El talento de los trovadores

POR LA ESCUADRA

Hace unos meses, el Festival Clàssics, de artes contemporáneas y pensamiento, que este año dedican al deseo, me encargaron un concierto sobre esta temática y, más concretamente, sobre la manera como lo habían tratado los trovadores. Es decir, que me he pasado el verano leyendo y mirando de llevar al catalán actual, textos que, aunque están en el origen de nuestra tradición poética, se conservan “cada uno en su latín”, como dirían los trovadores, es decir, cada uno en su variante de la lengua de oc, el occitano del siglo XII.

Un trovador medieval

Un trovador medieval 

Universidad de Cambridge

Entre muchas otras sorpresas, me ha fascinado comprobar, una tras otra, que la mejor manera que la filología ha encontrado para traducir la palabra talento , que usaban desde Guillem de Peitieu hasta Ausiàs March, es hacerlo como anhelo , afán , deseo o coraje . Hace exactamente siete años dediqué una columna como esta misma, que leéis en la sección de Deportes de La Vanguardia , a recuperar una vieja declaración del genial cantautor belga Jacques Brel en una entrevista, en 1971, donde desmitificaba el talento de la siguiente manera: “Estoy convencido de una cosa: el talento no existe. El talento es tener ganas de hacer algo. Quiero decir que un hombre a quien de repente le apetece comer langosta, tiene el talento, en aquel mismo momento, al instante, de encontrar la manera de comer langosta. Talento es el afán de realizar un sueño. El resto es sudor, transpiración, disciplina. El arte no sé lo que es. Artistas no conozco. Creo que hay gente que trabaja y que se dedica con una gran energía”.

En la semana de la derrota en el Bernabéu, toca recordar que el talento siempre ha sido el hambre

Comprobar, gracias a los trovadores, que en la raíz etimológica de talento, hay el afán, el empuje, el anhelo o la fuerza de voluntad que el mismo Brel consideraba que eran la única definición posible de talento, me ha parecido tan sorprendente, como, hasta cierto punto, lógico. Para remachar el clavo, el amigo Raül Garrigasait me envía cuatro fotos de la entrada talento , del Diccionari Etimològic de Joan Coromines. “Talento: ‘capacidad, dotes naturales,’ y antiguamente ‘voluntad, ganas de hacer (una cosa)’, de donde después ‘hambre, apetito de comer’ (todavía hoy dialectalmente)”. Efectivamente, se ve que todavía hoy día, en las islas Baleares y en las dos vertientes del Pirineo oriental, se utiliza talento para hablar de apetito.

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En la semana que Rosalía ha acaparado la atención mundial con Berghain , el primer single del nuevo disco, en la semana que nos hemos dedicado a hilar fino sobre las razones de la derrota en el Bernabéu, de la dificultad de recuperar el juego de la temporada anterior, de la plaga de lesiones, de la desconexión de nuestra estrella, no sabemos si por malestar físico o por dispersión, pienso que toca recordar que, a fin de cuentas, el talento siempre ha sido el hambre.

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