Le mueve la curiosidad y le entusiasman tanto los proyectos teatrales como audiovisuales. Entre los más destacados, menciona la adaptación teatral de L’última trobada de Sándor Márai, del 2014: “Quedó en la memoria, en la mía y en la de mucha gente que todavía me habla de ella”. Había calculado jubilarse el año pasado, pero “van entrando proyectos” que le obligan a posponerlo: “Tengo ganas de jubilarme, de sentir que no tengo que trabajar para ganarme la vida y de estar disponible para hacer cosas que hasta ahora he tenido que rechazar porque no tenía tiempo”. Aunque lo vislumbra cercano, no se decide a poner una nueva fecha. Un espectáculo en verso para el Teatre Nacional el año que viene –algo que había soñado íntimamente– ha vuelto a retrasar el retiro.

Abel Folk en una escena de la serie de TV3 'Vintage'
⁄ “He visto cómo estaba este país hace sesenta años, y estamos muy lejos; algunas cosas se han hecho muy bien”
De accidente feliz a accidente exitoso
A los trece años, un hermano de Abel Folk le pidió que sustituyera repentinamente en su compañía de teatro de aficionados de Montbau a un figurante que “hacía de muerta”, como recuerda, en una obra de Alfonso Paso. No tenía que decir nada, sólo dejarse llevar de un lado para otro, ataviado “con un viso” y dos naranjas dentro de un sostén simulando los pechos de la fallecida. Se lo pasó tan bien que descubrió que quería dedicarse siempre a eso. Desde ese inicio, que considera accidental, hasta otro accidente, el de coche del madurito comercial con que se abre la serie Vintage de TV3 –un “inesperado éxito” el verano pasado, cuyo último capítulo ha conseguido cerca de un millón de espectadores– han pasado más de cincuenta años en los que, en el ámbito cinematográfico y audiovisual, Folk ha participado en una larga lista de producciones, que ni siquiera se detiene a contar.
En el caso del cine, cree que hizo “algunas películas que, con el tiempo, veo que quizás no debería haber hecho, me las podría haber ahorrado”. Pero las experiencias positivas han sido muchas más, ha formado parte de proyectos dirigidos por John Malkovich, Woody Allen, Berlanga, Bigas Luna o Ventura Pons. Como doblador, poner voz al James Bond de Pierce Brosnan le abrió “muchas puertas a más trabajo y, sobre todo, a poder producir mis propios proyectos”.
En cuanto a series, “siempre he hecho proyectos que pudiera defender sinceramente”, afirma. Ha sido parte de algunos títulos tan destacados como Ventdelplà, Secrets de familia o Isabel. Ahora, ya está a punto la segunda temporada de Vintage. La serie está producida por Brutal Media, creada por Juan Cruz, “muy solvente y con un gran sentido del humor”, afirma, que “tiene una gran capacidad para generar comedia, un género muy amable de hacer”. En la dirección cuenta con David Martín Porras y Ella Urquiza, mientras que como directores y guionistas están Rafael Barceló, Júlia Cot y Enric Pardo. Abel Folk ha disfrutado dando vida a ese personaje que percibe cómo el mundo ha ido cambiando sin que él haya sido consciente ni siquiera de la evolución de su entorno más cercano.
Tampoco le permitió jubilarse, como tenía previsto, la reciente propuesta para que participara en La encrucijada, una serie de Antena 3 producida por Secuoya Studios y Ay Yapim, “con vocación de prime-time”, dirigida por Alexandra Graf, con capítulos dirigidos por Moisés Ramos, María Cereceda y Jacobo Martos. Encarna al patriarca “de una familia rica y poderosa, bastante corrupta; un tipo que nunca ha tenido ningún obstáculo para conseguir sus objetivos y ha conseguido crear un imperio”. Ya ha visto algunos capítulos y se muestra satisfecho por el resultado conseguido. Así, gracias a los diferentes cajones en que el cerebro ordena todo lo aprendido, conviven en un mismo pensamiento el pragmático expresidente del gobierno de Clavells, el despistado protagonista de Vintage que camina desnortado hacia su vejez y el imparable hombre de negocios turbios que debe esforzarse para seguir domeñando la realidad. Diferentes miradas para captar la realidad y ofrecérsela a los demás.

Abel Folk y sus compañeros de rodaje en la serie de Antena 3 ‘La encrucijada’
Emma Riverola. Clavells
Dirección: Abel Folk. Con Silvia Marsó y A. Folk.
Teatro Goya. Del 25 de junio al 6 de julio