El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, celebró este miércoles por la noche su épica victoria contra el mundo con una sentida botifarra, un gesto poco conocido en Arabia Saudí. Históricamente, los cortes de mangas van dirigidos contra alguien porque, de lo contrario, nadie en sus cabales va por el mundo haciendo cortes de mangas.
¿A quién iba dirigida esa botifarra? ¿A Raphinha por expresar con sinceridad y contención que eso de fichar jugadores y no poder inscribirlos crea dudas a futbolistas profesionales? ¿Al Athletic de Bilbao por recordar que las normas son iguales para todos y por devolver la jugarreta de marear a su perla, Nico Williams, el pasado verano? ¿Al barcelonista que se ha quejado del espectáculo ofrecido desde el 31 de diciembre? ¿Quizás a los periodistas que ni ríen las gracias –no se suele pagarnos por reír las gracias– ni compran excusas de mal pagador? Por una vez, cabe deducir que el corte de mangas no iba contra Madrid, origen del cable salvavidas que tan providencialmente inyecta oxígeno a Joan Laporta.
La botifarra de Yida ha entrado en la galería nacional de grandes ocurrencias al gusto popular, tal que aquel “que us bombin” de Xavier Trias. Y en honor del presidente del FC Barcelona conviene agradecerle esta reacción y no otra, tal que bajarse los pantalones, mostrar el culo a las cámaras y expulsar esa sustancia viscosa que tanto gusta a las moscas, en cuyo caso –va para los lectores saudíes– no hubiese hecho una botifarra sino un caganer. No descartemos que hubiese palmas a Joan Laporta –“¡que bien huele!”– entre elogios por su catalanidad campechana. Últimamente, nuestros héroes nacionales son desconcertantes...
Hay que agradecer al presidente que no hiciese un ‘caganer’ en vivo y en directo
Justo es reconocer a Joan Laporta el mérito que se otorga por convertir otro sainete y esta forma tan familiar de llevar el Barça en una gran victoria. Si desestabilizar el club, desconcertar a la plantilla y putear a dos jugadores lo celebra como victoria...

El portero Szczesny realizó un partido notable ante el Athletic
El corte de mangas conecta de maravilla con los vientos que soplan en el mundo transatlántico. Además de jugar con la verdad y polarizar –cosa que hará entre el barcelonismo este corte de mangas–, los líderes populistas empiezan a tener otro rasgo común: la vulgaridad. La vulgaridad es todo lo contrario al decoro que exigían los cargos institucionales. Y la Casa Blanca o la presidencia del FC Barcelona eran uno de ellos. ¿O ya no?
Tiene mérito elevar el fin provisional de un sainete a triunfo histórico del Barça
La pelotita entró y el FC Barcelona disputará la final de la Supercopa, en la que Dani Olmo merecería recibir la insignia de oro y brillantes del club por un silencio ejemplar, profesional y barcelonista.
Y ya que estamos en los actos por los 50 años del fallecimiento de Franco, un recuerdo al Miguel de Unamuno del paraninfo de Salamanca: “Venceréis pero no convenceréis”. Lo de vencer aquí y en el caso Dani Olmo es un decir, por muchas butifarras que nos sirvan....