Cuando se apagan las luces de la ciudad deportiva Dani Jarque, el vínculo de los jugadores del Espanyol no desaparece. En el vestuario existen numerosas complicidades y amistades que se trasladan a los momentos de ocio. Algunos incluso planifican sus vacaciones conjuntamente. Una de las aficiones que comparten muchos de ellos es jugar a ser pilotos de Fórmula 1 en la Play Station. En el chat de WhatsApp dedicado a cuadrar los horarios de juego, en una de las múltiples conversaciones abiertas, estaban hasta hace poco Jofre, Joan García, Fortuño, Lozano, Pablo Ramón, Romero, Urko y Roberto Fernández. Algunos ya no siguen en el equipo. No es el caso de Roberto Fernández (22), que además de vestir la camiseta blanquiazul, seguirá compitiendo por ganar también fuera del verde.
Desde el primer día el enamoramiento de Roberto Fernández con el club, y viceversa, fue total. El andaluz es el prototipo de delantero que gusta en Cornellà: ambicioso, trabajador obstinado y con gol. Aptitudes que encajan con la propuesta de juego de Manolo González.
El de Puente Genil ha encajado bien en el equipo y suele jugar a la F-1 en la Play con sus compañeros
Lejos de lo que pueda parecer, dentro del vestuario blanquiazul destacan de Roberto que es “bastante tímido”, pero que “al ser andaluz se soltó muy rápido”, reconoce un compañero que lo conoce bien.
Si en lo personal ha echado raíces con facilidad, en lo futbolístico ha sorprendido por sus condiciones físicas y su entrega. “Es el delantero ideal para nosotros por cómo jugamos el año pasado y por como queremos jugar en el futuro”, apuntan desde dentro del vestuario. “Es el que más corre del equipo cuando nos enseñan las estadísticas. Tener un delantero que hace 13 kilómetros por partido, muchos a alta intensidad, y que es el primero en defender, le da mucho a un equipo como el Espanyol”, confiesa este jugador.
La buena relación del de Puente Genil dentro del vestuario perico explica su empeño por volver a Barcelona. Varios clubs que jugarán en Europa la temporada que viene, como el Betis, el Bolonia, el Sttugart o el Celta intentaron seducirlo con ofertas económicas superiores, pero él mantuvo su apuesta, lo que sin duda facilitó la tarea de Fran Garagarza. Tras una larga negociación, la semana pasada se anunció un acuerdo con el Braga, su club de origen, por el que el Espanyol pagará 6,2 millones por el 50% del pase, conservando el club perico la posibilidad de adquirir el otro 50% por idénticas cantidades. El delantero, de 22 años e internacional sub-21, firma por seis temporadas.
