Aymeric Laporte no podrá vestirse de rojiblanco, al menos por ahora. El central de 31 años, que había alcanzado un acuerdo por tres temporadas con el Athletic Club tras rescindir su contrato con el Al-Nassr de Arabia Saudí, no pudo ser inscrito debido a un problema con la documentación.
El trámite se bloqueó porque la Federación de fútbol de Arabia Saudí no envió a tiempo la documentación necesaria al Sistema de Correlación de Transferencias (TMS) de la FIFA. Es La FIFA, el organismo que debe validar el proceso antes de que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y LaLiga puedan dar luz verde a la inscripción y al no cumplirse los plazos, el fichaje quedó en suspenso.
Athletic Club
Solo con dos centrales
La consecuencia es delicada para el club bilbaíno, que afronta el inicio de la temporada con una plantilla muy corta en el centro. Con Yeray Álvarez apartado tras dar positivo en un control antidopaje, Ernesto Valverde solo dispone de Dani Vivian y Aitor Paredes como centrales.
Ante esta situación, el Athletic ha decidido acudir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en busca de una resolución, pero el equipo tendrá que esperar hasta el 1 de enero, cuando se abre el mercado de invierno, o renunciar definitivamente al regreso del jugador.
Última posibilidad
El contrato firmado
Por otro lado, el club también estudia la vía de demostrar la existencia de un contrato firmado entre las tres partes. Tal y como apunta el diario Marca, al estar suscrito por el jugador, el Athletic y el Al-Nassr, no debería considerarse valido que una de las partes frustre unilateralmente la operación. Según los expertos y apoyándose además en la filosofía de la FIFA de proteger el derecho de los futbolistas a ejercer su profesión, podría abrirse una alternativa para revertir la situación.
En cualquier caso, el margen ya es limitado. El plazo UEFA para inscribir jugadores en la Champions League está cerrado, por lo que Laporte no podría formar parte de la lista continental en ningún escenario.
El caso recuerda a otro episodio, el de David de Gea en 2015, cuando su fichaje por el Real Madrid se frustró a última hora por la llegada con retraso de la documentación desde Manchester, obligándole a permanecer allí.
