El día más feliz de la historia del fútbol femenino español fue también uno de los más tristes. El gol de Olga Carmona a Mary Earps llevó a la selección a tocar el cielo, mientras que el beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso durante la ceremonia de entrega de medallas, un poco después, hizo que descendiese al más profundo de los infiernos. Las declaraciones minimizando y riéndose, los comunicados forzados, el enroque chulesco del presidente para no dimitir, el apoyo y los aplausos de Jorge Vilda o las coacciones y presiones a la futbolista no dejaron celebrar y lucir el Mundial como se debería. Pero nada de todo ese fango pudo eclipsar el momento que vive en España el fútbol de mujeres, que se ha convertido en una referencia, tanto por su talento como dignidad.
Más de 16.000 kilómetros separan Sydney de Basilea, donde se jugará la final de la Euro el 27 de julio. Casi dos años han pasado. Pero la selección española siente que está muy lejos de todo aquello. Se siente mucho más fuerte. Montse Tomé es ahora la que lleva las riendas del equipo al que han vuelto jugadoras importantes como Patri Guijarro y Claudia Pina. Louzán sustituyó a los inhabilitados Rubiales y Rocha. Y los métodos de trabajo han dado un gran salto a la par que el ambiente en el entorno se ha vuelto más seguro y amable.
Sin escándalos, brilla el juego
La exigencia y la ambición en el vestuario son máximas una vez que el entorno se ha pacificado
Ya no hay caras largas ni enfados. Se acabaron las reuniones en lugares neutrales o las visitas a los juzgados. Tras el escándalo, por fin brilla el fútbol. Al Mundial le siguió el éxito en la Nations League y el varapalo de los Juegos Olímpicos, donde se quedaron a las puertas del bronce. Pero si algo sabe el grupo es levantarse, y el balón ahora apunta a la Eurocopa de Suiza. España piensa a lo grande y quiere consolidar su brío y su pujanza haciendo lo que mejor sabe: jugar bien y al ataque.
La roja quiere volver a imponer su dominio y su toque en el único título que le falta en su palmarés. Para ello, la seleccionadora confía en un bloque muy barcelonista, con diez jugadoras del Barça, además de Laia Aleixandri, que vuelve este verano, y Mariona Caldentey, que se fue en el 2024 para ganar la Champions con el Arsenal.
Una meningitis la ha debilitado
Baja en el arranque, Aitana debe fijarse en el espíritu de Alexia, que regresa al torneo que se perdió en el 2022
Con dos dobles ganadoras del Balón de Oro en su centro del campo (Aitana y Alexia), no es extraño que la fuerza resida en mover bien la pelota y generar ocasiones. Además, cuenta con mucha competencia en la delantera, donde se ha quedado fuera Jenni Hermoso. Tomé cuenta con un elenco variado para jugar en punta, desde la quirúrgica Mariona, la velocidad de Paralluelo, el olfato de Esther González, la decisiva Pina o la revulsiva Athenea del Castillo. Con tanta pólvora, rara vez suele quedarse a cero, como le pasó en el partido por el tercer puesto en los Juegos.
Hace dos años, en el Mundial a partir de octavos, la selección se deshizo de cuatro rivales europeas para ser campeonas del mundo: Suiza, Países Bajos, Suecia e Inglaterra. En los Juegos cayó frente Alemania. Todos esos rivales estarán en liza. Empezando por la fase de grupos, donde se enfrentará a Portugal, Bélgica e Italia. A las dos primeras ya se las ha cruzado recientemente este año en la primera fase de la Nations League, con doble triunfo. Frente a las italianas, un conjunto muy peleón, debería jugarse el liderato. En octubre empataron 1-1 en Vicenza.
Tras el Mundial y la Nations League
Tomé confía en un bloque con diez del Barça, más Aleixandri y Mariona, en busca del título que falta
Nadie representa mejor el resurgimiento como un ave fénix de España que Alexia Putellas, que a días del inicio de la anterior Eurocopa, hace tres años, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda cuando era la número uno. La de Mollet regresó y jugó en cada uno de los siete partidos del Mundial y los seis de los Juegos. Pero esta Euro es muy especial para ella, con 31 años, tras marcar 22 goles este curso con el Barça. A ese espíritu indomable se debe aferrar Aitana Bonmatí, ya en Lausana tras caer enferma con una meningitis vírica y tener que ser hospitalizada. Llegó el lunes, 24 horas después que sus compañeras. España ya ha regateado muchos problemas. Ahora desea centrarse en el fútbol y puede golear sin losas. El consenso dice que es favorita. Ganar significaría la triple corona: Mundial, Nations League y Eurocopa.