Parejas de comedia

ANTIVIRALES

La actualidad cultural deja detalles que nunca se contagiarán en las redes, compartirlos mejora la conversación

Nicholas Stoller y Francesca Delbanco

Nicholas Stoller y Francesca Delbanco 

Getty Images

“Si algo le hace reír a Francesca, entonces sé que es verdaderamente gracioso”. Así explicaba en una entrevista reciente el guionista Nicholas Stoller por qué le resulta cómodo escribir guiones de comedia con su esposa y madre de sus tres hijos, Francesca Delblanco. El matrimonio es responsable de la idea y la ejecución de la serie Platonic, que está emitiendo ahora su segunda temporada en Apple TV y se ha convertido en una rareza, porque apenas se producen ya guiones de comedia protagonizada por adultos, en este caso Rose Byrne y Seth Rogen en los papeles de viejos amigos de la universidad que se reencuentran a los cuarentaytantos y que tienen una relación, como dice el título, estrictamente platónica. Los Delblanco Stoller no son el único matrimonio haciendo comedia de calidad para televisión. Lucia Aniello y Paul W. Downs son la pareja detrás de Hacks, aunque ellos forman un trío para escribir con su amiga Jen Statsky. Y los australianos Patrick Brammall y Harriet Dyer escriben, dirigen y protagonizan Colin de cuentas, en la que dan nueva vida a varios motores clásicos de la comedia romántica: dos personajes dispares unidos por el azar (en este caso un perro llamado Colin de cuentas del que se tienen que ocupar) y el clásico de-enemigos-a-amantes.

Bad Bunny en una imagen reciente

Bad Bunny en una imagen reciente

Evan Agostini

LA CASITA DEL VERANO

Hemos visto desgañitarse a Penélope Cruz, volverse loco a Jon Hamm, menear la cadera a Paco León, bailar de manera extrañamente decorosa a Ana de Armas y parecer un poco descolocado a Austin Butler. Son tantos los famosos que han pasado por el famoso escenario de la residencia de Bad Bunny en el Choliseo de San Juan de Puerto Rico –los enterados lo llaman “el Choli”– y tantos los vídeos distribuidos que es como si hubiéramos estado allí, en alguno de los 30 conciertos que el cantante ha dado en su isla este verano y que terminarán el próximo 14 de septiembre. La tan grabada y fotografiada Casita, la estructura que el artista ha instalado en el auditorio, que imita una clásica casa de campo puertorriqueña, es obra de la directora de arte Mayna Magruder Ortiz. Por dentro está decorada con obras de arte y cerámicas de artistas y artesanos del país. Aunque lo que más preocupaba a la escenógrafa era el reto técnico, que sostuviese el peso de muchas personas bailando. Según dice, soporta hasta a 15 personas bailando en el tejado.

Jude Law como Vladimir Putin

Jude Law como Vladimir Putin

AP

¿QUIÉN HIZO EL CASTING?, ¿EL KREMLIN?

¿Qué actor pondrías a interpretar a Vladimir Putin? La pregunta, así en abstracto, admitiría muchas respuestas pero jamás llegaría alguien y diría: ah, ya lo sé, Jude Law. Y eso es exactamente lo que ha pasado. El intérprete que encarnó el ideal del hombre imposiblemente apolíneo en películas como El talento de Mr. Ripley y que ha seguido ejerciendo de galán en su madurez –véase la reciente Eden– hace del presidente ruso con un inquietante tinte rubio parduzco en Los magos del Kremlin, de Olivier Assayas, pero sin afearlo demasiado. El crítico de The Telegraph, Robbie Collin, bromeó con que la elección era tan favorecedora que parecía hecha en el mismo Kremlin. La película, que recibió críticas tibias en el festival de Venecia, marca un claro paralelismo con The Apprentince, que también se centraba en el ascenso de Donald Trump en el mundo de la televisión y daba protagonismo al productor/cazatalentos responsable de moldearlo como líder. En este caso, un Paul Dano casi irreconocible interpreta a esa figura ficticia, un empresario televisivo que intuye que existe nostalgia por un mandatario autoritario a lo Stalin y decide que el tal Putin es ideal para encarnarlo.

Inteligencia Artificial sí o no

Inteligencia Artificial sí o no

Reuters

CULPABLE POR ASOCIACIÓN

¿Deben las escuelas de arte incorporar el manejo de la IA a su currículum o mantenerse lejos de las herramientas que quitarán el pan a sus alumnos? El debate se ha planteado en términos prácticos en Australia. La Universidad del Oeste de Gales anunció que para este curso incorporaba una asignatura llamada Inteligencia Artificial para artistas, en la que se iba a enseñar cómo manejar esas herramientas pero también se incorporaba, a decir de la descripción, “perspectivas críticas y conceptuales sobre asuntos morales y de copyright”. El caso es que un estudiante de la Universidad abrió una petición pública para que el centro retire la asignatura, citando razones éticas y medioambientales, ya que el uso de la IA tiene un alto coste de agua. El profesor de la asignatura, Oliver Brown, dijo en Bluesky que la materia se ha convertido en un “milhojas de pesadillas” desde que la anunciaron, pero defiende mantenerla, porque, dice, no todo lo relacionado con la IA debe considerarse “culpable por asociación”. Será interesante ver cuándo el debate llegue, por ejemplo, a los cursos de escritura creativa.

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