Hanif Kureishi, crónica de la inmovilidad

LATIDOS

El autor de 'El buda de los suburbios' relata en 'A pedazos' su experiencia tras el accidente que le causó una tetraplejía

LONDON, ENGLAND - OCTOBER 29: Hanif Kureishi (L) and Sir Tim Rice attend the press night after party for

Kureishi, en el teatro, en octubre de 2024

Dave Benett / Getty

La gran generación de narradores británicos consagrados en los años 80 contaba en su primera fila con dos representantes de ascendencia asiática: Salman Rushdie y Hanif Kureishi. Ambos nos brindan ahora dos testimonios de vivencias especialmente dramáticas. Rushdie, en Cuchillo (Random House) ha relatado el atentado de que fue objeto y el duro proceso de recuperación. Y este mes nos llega A pedazos, de Hanif Kureishi (Anagrama, con buena traducción de Mauricio Bach), otra narración autobiográfica impactante.

Kureishi saltó a la celebridad como guionista de Stephen Frears en dos películas emblemáticas de su década: Mi hermosa lavandería y Sammy y Rosie se lo montan. Ganó el premio Whitbread con su primera novela, El buda de los suburbios . Conversé con él cuando la presentó en el Instituto Británico de Barcelona, entonces muy dinámico (inciso: es una pena como se ha desdibujado el papel de estos institutos extranjeros en la vida cultural de la ciudad, con excepción del francés, y con la semidesaparición del en su día activísimo Instituto de Estudios Norteamericanos).

⁄’A pedazos’, dictado a sus familiares, es un libro muy notable, que invita a una reflexión profunda a la vez que desata sonrisas

Kureishi, que llegaba de la mano de las editoriales Anagrama (sello por excelencia del “dream team” británico) y Columna, abordaba temas como el mestizaje racial, la indefinición sexual y la visión de una Gran Bretaña decadente y descompuesta. Utilizaba generosamente material autobiográfico, lo que le generó problemas: su padre, que inspiraba el personaje central, estuvo meses sin hablarle. Años más tarde, en otra novela llevada al cine, Intimidad, relató como había abandonado a su mujer y a sus hijos, lo que generó la repulsa de la ex-cónyuge, disconforme con el retrato.

El día de San Esteban de 2022, en Roma, Kureishi sufrió un desmayo y una caída. Al despertar sintió que no había coordinación entre su cerebro y el resto del cuerpo. En el Hospital le informaron de que había padecido una hiperextensión del cuello y una tetraplejía inmediata. Podía hablar pero no moverse.

El escritor empieza un largo tratamiento y desde el primer momento decide contarlo, dictándole a su pareja, Isabella d´Amico -nieta de la famosa guionista Suso Cecchi d´Amico-, o a sus hijos Carlo, Sachin y Kier. “Estoy decidido a seguir escribiendo, nunca ha sido tan importante para mí como ahora”, señala.

En 1997 se publicó La escafandra y la mariposa , de Jean-Dominique Bauby, periodista francés que tras una embolia sufría el llamado síndrome de enclaustramiento: el cerebro es consciente pero el cuerpo no responde. Bauby, con tenacidad admirable, lo dictó mediante parpadeos.

LONDON, ENGLAND - OCTOBER 29: Hanif Kureishi (L) and Sir Tim Rice attend the press night after party for

 Hanif Kureishi y el escritor Tim Rice en el estreno de la adaptaciòn teatral de 'El buda de los suburbios' en el Barbican Centre de Londres, octubre de 2024 (

Dave Benett/Getty Images

Kureishi cuenta con más autonomía que Bauby y su obra es más literaria. Se trata de todo un personaje y en el libro se refleja su carácter, previo al accidente: protestón, atrabiliario, muy irónico, siempre dispuesto a discutir sobre cualquier cosa, como buen integrante de una familia de origen paquistaní donde a los numerosos tíos les gustaba debatir durante horas para demostrar quien era el más listo. 

El autor no disimula su afición a las drogas, que en más de una ocasión ha compartido con sus hijos, ni su agitada vida sentimental, que contrasta con el presente. “No tener erecciones, no sentir excitación sexual ni tener ningún tipo de fantasía es verse despojado del motor que te ha impulsado, importunado y perseguido desde la adolescencia”.

Habla por teléfono con su psicoanalista, con el que lleva treinta años y que le conoce “mejor que nadie”. La ex esposa, Tracey Scoffield, se suma generosamente al equipo cuidador.

El relato atraviesa los hospitales Gemelli y Santa Lucia, de Roma, y Chelsea and Westminster, Charing Cross y Royal National Stamore de Gran Bretaña -encuentra más calidad humana en los primeros- hasta el retorno a su domicilio. Desfilan médicos, enfermeros, fisioterapeutas, amigos y compañeros de hospitalización. Hay párrafos potentes sobre las experiencias que el autor va atravesando: sentir el propio cuerpo como algo ajeno y manipulable, el equilibrio entre desgracia y felicidad, la dedicación de unos y el absentismo de otros, la planta hospitalaria como ecosistema. Este es un libro muy notable, sincero hasta niveles inauditos, que invita a una reflexión profunda a la vez que desata sonrisas.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...