El Sevilla se puso las botas ante un Barça sin pilas, sin alma, desconocido, que casi no opuso resistencia. En vez de defender el liderato extendió una alfombra roja a un equipo que aún no había ganado en casa ante su afición. El PSG dejó agotado al Barça y el calor y la caldera del Sánchez Pizjuán hicieron el resto, con la ayuda de un VAR discutible. Fue el partido soñado para el Sevilla y una pesadilla para los de Flick.
Los blaugrana salieron aplatanados al partido y lo pagaron caro, carísimo. A la hora de la siesta, los visitantes jugaron anestesiados en una primera parte para olvidar. Y así es imposible. Las cinco bajas, todas importantes, desde Lamine a Raphinha, no son excusa. Tampoco el tema arbitral pues tuvo 80 minutos para levantarse.
La polémica del VAR
Los de Flick tardan más de 40 minutos en presentarse cuando el Sevilla ya ganaba 2-0 tras abrir el marcador con un penalti discutible
El Barcelona no se presentó cuando tocaba, llegó tarde al encuentro, tardísimo. Y cuando se quiso dar cuenta ya se llevaban 40 minutos largos en Nervión y perdía 2-0. Y podía ser algún gol más a favor del Sevilla, que ganaba todos los duelos.
La intensidad de los locales contrastaba con un Barça que trotaba y que no ponía el pie en los balones divididos. Almeyda dijo que llevaba años estudiando al Barcelona y, aunque pudo sonar a fanfarronada, viendo el planteamiento inicial no lo fue. Su Sevilla bloqueó a un equipo que parecía un zombie, una sombra de lo que suele ser, absolutamente irreconocible.
Por si fuera poco el día de verano asfixiante que hacía, aún más pegajoso fue el marcaje individual que sufrieron Olmo, De Jong y, sobre todo, Pedri en el centro del campo. Sow, Mendy y Agoumé fueron unos perros de caza que los persiguieron y no les dejaron pensar, siempre encima de ellos.
Pero lo peor para el Barcelona no fue no tener a sus cerebros sino ver a todos con los brazos caídos, tan blandos, con nulas ganas, como si no fuese consigo lo de defender el liderato de la Liga.
Además de la apatía general
Almeyda neutraliza a Pedri al ordenar un marcaje individual por todo el campo que le sacó del partido
Por si fuera poco, llegó la polémica para acabar de hundir a un Barça ya aplastado en su actitud. En una acción sin aparente peligro en el área, con Isaac Romero sin ángulo, el delantero cayó delante de Araújo. El público, encendido, pidió la caída y Del Cerro Grande, desde el VAR, llamó a Muñiz Ruiz, que tras verlo repetido señaló una pena máxima muy controvertida. Desde los 11 metros, Alexis Sánchez, exbarcelonista, engañó a Szczesny.
Lejos de reaccionar, el Barça era un muñeco en manos del Sevilla. De nuevo al equipo de Flick le hicieron daño los laterales, pero esta vez no eran Nuno Mendes y Achraf sino unos valientes Carmona y Suazo. No es lo mismo y eso es sintomático de lo que estaba sucediendo en el césped, donde todo el peligro estaba en el área de Szczesny.
Vlachodimos frustra dos veces a Bardghji
Fue el encuentro soñado para los locales y Lewandowski envió fuera una pena máxima que pudo ser el empate
La mala suerte del Sevilla fue que Isaac Romero se dedicó a perdonar varias ocasiones clarísimas. Y cuando hasta su propia afición empezaba a cansarse del punto de mira desviado de su delantero, llegó el 2-0. Vargas, que ya hizo mucho daño el año pasado al Barça, se internó por la banda izquierda y su centro, esta vez sí, lo embocó el Romero. Los blaugrana pidieron una falta de Suazo a Koundé pero Muñiz Ruiz y el VAR no estuvieron igual de delicados como en el penalti.
El partido solo tenía un color pero entonces, casi en el tiempo añadido, llegó la rebeldía del Barça, como si entonces se percatase de la que tenía encima. Cubarsí se inventó un pase filtrado magnífico a Rashford, que no pudo con Vlachodimos. El inglés sí que acertó en una volea, más difícil, a un centro medido de Pedri, que le robó la pelota a Agoumé cuando el Pizjuán solo pedía el final de la primera mitad.
El 2-1 era la mejor noticia para el Barça y Flick tenía que intervenir sí o sí. Con Balde y Eric Garcia buscó futbolistas que pudieran superar líneas con conducciones. Ellos se unieron a Cubarsí para sacar el balón y colarse casi hasta la cocina. El Sevilla empezó a asustarse viendo que su rival ya podía llegar al borde del área con varios futbolistas abriendo grietas en su defensa. Todos, menos un Vlachodimos que estuvo descomunal.
Januzaj, en su primera acción, cometió penalti por agarrar a un Balde que se le escapaba. Esta vez ni el VAR eliminó la pena máxima. Sin embargo, Lewandowski no dirigió bien su lanzamiento, a la derecha y abajo del portero griego, que había acertado la dirección.
En la recta final, el Barça, volcado, pudo igualar con dos jugadas de caracoleo de Roony Bardghji, efervescente, muy activo pero que no supo finalizar. En cambio, a la contra, fue presa fácil de la velocidad del Sevilla. A Akor Adams le anularon el tercero por fuera de juego pero sí que subieron el de Carmona y uno legal del citado Adams, que condenaron a un Barcelona muy débil y demasiado vulgar.
Ficha técnica
Sevilla, 4 - Barcelona, 1
Sevilla: Vlachodimos, Carmona, Azpilicueta, Marcão, Suazo, Mendy (Januzaj 73), Agoumé, Sow (Gudelj 61), Alexis Sánchez (Ejuke 93), Vargas (Peque 73) e Isaac Romero (Akor Adams 61)
Entrenador: Matías Almeyda
Barcelona: Szczesny, Koundé, Araújo (Eric Garcia 46), Cubarsí, Gerard Martín (Balde 46), De Jong (Christensen 88), Pedri, Olmo, Rashford, Ferran Torres (Roony 69) y Lewandowski
Entrenador: Hansi Flick
Estadio: Sánchez Pizjuán (41.040 espectadores).
Árbitro: Muñiz Ruiz (c. gallego).
Tarjetas: Amarillas a Gerard Martín, Marcão, Ferran, De Jong, Isaac Romero, Januzaj, Agoumé, Rashford, Peque, Akor Adams y Gudelj.
Goles: 1-0 Alexis (p) (13), 2-0 Isaac Romero (36), 2-1 Rashford (45+7), 3-1 Carmona (90), 4-1 Akor Adams (96).