Un gol de bandera para un año de ensueño. Hay goles que por su belleza aplastante valen títulos. Hay tantos que redondean una temporada entera. Y hay dianas que acaban por encumbrar a un futbolista. Como si fuera Van Basten en la Eurocopa de 1988 o Zidane en la final de la Champions del 2002, Lamine Yamal decidió el derbi de Cornellà y regaló la Liga al Barcelona. El autor del 0-1 no pudo ser más poético pues su zurda marca el camino del proyecto de Flick y Laporta.
El chaval, convertido ya en una figura mundial a los 17 años, fue la gran diferencia entre el Barça y el Espanyol, que perdonó en el arranque del encuentro y tendrá que sufrir un poco más. Canterano de la Masia, el extremo se quedó con las ganas de celebrar en el césped pues un inicio de tangana y la activación de los aspersores desaconsejó un baile similar al de la Copa del Rey y la Supercopa, los otros dos trofeos de este Barça triunfal al que solo se le escapó la Champions por su suspiro.

Lamine Yamal celebra con los brazos abiertos el gol con el que abrió el marcador en el RCDE Stadium
El canterano de oro
El autor del 0-1 no pudo ser más poético pues su zurda marca el camino del proyecto de Flick y Laporta
El empate acercaba a ambos al objetivo pero les obligaba a esperar unos días más para poder festejar. Lamine no quiso dilatar más el alirón. Donde otros se lían, él lo ve claro. Donde la mayoría tiene nervios, el chaval presume de una puntería y una grandeza espectacular. Ni Joan García pudo evitar lo inevitable.
Y eso que el Barcelona salió al césped como si ya fuese campeón, y no lo era. En cambio, el Espanyol entró en el partido como si necesitase la victoria para la salvación, tal y como sí precisaba. Ese enfoque se notó en los primeros compases, donde los de Manolo González estuvieron muy cerca del gol.
El 0-0 no valía a ninguno
El empate acercaba a ambos al objetivo pero les obligaba a esperar unos días más para poder festejar. Lamine no quiso dilatar más el alirón
Con los movimientos de Roberto y Puado, el Espanyol se aprovechó de la falta de automatismos de la pareja de centrales del Barcelona. Araújo y Christensen solo habían jugado juntos en Valladolid esta temporada y pagaron la novatada. Roberto, delantero atípico por jugar con el 2 y por ser tan trabajador, cayó a la banda derecha y dejó espacio para la carrera desde atrás de Urko, que chutó cruzado desde dentro del área.
Aunque más clara aún fue la diagonal de Puado desde la izquierda con la que se plantó en el área porque Christensen no quiso tocarlo y jugarse la expulsión. Con todo a favor, el capitán blanquiazul no pudo en el mano a mano con Szczesny, que realizó una parada salvadora por abajo para enviar a córner.
El ambiente en el RCDE Stadium se había quedado frío después de que los aficionados de detrás de la portería de Joan García, los más apasionados, decidieron retirarse de su posición como protesta a que el partido siguiese su curso habitual pese al atropello en los aledaños del recinto.
Mientras en el campo, el Barcelona sufría con las transiciones del Espanyol, que vivía cómodo replegado. El portero polaco también tuvo que salir con los pies para despejar ante el mismo Puado cuando Expósito le había buscado el pase en profundidad. Por su parte, el juego de los blaugrana no se activaba y Lewandowski, en su vuelta a la titularidad, no encontraba la portería pese a sus ganas por recortar distancias en el Pichichi con Mbappé.
Urko y Puado tuvieron el gol antes del minuto 20
Los de Manolo González entraron al derbi más enchufados pero perdonaron en el arranque del encuentro
El Barça daba sensación de desesperación cuando llegaba cerca del área, como si quisiese marcar y ganar antes que jugar. Pedri chutó desde lejos sin pensar mucho y después Lamine Yamal intentó un remate de primeras cuando tenía tiempo para controlar y el balón se fue arriba.
