Un nuevo vodevil azota al Barça en pleno caso Dani Olmo. A unos metros del Camp Nou, en el Palau, se han vivido unas últimas de puro surrealismo que han tenido como protagonista a Thomas Heurtel. “Estaba muy ilusionado con volver al Barça y rehacer el pasado, pero el club me ha faltado al respeto”, lamentaba caricacontecido este viernes en un conocido hotel de la capital mediterránea
El base francés, que fue jugador azulgrana del 2017 al 2021 y tuvo un adiós rodeado de polémica en el último enero prepandémico, era la principal opción que barajaba el club para suplir el adiós de Neto. De hecho, Heurtel, junto a toda su familia, aterrizaba este viernes por la mañana en Barcelona procedente de China para someterse a la revisión médica y firmar su nuevo contrato pero al pisar tierra se ha encontrado que la operación había sido frenada desde la zona noble del Palau por la (esperada) reacción contraria del entorno ante su posible regreso.
“Tuve una conversación con Joan Peñarroya hace un par de días, me comentó que estaba muy feliz con mi llegada y hablamos de cómo iba a entrar en el grupo. Me pidió que viniera lo antes posible a Barcelona. También Juan Carlos Navarro me envió un mensaje diciendo que tenía muchas ganas de verme de nuevo”, explicaba Heurtel.
El jugador de Beziers, que ante la promesa del Barça había sacado a sus hijos del colegio en Shenzen y había abandonado el apartamento dónde residía en China para instalarse en Barcelona, comentó el recibimiento para el que estaba preparado. “Todos sabemos cómo iba a ser, duro al inicio, pero también pensaba que iba a ser una bomba más grande. Recibí bastante apoyo de gente”, señalaba.
El entorno del jugador señaló sin tapujos a Josep Cubells, presidente del baloncesto azulgrana, como principal responsable de todo lo sucedido. “Nos aseguró que daba la cara por Laporta y que el club no cambiaria de opinión”.