Hay países que tienen excedente de grandes futbolistas, que cada cuatro años tienen problemas para escoger entre tanto talento, mientras que otros deben esperar décadas para concentrar un puñado de estrellas que les permitan colarse entre las favoritas de un Mundial, como es el caso de Bélgica, que ha vivido ilusionada durante la última década con su generación de oro hasta el triste epílogo en Qatar, eliminada en la fase de grupos. Una decepción y una de las grandes sorpresas del torneo que provocó el adiós en la rueda de prensa de su seleccionador, el catalán Robert Martínez, cuyo contrato expiraba tras la competición. Los belgas, terceros en Rusia 2018, su mejor clasificación en una cita mundialista, llegaron a la última jornada obligados a ganar a un hueso duro de roer como Croacia, actual subcampeona, y no pasaron del empate sin goles, un resultado que sí le valió a los croatas para pasar a octavos. La ‘final’ contra los balcánicos llegaba precedida del mal desempeño de los 'diablos rojos' en los dos partidos anteriores y con declaraciones cruzadas entre Vertonghen y Kevin de Bruyne, que calificó a su selección de “demasiado vieja”. Pese al mal ambiente en el vestuario, olvidaron sus tiranteces en cuanto saltaron al césped del estadio Ahmad bin Ali, donde no partieron de inicio ni el desaparecido Hazard, que entró en el minuto 87, ni un Lukaku que en la segunda parte desperdició tres goles cantados. Con Mertens, Trossard y Carrasco en la parcela ofensiva, Bélgica llegó con peligro en el tramo inicial. Carrasco pudo marcar tras un gran centro al segundo palo, pero prefirió controlar el balón por el poco ángulo, y apenas dos minutos después Mertens chutó alto en una posición inmejorable tras una gran conducción de De Bruyne. Las buenas sensaciones belgas se cortaron de raíz en el minuto 15, cuando se señaló penalti a favor de los croatas por un pisotón de Carrasco sobre Kramaric. Pero cuando Modric ya retaba a Courtois desde los once metros, el árbitro, el inglés Anthony Taylor, se dirigió a la pantalla del VAR para analizar un fuera de juego previo. Tras mirar detenidamente la imagen, tratando de discernir entre píxeles y desafiando a las 12 cámaras y el chip del balón que controla la posición de los jugadores, el colegiado decretó que el hombro de Lovren estaba un milímetro avanzado, quizá menos. La decisión, inverosímil y surrealista, congeló a los dos equipos, que pasaron de intercambiar golpes a rebajar sus pulsaciones, con más fútbol control y a su vez más aburrido, sin ocasiones claras hasta el descanso. Tras la reanudación, volvieron a sacar las uñas ambas selecciones. Primero merodeó el gol Croacia, con un disparo de Modric que repelió Courtois, y posteriormente llegó el festival de errores de Lukaku, ingresado al inicio de la segunda parte. Carrasco se entretuvo demasiado en el área y el balón muerto lo cazó el ariete, que vio como su disparo a puerta vacía se estrellaba en el poste y se paseaba por delante de la línea de gol. La desdicha del jugador del Inter, que llegó lesionado al Mundial, continuó con un centro de De Bruyne que cabeceó fuera con todo a favor, aunque el balón había rebasado antes la línea de fondo. Volvió a perdonar en un chut de Meunier que rebotó en su pierna antes de lamer el palo y tampoco acertó a embocar con el pecho un envío desde la derecha que no esperaba. En el ataque en tromba final, aún pudo ser el héroe belga en el minuto 92, pero Gvardiol, providencial, le negó el remate. Lukaku pagó sus fallos con el plástico de uno de los banquillos, que acabó destrozado. Fue la imagen final de una generación de oro que se marchita sin días de gloria. Croacia: Dominik Livakovic; Josip Juranovic, Dejan Lovren, Josko Gvardiol, Borna Sosa; Marcelo Brozovic, Mateo Kovacic (Lovro Majer, m.91) Luka Modric; Andrej Kramaric, Marko Livaja (Bruno Petkovic, m.64) y Andrej Kramaric (Mario Pasalic, m.64). Bélgica: Thibaut Courtois; Timothy Castagne, Thomas Meunier (Eden Hazard, m.87), Toby Alderweireld, Jan Vertonghen, Yannick Carrasco (Jeremy Doku, m. 72); Leander Dendoncker (Youri Tielemans, m.72), Axel Witsel; Kevin De Bruyne, Dries Mertens (Romelu Lukaku, m.46) y Leandro Trossard (Thorgan Hazard, m.58). Árbitro: Anthony Taylor (Inglaterra). Amonesto a Dendoncker (m.66) por parte de Bélgica. Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada del grupo F del Mundial de Qatar 2022 disputado en el estadio Ahmad Bin Ali ante 43.984 espectadores, según datos oficiales.
