A la sombra de Vinícius, más vistoso para lo bueno y para lo malo, Rodrygo se caracteriza por ser un futbolista paciente. Aguarda siempre su momento para demostrar lo que vale. Lo hizo en Madrid, donde ahora es un fijo para Ancelotti -ha sido titular en 15 de los 18 partidos de los blancos esta temporada- y quiere repetirlo ahora en la selección brasileña.

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