De la gran expansión a las crisis: el peso de la cultura española en la democracia, a debate

1975-2025 / 50 años de cambio cultural

El Cerce de Cultura de Barcelona reunió a figuras de referencia para dar su punto de vista sobre el papel de la cultura en las últimas cinco décadas

De izquierda a derecha, Laura Cendrós, Jesús Badenes, Ainhoa Grandes y Daniel Martínez de Obregón

De izquierda a derecha, Laura Cendrós, Jesús Badenes, Ainhoa Grandes y Daniel Martínez de Obregón

Nacho Vera/Archivo

Explorar el papel de la cultura en la consolidación de la democracia en España era el objetivo de la mesa redonda que se celebró el pasado 21 de octubre en el barcelonés Cercle de Cultura. Moderaba el acto el periodista cultural, escritor y coordinador de este suplemento Sergio Vila-Sanjuán, quien recientemente publicó Cultura española en democracia (Destino), un breve ensayo en el que defiende la sustantiva aportación de la cultura a la democracia en España y explora las relaciones entre ambos ámbitos cuando se cumplen cincuenta años del inicio de la Transición.

Para ahondar en el binomio y ver cuáles son los retos tecnológicos, económicos, sociales y políticos que hoy encara, participaban en el diálogo destacados actores culturales del país. Jesús Badenes, director general de la División Editorial del Grupo Planeta; Ainhoa Grandes, presidenta de la Fundación Macba, y Laura Cendrós, presidenta de la Fundación Amics del MNAC, respondieron, por este orden, a las cuatro preguntas que Vila-Sanjuán les formuló y cuya síntesis recogemos más abajo: cuáles han sido las principales tendencias a lo largo de estos cincuenta años en los respectivos ámbitos culturales; qué autores destacarían; cuál ha sido el papel de España en el contexto internacional y en qué se podría mejorar. No pudo acudir al encuentro por problemas de última hora Daniel Martínez de Obregón, presidente del Grupo Focus, quien ha contestado posteriormente a este diario.

JESÚS BADENES

La revolución de los lectores

El editor arrancó su intervención ofreciendo un dato: en el año 2000, el índice de lectura entre los españoles era del 39,6 %, mientras que actualmente alcanza el 70 %. “Es el índice de lectura más alto que hemos tenido en este país”. Y aunque “ha sido mérito de todos”, si miramos al sector editorial vemos que en una primera etapa el crecimiento se explica fundamentalmente a través de “un cambio en las líneas o contenidos editoriales” que, tras la muerte de Franco, alimentan la incipiente democracia, mientras que ya en los 2000 “es la revolución en los canales de venta la que ha permitido avanzar al libro en la sociedad”.

Y así, durante los primeros veinticinco años, “el ensayo y la no ficción experimentan un gran crecimiento”, como también lo hace “la literatura catalana, favorecida por fenómenos como la celebración de Sant Jordi”, pero “también crece y cambia de temas la novela”.

La revolución en los canales de venta que caracteriza la segunda etapa comentada “no la ha protagonizado el libro electrónico o el audiolibro”, tal como se vaticinaba en el cambio de milenio, “sino el comercio electrónico, que hoy supone un 23 % de los libros que se venden en España”. A su lado, la suma del libro electrónico y el audiolibro solo aportan el 7 % de los ingresos del sector. “El otro 93 % corresponde a libros impresos”. De los que, si un 23 % se adquiere a través del comercio electrónico, “el otro 70 % son libros comprados en librerías tradicionales”. De ahí que la apertura de librerías sea otro de los fenómenos de estos últimos años.

La última revolución no la ha protagonizado el libro electrónico, sino el comercio electrónico, que hoy supone un 23 % de los libros que se venden”

JESÚS BADENES

Aumentar el número de lectores pasaba por extender el hábito de la lectura a todas las capas sociales, es decir, por popularizar la lectura, y eso el fundador de Planeta, José Manuel Lara Hernández, lo tuvo claro cuando creó el Premio Planeta, “una operación que ha permitido que entrara el libro en muchos hogares españoles”, señalaba el editor. Badenes destacó también a algunos autores de la casa que han tenido un impacto cultural y económico muy importante, como Carlos Ruiz Zafón, cuyo libro La sombra del viento , con cerca de cuarenta millones de ejemplares vendidos, ha sido uno de los mayores éxitos de la literatura española en todo el mundo.

No obstante, el editor caracterizó el mercado español como “más comprador que vendedor de títulos”, aunque en los últimos tiempos las ventas están aumentando. Alrededor del 30 % de los títulos que se publican en España son traducciones. “Nos interesan las miradas de fuera”, dijo.

En sus conclusiones, Badenes volvió a referirse al “hito” del 70 % del índice de lectura, con una particularidad a destacar: “todas las franjas de edad han accedido a la lectura” y, concretamente, la franja entre los 14 y los 24 años, que ha alcanzado índices de lectura por encima de la media, especialmente entre las lectoras, lo que para el editor no solo es una excelente noticia sino “una cantera muy importante de lectores para el futuro”.

