Gary Lineker no es Michael Jordan

El córner inglés

“Algunas cosas en la vida son más importantes que el fútbol. Gary Lineker

La vida profesional de Gary Lineker se ha caracterizado por meteduras de pata, literales y metafóricas. Las literales fueron los 330 goles que el inglés marcó como futbolista, entre ellos un famoso hat-trick en 1987 para el Barça contra el Real Madrid. Las metafóricas fueron los autogoles que acabaron el domingo con su despido como presentador del programa de fútbol más icónico de la BBC.

Lineker llevaba más de 26 años como la cara más visible de Match of the Day. Como Michael Robinson en España, era igual o mejor que bueno en el papel de personaje televisivo que en el de futbolista. Frente a la cámaras, en pantalones largos, Lineker era distendido y risueño. Daba la sensación de que estaba charlando con amigos en un bar.

A diferencia de Michael, Lineker no se callaba sus opiniones políticas. Los dos compartían ideas que llamaríamos progres, pero mientras Michael solo las expresaba en privado Lineker las lanzaba al mundo a través de las redes sociales, donde tenía diez millones de seguidores. Opinaba sobre el Brexit (en contra), sobre los derechos gays (a favor), sobre las políticas de inmigración del gobierno británico (en contra) y sobre Israel (muy, muy en contra). La gota que colmó el vaso para la BBC fue cuando aparentemente se sumó a una tendencia de moda estos días, el antisemitismo.

El 12 de mayo posteó en Instagram un vídeo titulado “El sionismo explicado en menos de dos minutos”. El problema no fue tanto que el vídeo fuese anti israelí sino que estuvo acompañado de un emoji de una rata. La rata era una de las imágenes más habituales que usaba el nazismo para caricaturizar a los judíos.

FILE - British Broadcaster and former soccer player Gary Lineker speaks, during the English FA Cup soccer match between Leicester City and Manchester United, in Leicester, England, March 21, 2021. (Ian Walton/PA via AP, File)

Gary Lineker trabajó durante 26 años presentando el programa Match of the day de la BBC

Ian Walton / Ap-LaPresse

Al poco rato Lineker borró el post y pidió perdón, insistiendo en que no se había fijado en el emoji ratero. Demasiado tarde. La BBC dijo que el programa del domingo por la noche, el que cerró la temporada inglesa, cerraba la carrera de Lineker en Match of the Day. Para la venerable institución británica el deporte y la política no se mezclan. La BBC no está sola.

Existe una regla no escrita en el deporte que dice que de temas serios no se habla

¿Cuándo fue la última vez que oyeron a Messi, o a Cristiano Ronaldo, o a Rafa Nadal, o a cualquiera de nuestros ídolos deportivos expresar una opinión política? No es que no las tengan (bueno, Messi y Cristiano, no sé), es que existe una regla no escrita de que de temas serios no se habla. Dado que hay poco más importante para esta gente que ganar más y más dinero, se entiende. Si lo hacen corren el riesgo de que un sector importante del mercado deje de comprar los productos que patrocinan.

Como dijo una vez Michael Jordan, explicando porque no se expresaba en contra de un candidato racista al senado en su estado de Carolina del Norte: “Los republicanos también compran zapatillas”. Yo entrevisté a Jordan unos días después de la invasión de Estados Unidos en Irak. Le pregunté su opinión. No solo no me contestó, sino que puso cara de susto y su jefe de prensa, más aterrado aún, abruptamente puso fin a nuestro encuentro.

Veamos algunos de los demás pecados que Lineker cometió contra el protocolo establecido. Dijo hace un par de años en Twitter, recordando una feliz frase de Felipe González sobre el indepentismo catalán, que la política migratoria del gobierno conservador estaba “dirigida a las personas más vulnerables en un lenguaje que no es diferente al utilizado por Alemania en los años treinta”.

Cuando le pregunté a Jordan por la invasión de EE.UU. a Irak me puso cara de susto

En el 2022, antes del Mundial de Qatar, el canciller británico advirtió a los aficionados gays que pensaban viajar a ver el campeonato que fueran “respetuosos” con la cultura local. O sea, comentó Lineker, “hagáis lo que hagáis, no hagáis nada gay: ¿este es el mensaje?”

¿Qué piensan ustedes, queridos lectores? Yo, que no entiendo porque Lineker no podía decir lo que quería siempre y cuando dejase claro que no expresaba la opinión de la BBC. Dicho esto, no voy a criticar a mi amigo Michael Robinson por callar, por ejemplo, su opinión de la política del gobierno de Mariano Rajoy, o de sus jueces, hacia Catalunya. “Diabólico” fue el más comedido de los adjetivos que utilizaba Michael en nuestras frecuentes conversaciones sobre el tema.

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Con solo hacer una declaración pública de este tipo, el día siguiente sus amos en Madrid le hubieran echado a la calle, algo así como me pasó a mí con El País.

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