Se empieza a desmelenar el campeón, al que recuperar el liderato le está sentando además de maravilla. Una posición de privilegio que asentó ganando (y convenciendo) ante el Atlético y afianzó este sábado con una estupenda goleada ante el Betis, que apenas había perdido un partido desde el mes de agosto. De valor incalculable la victoria, para la autoconfianza y también como mensaje amedrentador para sus rivales. Quedan muchos flecos por pulir, como demostró la recta final, pero el Barça de Flick se está reencontrando consigo mismo.
Una de las mejores señales de la mejoría del conjunto azulgrana es que la idea vuelve a prevalecer por encima de los nombres, como sucedía la temporada pasada. A Flick le dio por disfrazarse de Da Vinci y darle un vuelco a su equipo, a pesar de que todo indicaba que daría continuidad al buen talante mostrado ante el Atlético. Pero el alemán agitó el árbol, con las novedades de Ferran Torres y Bardghji en ataque, ‘inventándose’ una nueva posición para Lamine Yamal, haciendo de enganche entre el centro del campo y la delantera con total libertad. El valenciano firmó un hat-trick, el sueco, que hacía cinco partidos que no jugaba un minuto, asistió y anotó con la derecha, y Lamine, ay Lamine, qué recital dio. Todo le salió bien a Flick, que ha encontrado la luz al final del túnel.
Flick se ‘inventó’ a Lamine de enganche y al de Rocafonda se le vio disfrutar de ser un verso libre en el verde
Y eso que empezó torcida la tarde a orillas del Guadalquivir, inaugurado el marcador por Antony nada más comenzar la contienda en una jugada en la que la defensa azulgrana adoleció de contundencia alguna. Pero no le dio tiempo a nadie en el banquillo azulgrana ni siquiera de preocuparse, a pesar de que era el cuarto partido seguido en el que se veía por detrás en el marcador. En un abrir y cerrar de ojos, Koundé profundizó y su centro lo remató a la red Ferran Torres, que empezaba a aflorar su idilio con La Cartuja, donde anotó su primer hat-trick con España en plena pandemia, y con el Betis, al que hace dos temporadas ya le endosó un triplete en el Villamarín. Más que un tiburón, en Sevilla el de Foios se convierte en un megalodón. Tanto es así, que en un par de minutos ya había adelantado al Barça, esta vez aprovechando un gran centro de Bardghji, que actuó por banda derecha, siempre inquieto, sumado a la causa definitivamente cuando a la media hora firmaba el tercero con un derechazo, tras recibir un pase entre líneas de Pedri.
Si Lamine conducía la goleada, acelerando y frenando cuando tocaba, regateando casi siempre con éxito, qué se puede explicar de Pedri, otro que mereció salir a hombros de La Cartuja –lo hizo ovacionado–. No sólo era imposible que el Betis le robara el balón, es que además su esfuerzo defensivo, sumado metros y metros hacia atrás, fue digno de un elogio por sí mismo. No es casualidad que la mejoría del Barça haya llegado de la mano del regreso del canario.
El tiburón valenciano huele sangre en Sevilla, donde firmó su tercer ‘hat-trick’: dos ante el Betis y uno con España
A pesar de que parecía una tarde de lo más apacible, las pocas llegadas el Betis hacían sufrir a la defensa azulgrana, que debe aplicarse con más convicción si quiere llegar lejos, como confirmaron los últimos minutos. No era difícil imaginar otro gol del Betis –llegaron dos más, de hecho–, por lo que el cuarto, que también nació de los pies de Ferran Torres, cuyo disparo desvió Bartra a la red, fue más balsámico de lo que pudo parecer.
Con la tranquilidad que le brindaba el marcador, el Barça se permitió jugar con el cronómetro y empezó a graduar sus fuerzas, consciente del complicado calendario que debe afrontar hasta la llegada de Papá Noel. El Betis, por su parte, fue incapaz de renunciar a su estilo y, lejos de resguardarse, optó por intentar la proeza, dejando muchos espacios, encomiable pese a todo su esfuerzo. Con una ambición desmesurada, el conjunto azulgrana pudo haber castigado mucho ese atrevimiento, pero optó por la calma.
Sin grandes aspavientos, Lamine Yamal fue capaz de plantarse en el área y ser negado por un ágil Valles, cuando el quinto iba camino de convertirse en una realidad. No tardó por eso en llegar esa manita, producto esta vez del fútbol moderno, llamado a filas por el VAR Hernández Maeso tras unas manos de Bartra en el área producto de un rebote, acaecidas casi dos minutos antes. Surrealismo que sacó de quicio, y con razón, a La Cartuja, que con su pitada no pudo evitar que Lamine rubricara la goleada con maestría desde los once metros, culminando su nuevo yo futbolístico como merecía. El último arreón bético le alcanzó para recortar con los goles de Diego Llorente y de Cucho, este de penalti tras un cruce de cables de Koundé. Pero ya era tarde, el líder había conquistado La Cartuja.
Ficha técnica
3 - Betis: Álvaro Valles; Aitor Ruibal, Bartra (Diego Llorente, m.60), Natan (Junior Firpo, m.60) (Ricardo Rodríguez, m.89), Valentín Gómez; Altimira (Deossa, m.46), Marc Roca; Antony (Pablo García, m.75), Fornals, Abde; y Cucho Hernández.
5 - Barcelona: Joan García; Kounde, Cubarsí, Gerard Martín (De Jong, m.63), Balde (Christensen, m.46); Eric García (Jofre, m.80), Pedri (Bernal, m.63); Lamine Yamal, Roony Bardghji (Fermín, m.67), Ferran Torres y Rashford.
Goles: 1-0, M.06: Antony. 1-1, M.11: Ferran Torres. 1-2, M.13 Ferran Torres. 1-3, M.31: Roony. 1-4, M.40: Ferran Torres. 1-5, M.59: Lamine Yamal, de penalti. 2-5, M.85: Diego Llorente. 3-5: Cucho Hernández, de penalti.
Arbitro: Francisco José Hernández Maeso (Comité Extremeño). Amonestó a los locales Altimira (m.20), Deossa (m.59), Aitor Ruibal (m.67) y Valentín Gómez (m.87) y a los visitantes Gerard Martín (m.48) y Kounde (m.89).
Incidencias: Partido de la decimoquinta jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio La Cartuja ante 64.562 espectadores. Antes del encuentro, el presidente del Betis, Ángel Haro, entregó una camiseta por los 100 y 200 partidos de los jugadores Abde y Bartra, respectivamente. También se guardó un minuto de silencio en memoria del jugador Antonio Pallarés y los directivos José Antonio García Espejo y Raimundo Fernández.
