Los partidos duran 90 minutos más el añadido pero no se juega todo ese tiempo. En el clásico del Bernabéu (2-1) el balón estuvo en juego el 52% del tiempo que se alargó el encuentro. Según datos de Opta, en el Real Madrid-Barcelona del domingo el tiempo efectivo fue de 56 minutos y 20 segundos de los 107 que sumaron entre la primera y la segunda mitad.
Los duelos entre los dos grandes de la Liga son el gran reclamo que tiene el torneo para publicitarse al mundo pero resulta que fue el cuarto choque de los diez de la décima jornada en cuanto a porcentaje de juego real con el 52,7% del total. En comparación, solo en el Real Sociedad-Sevilla, el Athletic-Getafe y el Rayo-Alavés se jugó menos. En esos tres campos ni siquiera se llegó a la mitad.
Poco espectáculo
El tiempo real de fútbol superó por poco la mitad de la duración total, un 52,7%
Pese a que fue con diferencia el encuentro con más tiempo añadido (cinco minutos más que en el Girona-Oviedo), a veces las interrupciones acaban por lastrar lo que debería ser un gran espectáculo. El ritmo, que fue interesante en la primera parte (51m11), con los tres goles, decayó en los segundos 45 minutos cuando el Barcelona estuvo obligado a atacar y al Real Madrid le bastó en muchos pasajes con aguantar en bloque bajo. La segunda mitad se fue hasta los 55m43s.
La tángana en los banquillos que siguió a la expulsión de Pedri, ya con el tiempo cumplido, fue uno de los muchos momentos en los que se paró el partido. Valverde, Camavinga y Militão tuvieron que ser atendidos en el campo por molestias físicas con el marcador a favor de los blancos.
Visita al monitor
En la revisión por las manos de Eric Garcia, el penalti tardó en chutarse más de tres minutos
Los blaugrana tuvieron el 68% de la posesión pero carecieron de continuidad. Solo pudieron disparar seis veces a puerta y sacar cuatro córners. Xabi Alonso agotó los cinco cambios mientras que el Barça se quedó en cuatro sustituciones, pero hubo seis ventanas de cambios porque no compartieron ninguna.
También hay que contar las pausas por las revisiones en el VAR. Soto Grado se acercó al monitor para ver dos penaltis y le ayudaron en dos de los tres goles anulados. Primero rectificó uno al considerar que la falta era de Vinícius a Lamine Yamal y no al revés. Ahí estuvo dos minutos. Después, tardó otros dos en anular el gol de Mbappé del minuto 12. Donde más costó reemprender el juego fue con las manos de Eric Garcia que no vio en directo. Más de tres minutos se tardó en chutar el penalti que Szczesny paró a Mbappé.