AINHOA GRANDES

El impulso de las galerías y de los nuevos museos

“Todo lo que ha pasado en el mundo del arte contemporáneo a lo largo de este periodo va muy en paralelo a los movimiento sociales e históricos que hemos vivido”, afirmaba la presidenta de la Fundación Macba. En este sentido, es significativo constatar como cuando fuera de nuestras fronteras se estaba produciendo una auténtica revolución cultural con expresiones tan notorias como el Mayo del 68 y España era todavía un país muy cerrado, una dictadura, “el mundo de la cultura era el único en el que se podía respirar un poco”.

Era un momento en que las galerías de arte constituían “auténticos espacios de libertad” –un papel que seguirían jugando durante toda la transición–, y en el que “artistas como Tàpies, Chillida o Millares, que ya estaban reconocidos internacionalmente, eran símbolo de una España culta, moderna y europea” que latía, en este caso, bajo los adoquines del régimen.

Tras el impulso contracultural de los setenta, a lo largo de la década de los ochenta se consolida “la estructura del sistema de arte que conocemos hoy en día”. Un momento clave en ese contexto es el nacimiento de la feria Arco en 1982, “que conecta el arte español con el internacional, especialmente con el latinoamericano”. También a finales de esa década se inauguran los grandes museos de arte contemporáneo del país: el Mncars, el Macba o el IVAM. Y es que “el arte se convierte, literalmente, en la carta de presentación de la España democrática”. La referencia ineludible en la década siguiente es la inauguración del Guggenheim de Bilbao en 1997, que supone todo “un cambio de paradigma: el museo pasa de ser un contenedor cultural a erigirse en motor económico y urbanístico en las ciudades”, lo que impulsará a muchas de ellas a reivindicar una institución cultural que desempeñe esa función.

Con la feria Arco y los nuevos museos, en la década de los ochenta se consolida la estructura del sistema de arte que conocemos hoy en día”

AINHOA GRANDES

Todo esto cambiará radicalmente con la crisis económica mundial del 2007. El modelo artístico que ha crecido de forma “explosiva” desde los ochenta es “puesto en cuestión”. Las instituciones públicas se dan cuenta de que “ya no pueden depender al 100 % de la Administración” y surgen “nuevos modelos de financiación”. A través de fundaciones como la que ella misma preside, “la sociedad civil se involucra en la financiación”. Grandes concluye haciendo un balance positivo de estos cincuenta años, aunque reconoce que la creciente desigualdad económica tiene su reflejo en el mundo del arte, que ofrece realidades muy dispares.

Critica no obstante cuatro aspectos que señalan otras tantas sendas de mejora. “Hay una falta de continuidad en las políticas culturales”, demasiado dependientes de los cambios de gobierno. “Los artistas trabajan con mucha precariedad y pocas ayudas a la producción y a la internacionalización”. Cree también que hay un amplio margen de mejora en lo que respecta a “la presencia del arte en el ámbito educativo y en los medios de comunicación”. Por último, considera que ha habido poca colaboración entre los distintos agentes dentro del sistema del arte. “Ganaríamos mucho si trabajáramos más alineados”.

LAURA CENDRÓS

Una columna vertebral catalana

Uno de los elementos históricamente distintivos de la cultura catalana y al que la presidenta de la Fundación Amics del MNAC dedicó buena parte de su intervención es la importancia del asociacionismo y el impulso de la sociedad civil. “Catalunya ha destacado siempre por su asociacionismo, lo que hizo que la sociedad civil fuera motor y financiadora de las iniciativas culturales”. En Catalunya, insistió, la sociedad civil “fue la columna vertebral de la transición”.

Afirmaciones tras las que desgranó un rosario de iniciativas que se dejaron ver en todos los ámbitos de la cultura, empezando por la Fundació Miró, creada por el propio artista y algunos de sus amigos y que abierta en el verano de 1975 parecía anunciar un cambio de época. Pero “tampoco la Fundación Antoni Tàpies o el Macba se habrían podido materializar sin el impulso ni las donaciones de obra de la sociedad civil”.

Destacó también Cendrós la creación del Teatre Lliure en el barrio de Gràcia en el año 76, un impulso cívico que está tras toda clase de iniciativas, como la Escola Eina, que “se convirtió en un centro de reflexión imprescindible durante aquellos años”. Pero también el diario Avui “es un ejemplo claro de cómo la sociedad civil ayuda a hacer realidad el primer diario en catalán de la democracia”. En el ámbito asociativo, la gestora destacó el papel de Òmnium Cultural, “que pone la literatura y la cultura catalana en el lugar que les corresponde, gracias a iniciativas como la Nit de Santa Llúcia, el Premi Sant Jordi i el Premi d’Honor”.

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