Si Wimbledon es sinónimo de tradición, el Open de Estados Unidos es el Grand Slam de la opulencia. En esta edición, como de costumbre, el torneo va a más: más dinero en premios (4,3 millones de euros para los campeones individuales), más novedades (por primera vez el cuadro individual empieza en domingo, y se han reinventado los dobles mixtos) y más emoción (con el número uno del mundo masculino y femenino en juego).
Los neoyorquinos sueñan con ver un nuevo episodio de la serie Sincaraz , la rivalidad entre Sinner y Alcaraz, que ya va por el capítulo 14. Entre ellos se han repartido los siete últimos Grand Slams y van a por el octavo. “Carlos y yo compartimos grandes trofeos, pero las cosas pueden cambiar. Si no seguimos mejorando, otros jugadores nos van a alcanzar”, asegura el tenista italiano.
Antes de llegar a su decimoquinto duelo, tienen camino que recorrer. El murciano se estrenará en la madrugada del martes ante Opelka, una torre de 2,11 metros que saca a más de 240 km/h y que se autodenomina servebot (robot de saque) porque con su potente servicio es casi imposible rompérselo. No es la primera ronda que habría escogido Carlitos, pero si la supera, en su parte de cuadro podría encontrarse con escollos como Medvédev en cuarta ronda, y Ruud o Shelton en cuartos.
El murciano se estrenará en la madrugada del martes ante el gigante Opelka
Sobre el papel, Jannik Sinner tiene un camino más fácil. Abrirá con el checo Kopriva, 87 del mundo, y en su lado tiene a Musetti, Tommy Paul y Bublik, quien le ganó recientemente en Halle. De llegar a semifinales, podría enfrentarse a Zverev o De Miñaur.
No se puede hablar de un Grand Slam sin hablar de Djokovic. En el atardecer de su espectacular carrera, el serbio tiene en su punto de mira un vigésimo quinto título de los grandes, para romper el récord de la australiana Margaret Court. “Ya no priorizo el ranking, ni los puntos. Me pregunto, ¿dónde encuentro motivación y alegría? ¿Qué me inspira a hacer mi mejor tenis? Y los Slams son los torneos donde estoy motivado”.
Hoy inaugurará la sesión nocturna ante la sensación adolescente Learner Tien. El público arropará al californiano, que, con un Djokovic corto de competición, podría dar la sorpresa. Si la lógica se impone en las primeras rondas, Novak se encontraría con Alcaraz en semifinales.
Entre las mujeres, ha habido diez campeonas diferentes en los últimos once años. Aryna Sabalenka viene dispuesta a cambiar ese dato. Como número uno y defensora del título sale como favorita, pero llega de un verano con altibajos. “Me gustaría terminar el año con un Grand Slam y el número uno. Pero si no logro ese objetivo, esta temporada ha sido alucinante”, dice.
Pisándole los talones, Iga Swiatek, recién coronada en Cincinnati, y Coco Gauff, campeona de Roland Garros, podrían arrebatarle el número uno. Otras dos estadounidenses, la ganadora de Australia, Madison Keys, y la finalista del año pasado, Jessica Pegula, se unen a ellas como aspirantes. “Aquí todo el mundo piensa que tiene oportunidades. No hace falta ser especialista en estas pistas. Solo tienes que jugar bien y buscar maneras de ganar para llegar lejos”, explica Pegula. “Eso, y saber manejar la energía del público. No es algo que pase en otros Slams”.