El fútbol le deparó una despedida cruel a Pepe Reina. El guardameta español cerró este viernes su carrera profesional de la forma más inesperada: expulsado al filo del descanso en el Giuseppe Sinigaglia, entre la incredulidad del público del Como 1907 y la tristeza de una familia que había llegado hasta la orilla del Lago Como para presenciar el final de su querido como jugador
Fueron apenas 45 minutos los que duró el último baile de Reina bajo los palos. Con la camiseta del Como 1907 y el brazalete de capitán al brazo.
Pero el fútbol es caprichoso. En el minuto 45, cuando ya se cumplía el tiempo añadido de la primera parte y con el Inter por delante en el marcador (0-1), llegó la jugada que nadie esperaba. Taremi encaró el área con el balón controlado y Reina salió a cortar la jugada. El contacto fue mínimo, apenas un roce con la punta de la bota derecha del meta español.
El delantero del Inter siguió en pie, pero perdió el equilibrio y cayó al césped cuando ya se disponía a quedar solo ante la portería. El juego continuó sin interrupciones hasta que el VAR apercibió al árbitro Davide Massa.

La roja a Pepe Reina, este viernes en Como ante el Inter
La tecnología dictaminó falta. Una infracción merecedora de tarjeta roja directa por malograr una ocasión manifiesta de gol. Reina, incrédulo, intentó explicar la jugada al colegiado. Sus compañeros rodearon al árbitro en una protesta desesperada. Pero no había vuelta atrás.
Taremi, el mismo jugador que había provocado la expulsión, fue el primero en consolar al veterano guardameta. Yann Sommer, portero del Inter, atravesó todo el campo para transmitirle su admiración. Los banquillos se pusieron en pie, el público lo despidió con una ovación y Cesc Fàbregas, su entrenador, lo abrazó.
Reina emprendió el camino hacia el vestuario con la cabeza gacha, consciente de que así se cerraba una carrera de vértigo: 967 partidos oficiales, 25 años en la élite, campeón del mundo y dos veces de Europa con la selección española. El guardameta, que formó parte de la generación más exitosa del fútbol español se despedía por la puerta de atrás.