Verstappen se queda sin rivales: segunda victoria pasando el rodillo

Sin novedad en el frente, Max Verstappen volvió a arrasar en Arabia Saudí. Segunda carrera del curso, segunda victoria pasando el rodillo. Se ha quedado sin rivales muy pronto el neerlandés, con la baja por apendicitis de Carlos Sainz, la oposición inofensiva de Charles Leclerc (solo fue capaz de robarle el punto extra de la mejor vuelta), y la desaparición del Fernando Alonso combativo del sábado, o del año pasado. Así, sin más sombra que la de su compañero de equipo Checo Pérez (no cuenta para hacerle frente), Verstappen, 56.ª victoria y 100.º podio, empieza ya a aburrir. Y solo se han consumido 2 de las 24 carreras. No cambió nada la salida, uno de los pocos momentos en los que Verstappen podía sufrir una emboscada de Leclerc. Pero el monegasco no lo sorprendió en el arranque, más bien estuvo a punto de perder su posición con Checo Pérez, que llegó a situarse segundo durante dos curvas. Por detrás se mantuvieron las posiciones, con Alonso cuarto y Piastri quinto. Pero por poco tiempo. El ambicioso piloto australiano de McLaren atacó al Aston Martin del español y se hizo con la cuarta posición en la segunda vuelta. Alonso perdía una plaza (5.º), mientras Verstappen abría un hueco ya sustancial de 1,2 s en una sola vuelta sobre Leclerc. La carrera pareció quedar sentenciada ya en la cuarta vuelta con el adelantamiento fulminante de Pérez sobre Leclerc al final de recta. El Red Bull del mexicano pulverizó al Ferrari para enviarlo al tercer puesto. Verstappen se quedaba sin rival. Sin embargo, un violento accidente de Lance Stroll contra el muro de la curva 23 forzó la salida del coche de seguridad y se reagrupó la carrera. Casi todos los bólidos aprovecharon la neutralización para cambiar de neumáticos (v. 8), menos Norris y Hamilton que no pararon y pasaron a ser primero y tercero provisionales, respectivamente, buscando una estrategia diferente (Spoiler: estrategia que no les funcionaría, ya que perderían dos posiciones en la meta respecto a las que ocupaban antes del safety-car). En las entradas y salidas de boxes, Alonso se quejó de una incorporación a pista peligrosa de Pérez (unsafe release). Los comisarios sancionaron al mexicano con 5 segundos, lo que suponía una ayuda a Leclerc para poder recuperar la segunda posición. Delante, Verstappen no se inquietaba con perder el liderato, porque cinco giros después del pit-stop adelantaba al McLaren para recuperar el primer puesto. Una superioridad insultante que hacía evidente Alonso por radio. “¿Hay alguna posibilidad de Plan B, porque están en otra liga?”, preguntaba el asturiano a su equipo. No hubo plan B, ni C, ni nada que alterase la carrera, anodina como pocas, sin más batallas que las que mantenían Magnussen con Tsunoda… por el 12.º puesto. Ni Verstappen tuvo ninguna pájara, ni Leclerc fue capaz de inquietar a Pérez, ni Piastri fue más allá para intentar asaltar el podio, ni Alonso se aproximó al australiano, ni Russell amenazó el quinto del asturiano… hasta que quedaron 8 giros. Entonces el Mercedes del inglés se echó encima del Aston Martin (a 1,2s) y Alonso vio las orejas al lobo, pero solo durante cuatro vueltas. El español se alejó del peligro del adelantamiento. Mención especial para el novato Oliver Bearman, el sustituto de Carlos Sainz, que firmó un meritorio séptimo puesto después de haber arrancado 11.º de parrilla. Su actuación sólida mereció ser nombrado Piloto del día por los seguidores de la F1 de todo el mundo.