El derbi estaba totalmente abierto, nada que ver con hace dos años, cuando los visitantes se fueron al descanso ganando 0-3. Y antes de entrar a la caseta, el Espanyol aún dio un último susto con un contragolpe de Puado después de un córner a favor del Barça. Araújo apareció providencial para despejar el peligro.
Pecó de impulsivo
Cabrera se autoexpulsó por un codazo a Lamine Yamal y Fermín, al que le anularon el quinto en el clásico, esta vez sí que redondeó el marcador en el tiempo añadido
El Barça tenía que cambiar y Flick quiso acelerar cambiando a Gerard Martín por Balde y pronto gastó la segunda sustitución por las molestias de Araújo, de dejó su puesto a Cubarsí. Pero el partido no se iba a decidir por el juego colectivo o porque el dominio del líder fuese efectivo, sino por una individualidad.
Parecía que estaba adormecido, que el partido no le apetecía, que estaba poco inspirado, que no era su noche. Pero en realidad estaba agazapado. Lamine Yamal tiene el talento que decid partidos. Tras decantar el clásico el domingo, también solventó el derbi. Fue una acción aislada pero de las que vale una entrada. Al Barcelona le dio un campeonato. El extremo recibió en la banda y se hizo hueco hasta que se sacó una rosca perfecta a la escuadra de Joan García, un porterazo al que solo se le puede batir con golazo. Eso pensó Lamine y así doblegó al Espanyol. A los 17 años, con ese descaro que le caracteriza, se plantó delante de la grada con los brazos abiertos en cruz, para enseñar al RCDE Stadium que no hay escenario que se le resista.
Con el marcador desequilibrado, el Barça buscó tener la pelota con un falso nueve. Entró Fermín por Lewandowski y Dani Olmo se adelantó en una posición que ya había probado y que le debía dar a los blaugrana más control del partido. Pero seguían llegando las contras del Espanyol, aunque ni Puado decidió bien ni Pere Milla acertó a controlar y dio tiempo a llegar a Balde cuando Szczesny estaba adelantado.
Lo único que hizo que el Barça pudiese vivir los últimos minutos con tranquilidad fue otra acción personal, pero negativa: la autoexpulsión de Cabrera. El central del Espanyol, a pesar de que tenía la posición ganada, lanzó un codazo gratuito a Lamine Yamal, que se quedó aturdido cerca de la banda. Tras revisar la jugada en el VAR, Soto Grado enseñó la roja al veterano defensa, que pecó de impulsivo.
Con el tiempo cumplido, Fermín puso la sentencia con un buen disparo. Uno de esos goles que tanto le gusta. Al mediapunta se lo quitaron en el clásico, donde le anularon el quinto del Barça por unas manos, pero no en Cornellà, donde redondeó la Liga del Barcelona. Dos años volvió a proclamarse campeón de nuevo en casa del Espanyol. Lo de poder celebrarlo ya es otra historia.
Ficha técnica
Espanyol, 0 - Barcelona, 2
Espanyol: Joan García, Omar El Hilali, Kumbulla, Cabrera, Romero, Pol Lozano (Pere Milla 60), Urko, Roca (Jofre 68), Edu Expósito, Puado (Cheddira 82) y Roberto (Calero 82).
Barcelona: Szczesny, Eric Garcia, Araújo (Cubarsí 51), Christensen (Héctor Fort 77), Gerard Martín (Balde 46), De Jong, Pedri, Olmo (Gavi 77), Lamine Yamal, Raphinha y Lewandowski (Fermín 65).
Goles: 0-1 Lamine Yamal (53), 0-2 Fermín (95).
Árbitro: Soto Grado (comité riojano). Expulsó a Cabrera (80). Tarjetas: Amarillas a Christensen, Cheddira, Kumbulla, Szczesny.
Estadio: RCDE Stadium (34.283 espectadores)