Besó el escudo del Barça mientras corría por el carril derecho en La Cartuja. Después, Roony Bardghji levantó la cabeza y ejecutó un jutsu . En el anime japonés –una de las aficiones de Roony–, es una técnica especial que un personaje puede emplear para manipular energía (chakra), controlar elementos o crear ilusiones. Ahora mismo, la ilusión de este extremo derecho de 19 años se llama Barça. Siempre fue barcelonista, y ni siquiera la grave lesión de ligamento cruzado de la temporada 24-25 frenó los planes de Deco para ficharle. Aterrizó en el club blaugrana en verano, procedente del Copenhague, por 2 millones, con contrato hasta 2029.
Roony Bardghji y su jutsu tras marcar en La Cartuja
El extremo sueco había ido a menos en su proceso de adaptación. Tras no poder jugar al inicio de curso contra Mallorca, Levante y Rayo porque no estaba inscrito –le ayudaron a sobrellevar la situación Lewandowski y Szczesny–, debutó como titular ante el Valencia en el Johan Cruyff por la lesión de Lamine Yamal. Poco a poco fue estancándose. De hecho, hasta la cita en La Cartuja había acumulado cinco partidos seguidos sin disputar un solo minuto.
No jugó frente a Celta, Athletic Club, Chelsea, Alavés ni Atlético. “Es que su posición natural es la de Lamine Yamal”, se justificaban en el club. Como resultado, la casilla de su minutaje en el famoso Excel que maneja Flick mostraba apenas 16 minutos jugados, repartidos entre Real Madrid (7), Elche (2) y Brujas (7) en los últimos ocho encuentros.
Siguiendo con esa rutina, el futbolista ni siquiera había entrado en las pruebas del once titular. Sin Raphinha –que por segunda previa consecutiva se quedó al margen haciendo rondos por precaución–, el técnico había apostado por Dro en el ensayo general en la mediapunta con Lamine en el extremo derecho.
Pero Flick cambió de planes en La Cartuja. Quizás para proteger a Dro, aún muy joven, decidió variar su estrategia inicial. Colocó a Lamine en la mediapunta y llamó a Roony a filas. El propio Ferran Torres reconocía que “nunca habíamos ensayado con Lamine jugando por dentro”, y Flick también lo admitió: “Se lo propusimos hoy (por ayer) a Lamine. Nos dijo que sí. Roony hizo un partido fantástico. Es bueno tener opciones”.
No ensayamos la posición de Lamine, se lo propusimos, es bueno tener opciones”
El sueco se fue acercando peligrosamente a la portería de Valles. Participó en la jugada del 1-1 de Ferran Torres, conectando con el asistente Koundé un pase que le regaló Lamine. Después asistió directamente al valenciano en el 1-2. “Con Ferran y con Eric, que hablan inglés, tiene una muy buena relación”, cuentan desde el club. Era su segunda asistencia de la temporada y la primera en Liga.
Después se reivindicó del todo con el 1-3. Fue un gol para enmarcar. Le ayudó Pedri. El canario no hablará demasiado inglés, pero en el campo se entiende con todo el mundo. Recibió el balón en la frontal, se giró con elegancia y, tras desarmar a la defensa del Betis, le filtró un pase perfecto. Roony encaró a Nathan con decisión. Tras un control sensacional con la zurda, protegió el balón y, pese a ser zurdo, soltó un derechazo seco imposible para Valles.
Venía de un período sin jugar mucho. Estoy agradecido. Espero poder ayudar más”
Después llegó su jutsu para celebrar su primer gol oficial. “Venía de un período en el que no había jugado mucho. Estoy agradecido. Espero tener más oportunidades”, decía. Roony es, sin duda, lo que se conoce como un otaku , una persona con un gran interés por la cultura japonesa que le ha enseñado a tener paciencia... Y licencia para soñar.


