Por la senda de Macron

Deportes sin fronteras

El Rangers liquida entrenadores como Francia primeros ministros

Pancarta contraria a la continuidad de Russell Martin como entrenador de los Rangers de Glasgow

Pancarta contraria a la continuidad de Russell Martin como entrenador de los Rangers de Glasgow

Lee Smith / Reuters

Ser comparado con Francia no es ni de lejos lo peor que le puede pasar a uno (hay opciones mucho más siniestras como Afganistán, Corea del Norte y los Estados Unidos de Trump). Al fin y al cabo tiene la nouvelle cuisine, el PSG, Napoleón, la Costa Azul, los taxistas y los camareros más simpáticos del mundo (es un decir), la Torre Eiffel y mil quinientas variedades de queso, y es la patria de Renoir, Monet, Cézanne, Chanel, Dior, Givenchy, Saint Laurent y Sarkozy (perdón, este último va camino de la cárcel).

Y es que la comparación con Francia es un honor, excepto si se trata de la política actual. El país galo ha tenido cuatro primeros ministros en el último año (y siete hasta ahora bajo la presidencia de Macron), y el último de ellos, el recién dimitido Sébastien Lecornu, solo ha durado 27 días en el cargo. El Glasgow Rangers lleva tres entrenadores en el 2025, y el más reciente, Russell Martin, solo ha durado en el banquillo 123 días (aún así, mucho mejor que los 49 amaneceres que Liz Truss aguantó en Downing Street).

Lee también

El fútbol no se come con palillos

Rafael Ramos
Horizontal

Russell Martin únicamente ha durado 123 días en el banquillo de Ibrox, y se tuvo que ir escoltado por la policía

Decir que Martin ha salido por la puerta trasera es quedarse muy corto. Martin salío de Fir Park en un coche de la policía, escoltado por los agentes, para escapar de la ira de los hooligans que lo esperaban en el autocar del club, y no precisamente para darle las gracias. Y eso que el equipo no había perdido, sino empatado fuera de casa con el Falkirk. Pero en la liga escocesa se supone que Celtic y Rangers han de ganar todos los partidos, excepto cuando juegan entre sí y en las competiciones europeas contra rivales de pedigrí.

No es el caso del Rangers esta temporada, que solo ha ganado uno de siete partidos en la Premier (y en el último minuto contra el recién ascendido Livingston) y cinco de diecisiete en todas las competiciones, es octavo en la clasificación a once puntos del líder Hearts, y ha quedado eliminado de la Champions tras caer por un global de 9-1 ante el Brujas belga.

Las dos últimas décadas han sido muy duras para los seguidores (en su mayoría protestantes y unionistas) del equipo de Glasgow, cuyo título liguero del 2021 es el único del que pueden presumir desde el 2011. La designación de Martin en junio por los nuevos propietarios norteamericanos no fue bien recibida por una afición que prefería a Davide Ancelotti (hijo de Carlo), que eventualmente se fue al Botafogo brasileño. Triunfos sobre el Panathinaikos y el Viktoria Plzen en las dos primeras rondas clasificatorias de la Champions pararon inicialmente el golpe, pero fueron un espejismo. Empates en la liga contra el Motherwell, el Dundee, el Saint Mirren y el Falkirk sellaron su suerte.

Lee también

Prohibido adelgazar en el sumo

Rafael Ramos
Una sesión de entrenamiento de mujeres practicando el sumo en Japón

El banquillo de Ibrox es una especie de cadalso, donde han perecido Giovanni van Bronckhorst, Michael Beale (y eso que ganó 13 de los primeros 14 partidos), el francés Philippe Clément y Barry Ferguson, en tiempos recientes (el equivalente de Attal, Barnier, Bayrou y Lecornu en Francia). Martin se convirtió en el más impopular desde Pedro Caixinha, que la temporada pasada dirigió al Santos y en el 2017 fue cesado tras perder contra el Progrès Niderkorn de Luxemburgo.

Resultados al margen, a Martin se le ha criticado una supuesta actitud de superioridad y que echara siempre la culpa de los fracasos a otros, a los jugadores por no correr lo suficiente o hacer mal un saque de banda (el marroquí Hamza Igamane se marchó enfadado al Lille), o a la directiva por vender a dos delanteros que la campaña pasada marcaron 45 goles (el susodicho Igamane y Cyriel Dessers), y malgastar los 25 millones de euros del presupuesto para fichajes. Decía que su proyecto era a medio o largo plazo. Pero la paciencia, lo mismo en la política que en el fútbol, es un bien que ya no existe.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...