El derrumbe del Girona no sorprende: la falta de conexión, el estilo fijo y la hipoteca del mercado

Girona CF

Un 1-8 en las dos primeras jornadas y la rueda de prensa lapidaria de Míchel descubren la caída de la entidad tras el éxito de la Champions de hace dos campañas

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Míchel se disculpa con los aficionados del Girona que viajaron a Vila-real el pasado domingo 

ANDREU ESTEBAN / EFE

“Somos de Champions!”, se leía en la web del Girona FC el 4 de mayo de 2024, después de remontarle al Barcelona de Xavi Hernández y llevarse un partido (4-2) que certificaba la histórica clasificación de un club con apenas cuatro temporadas en Primera. No han pasado ni 500 días y ese Girona se desmorona, tras una campaña anterior en la que vivió con la soga al cuello (fue colista en la segunda vuelta) y un comienzo de ésta terrorífico: 1-8 ante Villarreal y Rayo Vallecano. Y se suma el Míchel más descolocado y contundente: “No me siento representado por los jugadores, es duro y fuerte. Hay demasiado ruido por el mercado”, gritó.

El hilo que cose esta caída comienza en el mercado de fichajes del pasado verano. En una plantilla que funcionaba como un reloj, se tuvo que vender y sustituir a las piezas esenciales. Se marcharon Artem Dovbyk, el goleador, Aleix García, el cerebro, Savinho, el desequilibrio, o Yan Couto, el espíritu; y llegaron Abel Ruiz, Miovski, Krejci y Asprilla, entre otros. Y lo que funcionaba, dejó de hacerlo.

Aunque el club aumentó los ingresos y marcó un presupuesto de 113 millones (con una subida de los derechos de televisión de 48 a 86), invirtió menos de lo que ingresó. Se embolsó 59,8 y gastó 46, según el portal especializado Transfermarkt. Una tendencia repetida en los tres últimos cursos, con unas ventas por 98 millones y unos gastos de 69.

El nivel de la plantilla descendió considerablemente. Esta vez no hubo varita mágica de Quique Cárcel ni ayuda del City por la normativa. “Se tenía mejor equipo el año de la clasificación para la Champions que el año que la jugamos”, explica uno de los entrenadores que sigue la actualidad del equipo. “El problema está en que esos jugadores que vinieron creían que lo hacían a un proyecto europeo, pero el curso pasado el Girona se salvó por los pelos y este año pinta igual”, argumentó otra de las voces que vive el día a día. 

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Esa perspectiva ha provocado que la plantilla, salvo los David López, Portu o Stuani -como ejemplo– prioricen salir en este mercado. “Creo que ni el club, ni el equipo ni yo estamos centrados. Hemos empezado la Liga pensando en cómo va a quedar la plantilla”, dijo Míchel, con jugadores como Yangel Herrera o Ladislav Krejci cerca de la Real Sociedad y del Wolverhampton. El técnico decidió ponerlos de titular y a los 28 minutos el Villarreal ya dominaba por 4-0.

Míchel es el primero que se coloca en la diana y que dispara. “El fútbol no tiene memoria”, recuerdan desde Girona. Y el técnico madrileño, fiel siempre a sus ideas, ve ahora que su figura está más cuestionada que nunca. A la plantilla “le falta calidad”, insisten, aunque entienden que Míchel es inflexible y expone demasiado al equipo en un momento, como ya sucedió el curso pasado, en el que no hay confianza, ni concentración, ni “foco”, por todo el ruido existente y las deficiencias del grupo. Por primera vez, en la sala de prensa dejó de proteger a los jugadores y habló claro: no es un accidente. Y disparó arriba: “Vamos tarde”.

La economía como prioridad

En los tres últimos cursos el Girona vendió por  98 millones e ingresó 69

El mensaje que dio el club este verano es que antes de fichar había que dejar salir. Todo en venta. Y por esa puerta ya se fue Miguel Gutiérrez. A la espera hay varios futbolistas. Aunque la entidad presupuestó un beneficio de 19,6 millones el curso anterior, hay partidas que no fueron las esperadas, como la de ticketing, con algunos partidos de Champions en los que se vieron asientos vacíos en Montilivi. “No ha acabado de haber una conexión entre la gente y el club como hace dos temporadas”, remarcan.

Uno de los problemas del mercado es estar pendiente, de nuevo, del City Group, que en su momento les abasteció de jugadores diferenciales como Herrera, Couto o Savinho, y en este mercado ha aterrizado Vitor Reis, pero la bala del argentino Claudio Echeverri no ha funcionado (se fue al Bayer Leverkusen) y faltan efectivos. Esta semana las altas deben aterrizar a mansalva para corregir una situación que preocupa al entrenador y a la entidad rojiblanca.

Tras el paso por la Champions, al Girona le queda ese proyecto al ralentí de la Ciudad Deportiva en Vilablareix... Y poco, más allá de los recuerdos y la experiencia: “En Montilivi los charcos siguen dónde estaban”.

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