No se hizo esperar el primer récord de España en los Nacionales de Palma de Mallorca. Carmen Weiler, la espaldista que se entrena en Virginia Tech, rompió su mejor marca en los 100 espalda, con tiempo de 58.83, y consigue el billete para los Mundiales de Singapur. La nadadora es una torre de Babel: nació en Bangkok, creció en Singapur, su padre es alemán y su madre de Valencia. Por eso, este campeonato que arranca el 27 de julio es tremendamente especial para ella, en la que es su segunda casa. O la primera, porque fue allí donde empezó a nadar y conoció a Sergi López, el técnico que la catapultó.
Weiler es ahora mismo el gran talento de la natación española con permiso de Hugo González y de Carles Coll. De presente -ya fue novena en los Juegos Olímpicos de París- y de futuro, porque a sus 20 años, tiene mucho margen de mejora en sus pruebas favoritas, especialmente esos 100 espalda que tanto domina.
Su registro se ha colocado entre las ocho mejores marcas mundiales del año, una vez completados ya los trials estadounidenses o los de China, y solamente hay tres nadadoras que han completado la distancia más rápido en este 2025: Regan Smith (57.46), Kylie McKweon (57.65) y Katharine Berkoff (58.79). La marca mete a Weiler en otra dimensión.
La nadadora pasaba los veranos en Valencia y se entrenaba en el CN Delfín. Fue ahí cuando los responsables de la RFEN recibieron la llamada del centro para hablarles de este talento que procedía de Singapur, pero cuya madre era de la tierra. Y poco a poco empezó a “integrarse” en el sistema español hasta que acudió a distintas competiciones internacionales, como los Juegos de la Juventud de Bakú o el Europeo júnior de Kazán.
Una Torre de Babel
Weiler es Bangkok, creció en Singapur, su padre es alemán y su madre, valenciana
Weiler es una nadadora que desliza con facilidad en el agua, que tiene mucho autocontrol y que ha ido puliendo detalles que le restaban en sus marcas, como la salida. Desde hace dos años se entrena en Estados Unidos, en el grupo de entrenamiento de Sergi López, y en los Juegos de París se quedó a pocas centésimas de la final olímpica. Algo que espera que llegue en unos Mundiales que pueden elevarla. Ahora mismo el futuro es suyo.
El que se quedó muy lejos de su nivel fue Hugo González. Tras bajar revoluciones después de los Juegos de París, registró 56.63 en los 100 espalda y acabó decimocuarto. Sin Final A.